The Last of Us Parte 2 es solo el principio: los juegos se retrasar¨¢n por el coronavirus

Naughty Dog lo ten¨ªa claro. El 29 de mayo iba a ser la fecha, el momento en que su gran y esperada producci¨®n, The Last of Us Parte 2, estaba destinada a ver la luz en tiendas. Despu¨¦s de un primer retraso de varios meses, la antesala del verano era la fecha elegida para que Ellie, Dina, Joel y el resto de personajes hilaran la trama del videojuego. Pero no, apareci¨® el coronavirus para desbarajustar los planes a su gusto. Sony Interactive Entertainment lleg¨® a la conclusi¨®n de que con tanta gente confinada, publicar un videojuego tan importante no era una buena idea, algo que sin duda pensar¨¢n otras tantas compa?¨ªas, que decidir¨¢n modificar la fecha de lanzamiento de sus productos para esperar a una ¨¦poca m¨¢s halag¨¹e?a. La misma Sony aprovech¨® el retraso de su juego postapocal¨ªptico para confirmar que Marvel's Iron Man VR tampoco saldr¨ªa cuando estaba previsto.

Y contestar¨¢n algunos, ¡°pero si Resident Evil 3 Remake y Final Fantasy VII Remake han salido a tiempo, por qu¨¦ no hacer lo mismo con The Last of Us Parte 2?¡± Con el COVID-19 ha pasado lo mismo en casi todos los pa¨ªses: se acercaba y se acerbana. Lo ve¨ªamos en China, luego en Italia, Francia, Estados Unidos...pero la mayor¨ªa han reaccionado tarde, porque es una amenaza desconocida. Una catarrito, como dec¨ªamos muchos antes de que la epidemia nos estallara en la cara. En febrero, ya hab¨ªa algunos eventos de videojuego que se estaban cancelando o retrasando, pero entonces todav¨ªa no los tom¨¢bamos lo suficientemente en serio.

No digo que Capcom o Square Enix no pensaran que comercializar sus videojuegos bajo esta situaci¨®n extraordinaria no pudiera da?ar sus previsiones, pero hay que tener en cuenta que un lanzamiento no se prepara en dos d¨ªas. Son muchos los que participan en la cadena, muchos los acuerdos que se firman y muchas las operaciones que no se pueden paralizar de un d¨ªa para otro. No hay que ser un Einstein para darse cuenta de que a ninguna de estas empresas le habr¨¢ gustado un pelo que las tiendas est¨¦n cerradas y que los clientes que siempre acuden a sus comercios no vayan a hacerse con sus copias de forma presencial.

La venta online, por supuesto, es otra posibilidad, aunque no infalible. Cada pa¨ªs tiene sus reglas y los servicios de mensajer¨ªa no funcionan igual en todos los lugares. En el caso de Square Enix, se anticiparon a esos posibles problemas y anunciaron que enviar¨ªan las copias con antelaci¨®n, por lo que algunos jugadores ya lo tienen en sus manos. Adelantar la fecha de lanzamiento en digital no se contempl¨®, muy a pesar de las voces que se alzaron para que ocurriera. Las cosas de palacio se toman su tiempo y hay m¨²ltiples variables que pueden pasar desapercibidas para el usuario.

Con tiempo, la cosa cambia. A meses vista, todav¨ªa es posible maniobrar y retrasar una gran producci¨®n. Una crisis de esta magnitud, que amenaza con destruir la econom¨ªa mundial (ya lo est¨¢ haciendo), probablemente nos cambie como sociedad. Volver a la normalidad anterior parece una historia de ciencia ficci¨®n, y aunque lo hagamos, el coste ser¨¢ muy alto; la recuperaci¨®n, prolongada. Sin una fecha palpable en el horizonte, m¨¢xime cuando los pa¨ªses se encuentran en fases diferentes de una misma epidemia, es inocente pensar que antes de pasado el verano, los andamios de la reconstrucci¨®n se coloquen de manera firme.

Antes de septiembre, todo est¨¢ en el aire. Ya lo coment¨® Nintendo en el ¨²ltimo Direct Mini: las fechas pueden cambiar, no est¨¢n fijas. Microsoft ha movido piezas, y sino que se lo digan inXile Entertainment y su Wasteland 3, que ya se ha retrasado hasta agosto. No solo se producen problemas en la distribuci¨®n, sino tambi¨¦n en los desarrollos. El desaf¨ªo del trabajo, en empresas acostumbradas a la labor presencial, necesita tiempo de adaptaci¨®n y soluciones operativas que no se consiguen de la noche a la ma?ana. Me temo que Ghost of Tsushima, lo nuevo de Sucker Punch, ser¨¢ el siguiente; le seguir¨¢n algunos m¨¢s. De momento, solo una corazonada, pero una corazonada con visos de hacerse realidad.