Valfaris
- PlataformaPC8.4NSW8.4PS48.4XBO8.4
- G¨¦neroAcci¨®n, Plataformas
- DesarrolladorSteel Mantis
- Lanzamiento10/10/2019 (PC)15/11/2019 (NSW, PS4, XBO)
- TextoEspa?ol
- EditorDigital Uppercut Productions
Dispara al son de las guitarras
Valfaris: Run?n Gun evolucionado
El segundo juego de Steel Mantis consigue hacer olvidar a su primer lanzamiento con una propuesta que funciona en todas sus facetas
De lo que vemos nada m¨¢s empezar Valfaris, destaca mucho m¨¢s el efecto azulado de las llamas que salen del motor de una nave espacial¡que todo el sinsentido que cuentan sus personajes. La verdad es que llega a ser de agradecer, y resulta consecuente con lo que pretende el estudio Steel Mantis desde su puesta de largo. El estilo art¨ªstico que comparten los dos juegos de este equipo es una de las mejores noticias que se han visto en la escena indie ¨²ltimamente, pero la verdad es que necesitaban confirmar su buen hacer audiovisual con un videojuego igual de convincente a los mandos. Lo dejamos claro pues desde el comienzo: Valfaris acierta de lleno donde Slain! sali¨® mal de partida, lastrando todo el buen hacer de este equipo norteamericano.
A simple vista, nadie ha escondido nunca que Valfaris se inspira en la saga Contra, que ha recibido estos meses tanto entregas oficiales como sentidos homenajes, gracias al notable Blazing Chrome. No es un mal momento para el Run ¡®n Gun tradicional, pero ninguno de los ¨²ltimos exponentes (tampoco el m¨¢s original Mechstermination Force) se hab¨ªa planteado tan a fondo las tradiciones del g¨¦nero para hacerlas evolucionar de forma sutil pero decidida, sin llegar tampoco a cambiar nada sustancial por el camino. Por eso nos sorprende tanto comprobar que eso es exactamente lo que consigue Valfaris, una perfecta amalgama de tendencias que termina convenciendo. Es un t¨ªpico arcade de desplazamiento lateral, pero esta vez no se juega ¨²nicamente con las t¨ªpicas ametralladoras y dem¨¢s armas a larga distancia, sino que tambi¨¦n nos obligan a usar unas espadas que terminan teniendo an¨¢loga influencia en el juego. De esos ataques a corta distancia parte una idea que se aprovecha hasta sus ¨²ltimas consecuencias: es imprescindible golpear a los enemigos para recargar las armas secundarias, caracter¨ªstica que se aprovecha en el dise?o de todas las fases y -sobre todo- jefes. ?El resultado? un explosivo equilibrio entre disparos, armas secundarias y recarga de estas ¨²ltimas con el que comienza la fiesta en el planeta Valfaris.
?? No nos enga?emos. Todo Lo anterior no significa que el juego se desv¨ªe por completo de la f¨®rmula del Run¡¯n Gun. La acci¨®n jam¨¢s termina de desviarse de lo que parece, pero s¨ª que se las arregla para integrar los disparos de toda la vida con la obligaci¨®n de acercarnos a los enemigos (aunque nos est¨¦n acribillando por el camino) para golpearles de cerca y absorber su energ¨ªa vital, que despu¨¦s proyectaremos o usaremos para protegernos y contraatacar. Estos contragolpes, que pueden limpiar la pantalla de inmediato, se ven adem¨¢s potenciados por unas armas con caracter¨ªsticas suficientemente diferentes como para adaptarse a las preferencias de cada jugador. Ni es un juego en el que vayamos a hacer builds opuestas entre s¨ª, ni se ha pretendido en ning¨²n momento, pero Valfaris nos anima a probar combinaciones de armamento para las diferentes situaciones con las que nos vamos a ir topando en los niveles. Unas fases que constituyen la mejor noticia posible para este juego en particular, si recordamos los errores de este estudio con su primer t¨ªtulo.
Una sucesi¨®n de peque?as recreativas.
?? Es verdad que Slain! no funcionaba cuando sali¨® al mercado y que se trat¨® de un lanzamiento fallido. No lo es menos, pensamos, que incluso cuando volvi¨® del infierno segu¨ªa siendo un juego con un dise?o de fases m¨¢s bien discreto, en un g¨¦nero que por desgracia requiere la excelencia en este apartado a estas alturas del partido. Pues bien, parece que Steel Mantis ha aprendido de sus errores esta vez. Gusta comprobar que los niveles de Valfaris, estructurados en torno a unos checkpoints que constituyen el elemento m¨¢s importante de todo el juego, rayan esta vez a un nivel muy alto. Quien lleve a?os jugando juegos de tipo arcade va a reconocer de inmediato no pocas situaciones que ya ha vivido: gusanos a los que hay que agarrarse, ascensores que se llenan de oleadas de enemigos, sectores en los que nos montamos sobre robots masivos y otras secciones de puro avance lateral vuelven a ser momentos recurrentes dentro de una variedad bastante notable, pero el t¨ªtulo termina por gozar de un sentido de la unidad algo diferente (a la par que original) por otra idea que se ha llevado a la pr¨¢ctica con un acierto magistral: el sistema de progresi¨®n.
Riesgo, Castigo y Recompensa
Cualquiera que jugase con Shovel Knight recordar¨¢ que los puntos de control terminaban por convertirse en una especie de desaf¨ªos tan secundarios como voluntarios, ya que pod¨ªamos destruirlos para obtener mayor recompensa al final de cada fase y complicarnos las cosas a nuestro gusto. La idea de Valfaris va un paso m¨¢s all¨¢: a lo largo de la campa?a vamos encontr¨¢ndonos unos ¨ªdolos con los que podemos activar puntos de control o, pero tambi¨¦n podemos qued¨¢rnoslos para ir mejorando nuestras ataque y barra de energ¨ªa. Cuantos m¨¢s ¨ªdolos tengamos en nuestro poder, m¨¢s poderosos nos iremos volviendo, pudiendo adem¨¢s cambiar estas mismas reliquias por materiales para mejorar el armamento si es que sentimos que nos van sobrando algunas.
Las consecuencias que esta decisi¨®n tiene sobre la manera de afrontar el juego son incalculables e impactan directamente sobre su rejugabilidad: es posible ir activando todos los puntos de control (y apenas mejoraremos nada), pero tambi¨¦n llegar a ignorar hasta los checkpoints situados tras los jefes finales, con lo que llegaremos al final siendo unas aut¨¦nticas m¨¢quinas de matar. Sobre el papel no parece una revoluci¨®n, pero nos ha parecido un paso adelante muy bien pensado para el g¨¦nero por lo bien que se ha llevado a cabo. Se trata de la verdadera propuesta jugable, aunque podr¨ªamos poner algunas pegas a la ubicaci¨®n de algunos de los ¨ªdolos (sobre todo los que est¨¢n ocultos) y puntos de control. Tambi¨¦n a la aleatoriedad con la que nos van cayendo ¨ªtems, con momentos de una sequ¨ªa m¨¢s bien excesiva.
Con su dificultad desafiante pero justa y su acertado sistema de riesgo y recompensa, Valfaris es una de las sorpresas de la escena independiente de estos ¨²ltimos meses en la vertiente bidimensional. Se trata de un videojuego audiovisualmente impecable, con momentos de virtuosismo a nivel gr¨¢fico gracias a un estilo art¨ªstico muy vistoso que necesitaba que las cosas saliesen bien de una vez. Aunque es un t¨ªtulo que se siente cl¨¢sico, no imita a ninguna m¨¢quina del pasado en particular, pero se sale de la pantalla a base de detalles muy trabajados en sus gr¨¢ficos y de una banda sonora que fusiona melod¨ªas puramente arcade con un sonido heavy metal que le viene como un guante.
Muy exigente desde el comienzo, es un juego que el t¨ªpico virtuoso en el g¨¦nero podr¨ªa completar en cuarenta minutos, pero en el que un jugador menos experto requerir¨¢ un buen pu?ado de horas a poco que se atragante con alguno de los picos de intensidad que pueblan la campa?a, algunos de los cuales nos han parecido algo exagerados incluso cuando comprendemos sus mec¨¢nicas. Tardemos lo que tardemos en completarlo, la verdad es que hay suficientes novedades de calado con las que Valfaris nos ha terminado convenciendo: con esta fusi¨®n de modernidad y tradici¨®n, pensamos que ni siquiera el jugador retro m¨¢s recalcitrante terminar¨¢ este juego echando de menos c¨¢nones como el de las tres vidas de siempre. Un aut¨¦ntico logro para un Run¡¯n Gun de los de antes, con muchas m¨¢s sorpresas de las que aparenta.
Conclusi¨®n
Valfaris viene cargado de diversi¨®n directa, variedad de niveles, unos gr¨¢ficos bidimensionales francamente espectaculares y un sistema de juego que premia el riesgo, entendido como la pura memorizaci¨®n de niveles hasta llegar a superarlos a la perfecci¨®n. Mucho buen hacer para un juego al que ¨²nicamente puede achac¨¢rsele cierta escasez de contenido, aunque el modo New Game Plus que se le ha a?adido recientemente tendr¨¢ entretenidos durante horas a los que busquen emociones fuertes. Nos atrever¨ªamos a decir que estamos ante el mejor Run¡¯n Gun de este a?o, pero tambi¨¦n ante un arcade que integra muy bien aspectos que, sin ser nuevos del todo, se han interiorizado como nunca en un juego as¨ª de cl¨¢sico
Lo mejor
- Muy vistoso visualmente, con mucha personalidad art¨ªstica
- La variedad de los niveles
- El sistema de riesgo y recompensa con los checkpoints
- Devolver balas, bloquear con escudos, parrys...
Lo peor
- Le habr¨ªa ido bien algo m¨¢s de contenido, aunque el nuevo modo New Game Plus equilibra las cosas
- Algunos ¨ªdolos y puntos de control est¨¢n ubicados en puntos algo discutibles
- La ca¨ªda de ¨ªtems es excesivamente aleatoria y escasa en ocasiones
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.