Golazo!, an¨¢lisis: tras la estela del f¨²tbol arcade

Es conocido y compartido por todos que hubo una vez un juego nos hizo cambiar el chip futbolero. Se admite casi un¨¢nimemente que hasta el primer Fifa International Soccer para Mega Drive, los videojuegos de f¨²tbol no ten¨ªan en cuenta casi nada de lo que en realidad pasa sobre un campo de f¨²tbol. Formaciones, reglas, lesiones, sustituciones y casi todo lo que hoy damos como aspectos m¨¢s que b¨¢sicos en los FIFA y Pro Evolution Soccer no estaban ah¨ª, porque lo que importaba era otra cosa. Y es que los los juegos de f¨²tbol de la primera mitad de los noventa no eran simuladores deportivos, sino m¨¢s bien arcades ambientados en un campo de f¨²tbol. Propuestas mucho m¨¢s disparatadas en las que los jugadores peleaban, casi literalmente, por el bal¨®n, en refriegas en las que se desarrollaba otro espect¨¢culo: los tackles se convert¨ªan en el gesto b¨¢sico del juego y las reglas del f¨²tbol se reinterpretaban en funci¨®n de un espect¨¢culo inmediato. Hay muchos resultados de esta premisa que hoy ha desaparecido casi del todo como sagas, a pesar de que muchos de ellos a¨²n se dejan jugar m¨¢s que bien hoy d¨ªa: el magistral Super Sidekicks para Neo-Geo, los primeros International Superstar Soccer de Konami o los juegos de Tecmo o Visco Systems son ¨²nicamente unos cuantos, pero hay que recordar que hasta Megaman lleg¨® a jugar al f¨²tbol.

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Por m¨¢s que los videojuegos de f¨²tbol sean ahora mucho m¨¢s complejos y completos que todo aquello, la idea de un juego de f¨²tbol a la antigua usanza no ha dejado de rondar las mentes de muchos aficionados, por lo que ya ha habido alg¨²n intento de recuperar este tipo de propuestas de hace a?os, que no dieron juego ¨²nicamente en el f¨²tbol, por cierto. Super Arcade Soccer, por ejemplo, recuperaba la tendencia del f¨²tbol con perspectiva a¨¦rea del legendario Sensible Soccer, y no lo hac¨ªa nada mal, por cierto. Pero la realidad es que los juegos m¨¢s tradicionales de las recreativas apenas han gozado de sucesores espirituales. Pues bien, Golazo! viene a intentar ocupar ese hueco.

Es evidente que este Golazo! es un proyecto bastante humilde. T¨¦cnicamente va bastante justo, y sus modelos est¨¢n en ese l¨ªmite algo difuso entre lo que podr¨ªamos considerar una caricatura simp¨¢tica y lo que no dudar¨ªamos en calificar como poco cuidado. El problema es que en esa misma dualidad se instalan las sensaciones que, en general, transmite todo el juego. Salta a la vista que el estudio Purple Tree viene de realizar proyectos para m¨®viles, pero nos da la sensaci¨®n de que en este primer intento de juego de f¨²tbol arcade para consolas se han quedado demasiadas cosas en el tintero que lastran en exceso el resultado final, incluso aunque tengamos en cuenta que la premisa no es m¨¢s que la de un videojuego de f¨²tbol sin muchas pretensiones quue tiene en Switch su plataforma ideal.

Golazo! es extremadamente parco en modos de juego. A saber: partido r¨¢pido para meternos r¨¢pidamente en faena, complementado por dos modos para encadenar partidos a m¨¢s o menos largo plazo en forma de una copa y una liga. Aparte de una tienda en la que convertir las victorias en desbloqueables, no hay nada m¨¢s -aunque tampoco dir¨ªamos que haga mucha falta-. Una vez saltamos al campo, lo cierto es que las primeras partidas pueden ofrecer exactamente lo que prometen, pero en los desenfadados partidos pronto empiezan a suceder cosas que no deber¨ªan, lo que evapora gran parte de la magia. Golazo! promete partidos entre equipos de siete en los que no hay faltas (no es del todo cierto, ya que s¨ª que se pitan penalties, como en los juegos en los que se inspira) y s¨ª muchos tackles y ausencia de linieres. La premisa funciona un rato, pero pensamos que podr¨ªa convencer mucho m¨¢s de lo que lo hace, incluso con estos mimbres t¨¦cnicos tan humildes.

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Partidos locos, a todos los niveles

Jugar a Golazo! es entretenido y funciona en el corto plazo. Sus partidos duran unos minutos y se puede jugar con unos amigos, por lo que nada deber¨ªa ir mal. El problema principal es el poco tiempo que transcurre hasta que nos demos cuenta de que la inteligencia artificial del juego est¨¢ absolutamente loca. A priori, no est¨¢ del todo mal que un juego de partidos locos tenga como resultado partidos desenfadados, pero no por los motivos que al final terminan decidiendo demasiados lances del juego. Hay muchas cosas que mejorar en un juego en el que los jugadores controlados por la IA son capaces de salirse ellos solitos del campo con el bal¨®n controlado, cuando no se entretien en pasearse por la porter¨ªa vac¨ªa -para terminar chutando fuera tras pasear por delante del arco rival un buen rato-. Por si fuera poco, los porteros alternan momentos de invencibilidad dignos de una mezcla entre Gianluigi Buffon y varios de sus colegas, con situaciones absurdas como pasarle el bal¨®n a un rival para que los fusilen alegremente. Todo lo que decimos puede pasar en un partido real de las ligas m¨¢s importantes del mundo, pero el problema es que estos momentos los vivimos con demasiada frecuencia en Golazo!.

Es justo admitir algo. Las mec¨¢nicas de los juegos que coment¨¢bamos al principio de este an¨¢lisis pueden ser algo duras para la actualidad, y cualquiera que los haya jugado con cierta insistencia sabe que siempre exist¨ªan trucos para burlar a la IA y marcar goles con desenfreno. Pero cualquiera que los conozca sabe tambi¨¦n que ese primer Super Sidekicks era un juego con un ritmo fant¨¢stico, en el que los pases, centros y chuts funcionaban a la perfecci¨®n cuando entend¨ªamos su l¨®gica. Nada de eso pasa aqu¨ª, por desgracia. Los pases adelantados y al pie cumplen con su cometido, pero los pocos gestos t¨¦cnicos en defensa (un salto para esquivar los tackle y una ruleta para emular a Zidane que casi nunca logra su cometido) se quedan en muy poco, y no dir¨ªamos para colmo que est¨¦n bien integrados en el juego. Por otro lado, los regates se f¨ªan a la pura colocaci¨®n y a la carrera, sin existir gestos propios de regateo que podr¨ªan haber mejorado mucho el entramado jugable. La cosa termina yendo de coger el bal¨®n y correr, pero tan pronto nos comemos un pu?etazo en la cara como encontramos una autopista desde la defensa hasta las inmediaciones del portero, sin que haya mucha l¨®gica en uno u otro extremo.

En definitiva, Golazo! divierte lo justo. Es un juego sin pretensiones de trascendencia, en el que un partido o dos pueden tener su gracia, pero pronto muestra unas graves carencias en su jugabilidad que lo dejan bastante a medias. Huecos en su sistema atacante y defensivo que, a nuestro juicio, lo alejan de poder considerarlo un heredero natural de los viejos arcades deportivos a los que intenta emular. A muy pocos d¨ªas de que el mism¨ªsimo FIFA vuelva a la carga con su aproximaci¨®n m¨¢s arcade gracias a Volta, este Golazo! ¨²nicamente apela a la nostalgia, por lo que lo disfrutar¨¢ quien busque poco m¨¢s que un par de partidas relajadas a un juego simpatic¨®n, que no se toma demasiado en serio a s¨ª mismo. Y es una l¨¢stima, porque pensamos que la premisa funciona bastante bien en 2019 y este Golazo! podr¨ªa haber sido un gran juego de f¨²tbol arcade, con sus melod¨ªas que parecen m¨¢s bien de Megaman y sus locuras durante los partidos. El problema es que en esos partidos suceden cosas que no tienen gracia.