Alien Vs. Predator: un grande del Beat'em Up
Alien Vs. Predator es uno de los m¨¢ximos exponentes de un g¨¦nero que vuelve con Streets of Rage 4
Desde que la conocemos, Capcom siempre ha sido una compa?¨ªa de momentos de inspiraci¨®n. Siempre ha aspirado a lo m¨¢ximo hasta encontrarlo, en ocasiones, a base de rachas en las que las cosas le salen bien sin importar el g¨¦nero que toca. Los primeros noventa fueron as¨ª para Capcom, pero la fama de sus juegos de lucha ha relegado hasta cierto punto el prestigio que tuvieron entonces otros juegos con su sello. Cierto es que en este tema influyen mucho las modas y la propia evoluci¨®n de algunos g¨¦neros, pero la realidad es que aquella sucesi¨®n de propuestas sobresalientes que siguieron la estela del inmortal Final Fight no se recuerdan con la misma insistencia de los juegos de lucha. A pesar de que el Beat¡¯em Up ya no se lleva, Capcom es muy consciente de que tiene un tesoro a conservar en ese g¨¦nero, ya que lo vende de cuando en cuando sin que los que vivimos aquella ¨¦poca podamos estar satisfechos del todo con lo que se nos ofrece. As¨ª las cosas, si algo llamaba la atenci¨®n en el ¨²ltimo intento era la ausencia de un t¨ªtulo como Alien Vs. Predator, uno de los m¨¢s perfectos de su especie que se qued¨® fuera del Capcom Beat ¡®em Up Bundle.
Es evidente que la presencia en el juego de los dos monstruos m¨¢s populares del cine de acci¨®n y fantas¨ªa invita a pensar que se trat¨® de una cuesti¨®n de derechos m¨¢s que de una omisi¨®n malintencionada, pero lo cierto es que Alien Vs. Predator sigue encabezando la lista de t¨ªtulos oscuros de Capcom. Algo que no por sabido deja de parecernos una aut¨¦ntica barbaridad a poco que nos adentramos en el juego con los ojos de hoy, que no hacen sino confirmar lo que ya vimos hace a?os. Todo aquel que lo jug¨® en su d¨ªa sabe perfectamente que fue nada menos que uno de los mejores Beat¡¯em Up del estudio que mejor entendi¨® este g¨¦nero, en su momento de m¨¢s nivel. Se trata, para los jugadores de hoy que miran frecuentemente al ayer, de una de las partidas obligatorias antes de enfrentarnos en unas semanas a la vuelta de tuerca al g¨¦nero que nos va a proponer el esperado Streets of Rage 4.
Ya conocemos lo peculiar del momento en el que Capcom se decidi¨® a dar el salto a su placa CPS-2 dentro de este g¨¦nero de las peleas multitudinarias en plena calle. Aunque lo tridimensional ya iba mandando, la expectaci¨®n que generaban estos juegos a¨²n era grande, as¨ª que Capcom se enfund¨® sus mejores galas para dejar claro un mensaje a sus competidores: el de que no hab¨ªa nada que pudiesen hacer para desbancarla en este tipo de juegos. Snk, Sega, Taito, Video System y otras lo intentaban una y otra vez, pero no llegaban ni a aproximarse a una Capcom que para nada se hab¨ªa acomodado tras anteriores reyertas callejeras. Cabe recordar en este sentido que tanto Final Fight como The Punisher, Warriors of Fate o Cadillac and Dinosaurs a¨²n ser¨ªan t¨ªtulos habituales de los salones hasta el final. Incluso comparado con sus predecesores, este Alien Vs Predator conten¨ªa suficientes novedades como para revigorizar el g¨¦nero de cara a la segunda mitad de los noventa, cosa que hizo llegando de paso a convertirse en uno de sus t¨ªtulos definitivos. Una propuesta rotunda construida sobre dos ingredientes que funcionaron a la perfecci¨®n: de un lado, el impulso t¨¦cnico extra de la nueva placa, una CPS-2 que proporcionaba una gasolina extra que iba haciendo falta; de otro, unos personajes ideales para un Beat ¡®em Up, que Capcom supo modelar con la precisi¨®n del orfebre que sabe a lo que juega.
Una franquicia incipiente
Alien, Predator y los humanos de la corporaci¨®n Weyland-Yutani ya llevaban tiempo d¨¢ndose mordiscos y tir¨¢ndose ¨¢cido por el espacio en 1994, aunque en Europa no hab¨ªamos terminado de enterarnos ya que los c¨®mics de Dark Horse no fueron tan populares por estos barrios. Por otro lado, y a pesar de que ya era una de las empresas de referencia en el mundo de los videojuegos, la Capcom de entonces andaba en un cierto proceso de actualizaci¨®n en la est¨¦tica de sus juegos en 2D, buscando ese punto visual que deb¨ªa acercarlos mucho m¨¢s al c¨®mic y la animaci¨®n. Recordemos, llegados a este punto, que X-men Children of the Atom y Darkstalkers son del mismo a?o 94, y que el primer Street Fighter Alpha se lanzar¨ªa pocos meses despu¨¦s. Cuenta la leyenda que el acuerdo entre Capcom y los due?os de los dos monstruos alien¨ªgenas supon¨ªa que este juego acompa?ar¨ªa a la primera pel¨ªcula basada en la franquicia, pero la cosa se retras¨® una d¨¦cada en cuanto al debut cinematogr¨¢fico de la saga. Capcom se encontr¨® as¨ª con un videojuego que termin¨® saliendo por s¨ª solo, pero que se las apa?¨® muy bien como primer ladrillo de un edificio que luego abarcar¨ªa muchos otros g¨¦neros.
Personajes variados, rejugabilidad alien
Son los cuatro personajes protagonistas los que convierten a Alien Vs. Predator en uno de los mejores brawlers de siempre. Dos humanos y dos Yautja (ir¨ªamos aprendiendo a llamar as¨ª a estos bichos) que se distancian entre s¨ª en lo jugable mucho m¨¢s de lo que parece a simple vista, pero que tambi¨¦n nos ofrec¨ªan matices en cuanto a su comportamiento seg¨²n se enfrentasen a otros humanos o a alien¨ªgenas. En Capcom ya hab¨ªan experimentado con el uso de armas de fuego en otros Beat¡¯em Up, pero esta vez terminaron de perfeccionarlo adapt¨¢ndolo a cada personaje. Tal cosa se logr¨® dotando a los personajes del ca?¨®n que todo Predator lleva aferrado a su hombro, y dejando llevar sus armas en todo momento a los marines Linn Kurosawa y Doug Schaeffer, dos de los mejores dise?os de Capcom. Ella era el t¨ªpico personaje femenino de la Capcom de entonces, tan r¨¢pido y ligero como menos contundente que sus compa?eros en la corta distancia, mientras que con ¨¦l nos encontr¨¢bamos ante el protagonista m¨¢s pesado del juego que tambi¨¦n segu¨ªa todos los clich¨¦s: la potencia de fuego descomunal y la vulnerabilidad de todos los personajes lentos.
Por el bando de los Yautja hab¨ªa algo menos de variedad, pero sent¨ªamos la misma diversi¨®n a los mandos: algo m¨¢s de precisi¨®n para la lanza del Predator Warrior, una pizca m¨¢s de brutalidad para el Predator Hunter, dos personajes en los que Capcom volvi¨® a encontrarse con un peque?o gesto que iba a cambiar muchas cosas. Ya hab¨ªamos visto en el cine que estos monstruos eran capaces de saltar varios metros, por lo que alguien debi¨® pensar que esta habilidad pod¨ªa ser la que desencadenase los ataques m¨¢s divertidos y poderosos de estos dos personajes, en lo que vino a ser un gesto nuevo para el g¨¦nero: el salto alto que nos propulsa de una esquina a otra de la pantalla. Los dem¨¢s movimientos cl¨¢sicos de Capcom en el g¨¦nero no se alteraron en exceso, a excepci¨®n de un Dough Schaeffer que ¨²nicamente saltaba en sus movimientos especiales, pero el paso adelante con respecto a los anteriores brawlers era realmente importante gracias a estas novedades tan bien implementadas. Incorporaciones entre las que flotaba otra mec¨¢nica que funcion¨® a la perfecci¨®n: la del tiempo de recuperaci¨®n de las armas de cada personaje, que dotaba a cada uno de ellos de estrategias muy diferentes para los jugadores m¨¢s avanzados, y que ahora lo convierte en un t¨ªtulo mucho m¨¢s rejugable que algunos de sus primos.
M¨¢s potencia = m¨¢s diversi¨®n
Hay que volver a situarse en 1994 (y en las batallas por el dominio del hardware) para poner en contexto el avance m¨¢s importante que este juego introdujo en su g¨¦nero. Por muy sobresalientes que nos parezcan, es justo admitir que los juegos de Capcom en este g¨¦nero comenzaban a verse comprometidos por la potencia del sistema que los acog¨ªa, una CPS1 que empezaba a sufrir ante una Neo-Geo que iba lanzada a nivel t¨¦cnico a estas alturas de la batalla. Con su nueva placa CPS2, Capcom supo leer con acierto esta limitaci¨®n (que se mostraba en el limitado n¨²mero de personajes en pantalla) para darle la vuelta casi por completo al asunto.
Todos recordamos c¨®mo en la colosal Aliens de 1986, los marines coloniales se enfrentaban a aut¨¦nticas riadas Xenomorfos. Gracias a la potencia extra, los personajes de este Alien Vs. Predator pudieron enfrentarse a una concentraci¨®n de enemigos que no hab¨ªamos visto en otro Beat ¡®em up, dotando al juego de un ritmo mucho m¨¢s interesante. Esta vez nos enfrentar¨ªamos por fin con verdaderas oleadas de alien¨ªgenas, en un aut¨¦ntico despliegue de medios que habr¨ªa hecho sudar la gota gorda a las consolas de 32 Bits, si este juego hubiese sido llevado a aquellos sistemas. Los xenomorfos ten¨ªan comportamientos diferenciados basados en patrones ya vistos en este g¨¦nero, pero lo jugoso de su n¨²mero y el hecho de que tambi¨¦n nos enfrent¨¢bamos a humanos rebeldes fueron un acierto que distingue a este juego de toda la escuela que forman sus antecesores. Esos humanos, por cierto, eran mucho menos resistentes que los xenomorfos, pero abusaban de todo tipo de armas para bajar nuestra barra de energ¨ªa en pocos segundos. De ah¨ª esos matices entre las especies implicadas a los que nos refer¨ªamos antes.
Una reedici¨®n...en un cuarto de siglo
Alien Vs. Predator encabezaba hasta hace muy poco la lista de los juegos de Capcom que ped¨ªan a gritos una reedici¨®n, y a¨²n lo hace en cierta forma. Ese extra?o experimento llamado Capcom Home Arcade necesitaba algo especial para justificar su elevado precio, por lo que Capcom no dud¨® en renegociar los derechos de Alien y Predator (que no deben ser baratos) para reeditar por fin este gran videojuego. Volver a jugarlo, observando todo lo bueno que se hizo en ¨¦l, nos lleva a desear verlo de vuelta en alg¨²n sistema m¨¢s mayoritario, incluso si tal cosa significa la compra de otro recopilatorio imperfecto. Mientras esperamos esa ocasi¨®n, ser¨¢ la preservaci¨®n no oficial la que nos permita disfrutar de un juego rotundo en todo lo que planteaba pero que nunca lleg¨® a ning¨²n otro sistema que no fuesen las recreativas. Un t¨ªtulo visualmente espl¨¦ndido, con momentos de verdadero virtuosismo en cuanto a dise?o de sus modelos, tanto por su n¨²mero como por su tama?o. El enfrentamiento con la reina Alien en el cuarto nivel es un ejemplo perfecto de c¨®mo Capcom estaba jugando con unos recursos que jam¨¢s hab¨ªa tenido en el g¨¦nero a nivel tecnol¨®gico, contando ya con la experiencia necesaria para producir un juego casi redondo en el g¨¦nero, al que Capcom volver¨ªa ya en contadas ocasiones. Otros intentos de la empresa en el g¨¦nero como Cyber Bots (de 1995) no llegar¨ªan ni a aproximarse a este nivel de calidad, y el siguiente fuera de la saga? Dungeons and Dragons (Battle Circuit, de 1997) a¨²n quedaba muy lejos en el tiempo. Alien Vs. Predator es, en definitiva, uno de esos t¨ªtulos que han contado con menos reconocimiento a posteriori del que merece su nivel, perjudicado primero por el declive de los salones recreativos y despu¨¦s por todos estos a?os sin reediciones. Poderoso audiovisualmente y refinado como muy pocos en su g¨¦nero, este juego es uno de los mejores de la Capcom de los noventa en su vertiente arcade, lo que no es precisamente poca cosa. A pesar de ello, su desarrolladora es esa misma empresa que nos obliga a usar un emulador si queremos rejugarlo de cuando en cuando.