Judgment, an¨¢lisis. En busca del verdadero sentido de la justicia

Pocos temas hay quiz¨¢ m¨¢s manidos sin embargo peor exlicados que el de la justicia. Un tema que adem¨¢s tiene dos vertientes muy diferenciadas y a la vez profundamente relacionadas: la justicia como concepto moral por una parte, y el entramado legal y judicial que permite su aplicaci¨®n en la pr¨¢ctica. Mientras que la primera vertiente es constante en los videojuegos, plagados de decisiones respecto a qu¨¦ y qu¨¦ no es justo. Pero la segunda, con la excepci¨®n de la franquicia Ace Attorney, es un tema casi inexplorado en los videojuegos. Ambas visiones de la justicia son, sin embargo, la base de la que nace Judgment.

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Para entender el nuevo juego de Sega es necesario entender qu¨¦ est¨¢ representando. Como publicaba The Economist tras la detenci¨®n durante semanas del ex-presidente de Nissan Carlos Ghosn sin ser todav¨ªa acusado de ning¨²n delito ni pasar a disposici¨®n judicial, las cifras hablan por s¨ª solas: en Jap¨®n la fiscal¨ªa gana un exorbitante 99,8 % de los casos, que es la tasa de acusados que acaban siendo condenados. En casi el 90 % de ellos la condena est¨¢ basada en la confesi¨®n del crimen, algo no tan sorprendente sabiendo que la polic¨ªa completa apenas el 30 % de las investigaciones. Para obtener esas valiosas confesiones, los fiscales est¨¢n dotados de poderes excepcionales, que les permiten detener e interrogar durante semanas hasta construir el caso que necesitan. Ganar un caso en jap¨®n es, por tanto, un boom en la carrera de cualquier abogado.

De abogado a detective

Y as¨ª comenzamos la partida: conociendo a Takayuki Yagami, un joven abogado que ha conseguido la proeza de ganar un juicio. Pero mientras las peticiones de casos se acumulan en su mesa, algo ocurre que cambia completamente su destino. A partir de ah¨ª se inicia una trama que va escalando en intensidad para dar lugar a la que sin duda es una de las mejores historias del Ryu ga Gotoku Studio. Un guion sin tregua, dividido en forma epis¨®dica que nos sumerge de forma convincente en las sombras del sistema judicial y la clase pol¨ªtica japonesas y que retrata algunos de los mayores problemas a los que se enfrenta la sociedad nipona.

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Pero si la historia raya al m¨¢s alto nivel, no lo hace a costa de la jugabilidad. A pesar de la adici¨®n de varias mec¨¢nicas nuevas, los fans de Yakuza se sentir¨¢n enseguida como en casa: volvemos a Kamurocho, a las peleas en cada esquina, las compras en Don Quijote o Poppo, a los momentos de recreo en los Sega Center¡­ Hasta la interfaz y los efectos de sonido (reciclados de su franquicia hermana) nos har¨¢n que por momentos creamos estar ante un juego de la saga criminal de Sega.

Eso s¨ª, se nota que el foco no ha estado puesto en profundizar en dichas mec¨¢nicas, y comparado con las ¨²ltimas entregas de Yakuza, Judgment podr¨ªa considerarse un paso atr¨¢s en aspectos como la mejora de habilidades. Ahora comer solo servir¨¢ para reponer vida (aunque si probamos los platos disponibles de los distintos establecimientos s¨ª recibiremos recompensas en forma de puntos de habilidad la primera vez), y ya no se dividen en distintos tipos. Adem¨¢s, el ¨¢rbol de habilidades se ha simplificado a unos paneles donde comprar las mejoras que queramos, habiendo muchas menos disponibles.

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Menos pelear y m¨¢s correr

Tambi¨¦n se ha modificado el sistema de combate, que nos permite escoger dos estilos diferentes: el de la grulla, perfecto para atacar a m¨²ltiples enemigos, o el del tigre para los combates uno a uno. En este caso el que ha sufrido el mayor cambio es la barra de especial. Ahora sube muy lentamente, salvo que usemos dos trucos: emborracharnos o fumar. Para lo segundo podremos detenernos en los distintos puntos para fumadores y dar unas caladas siempre que queramos, mientras que en el segundo caso podremos pertrecharnos de botellas de Whisky o Sake para usarlas durante los combates y as¨ª poder beneficiarnos de estos espectaculares ataques.

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Desaparece la posibilidad de guardarnos armas para m¨¢s adelante, pero a cambio podremos establecer accesos directos a comida o bebida durante la batalla con la cruceta. Adem¨¢s se a?aden las pociones, remedios caseros que podremos elaborar a base de ingredientes que recojamos por la calle y que nos dar¨¢n diversas ventajas en combate mientras dure su efecto.

Otro a?adido importante a los combates son las heridas mortales: disparos, ataques enfurecidos o con arma blanca no se curar¨¢n simplemente con comer, y nos requerir¨¢n pasar por un m¨¦dico y pagarle 20.000 yenes, o utilizar un botiqu¨ªn (cuyo precio m¨ªnimo son 40.000 yenes) para poder recuperar nuestra barra de vida a su nivel normal.

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Las nuevas mec¨¢nicas, por su parte, se a?aden a las ya existentes en un c¨®ctel que funciona bastante bien. Si yakuza es explorar y luchar, aqu¨ª se a?aden persecuciones, investigaciones y seguimientos. Estos ¨²ltimos nos obligar¨¢n a jugar al escondite, evitando que nuestros objetivos se den cuenta de que los estamos siguiendo.

Las investigaciones funcionan de forma similar a lo que hemos podido ver en otros juegos como L.A. Noire, explorando las posibles pistas del entorno hasta dar con las que necesitamos. Una habilidad nos permitir¨¢ que el mando vibre al mirar el punto adecuado, facilitando nuestra labor. Una versi¨®n alternativa nos obligar¨¢ a identificar a personas de acuerdo a la descripci¨®n que tengamos de ellas.

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Las persecuciones, por ¨²ltimo, son unos Quick Time Events en los que adem¨¢s debemos dirigir al protagonista, Takayuki Yagami, a derecha e izquierda para evitar los obst¨¢culos. A estas habilidades se unen las de Yagami como cerrajero, que nos permitir¨¢n abrir puertas con ganz¨²as, alambres o llaves con peque?os minijuegos asociados a cada mec¨¢nica.

Por desgracia, problema derivado de estas mec¨¢nicas, concretamente las que nos requieren seguir a personas, es el limitado tama?o de Kamurocho. A diferencia de t¨ªtulos recientes de Yakuza, en esta ocasi¨®n no hay un segundo barrio al que desplazarnos. Fuera de kamurocho solo podremos recorrer un peque?o hall y algunas habitaciones de un edificio. Una pena, porque las mec¨¢nicas obligan a recorrer de forma intensiva unas pocas calles y eso puede llevar a que se sientan repetitivas, avanzando casi literalmente en c¨ªrculos. Tambi¨¦n provocan momentos algo rid¨ªculos cuando se secuestra a personas y se huye en coche solo para aparcar un par de calles m¨¢s arriba. Un escenario m¨¢s amplio con una segunda ubicaci¨®n se hubiera agradecido.

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Detective de d¨ªa, lig¨®n de noche

M¨¢s all¨¢ de la historia principal, como es cl¨¢sico en el estudio, vuelven las misiones secundarias, que en esta ocasi¨®n adoptan (con excepciones) la forma de casos que requerir¨¢n de nuestras dotes de detective. Habr¨¢ de todo tipo, y se agradece el esfuerzo para dotar a estos casos de una personalidad individual y no caer en la tendencia a aumentar su n¨²mero exponencialmente a base de aleatoriedad o casos gen¨¦ricos. Cada uno de ellos nos permitir¨¢ sumergirnos en interesantes subtramas que tocan varios aspectos de actualidad de la sociedad japonesa actual.

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Tendr¨¢n adem¨¢s una importancia especial porque estos casos secundarios ser¨¢n los que nos den de comer. La necesidad de contar con alcohol suficiente a nuestra disposici¨®n, as¨ª como botiquines para disparos hacen de tener buenos ingresos una necesidad. Por suerte si les dedicamos tiempo no nos faltar¨¢ dinero, pero no ser¨¢ as¨ª si los ignoramos. A diferencia de la saga Yakuza, en Judgment los combates no tienen recompensa econ¨®mica y rara vez alg¨²n enemigo suelta dinero al ser derrotado, por lo que dependeremos de estos eventos secundarios o de nuestro trabajo de cerrajero para ajustar nuestras fianzas.

Por suerte si nos dedicamos a ello, dinero no va a faltar. Y si se nos empieza a acumular, el juego nos propone gastarlo en Quickstarter, un clon de Kickstarter donde podremos hacer realidad diversas mejoras si contribuimos con nuestro dinero a que los proyectos reciban suficientes fondos.

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A estos casos se a?aden dos nuevos tipos de historias secundarias: las amistades y las novias. Las primeras son peque?os eventos al encontrarnos con ciertos NPC que nos permitir¨¢n conocerlos mejor. Una vez completemos sus an¨¦cdotas, nos dar¨¢n un peque?o aumento a nuestra barra de especial al cruzarnos y saludarlos, o nos ayudar¨¢n en los combates si sen encuentran cerca. Las novias, por su parte, requerir¨¢n de nuestra habilidad a la hora de elegir las mejores conversaciones tanto a trav¨¦s de mensajes como en nuestras citas.

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Con nuestra novia podremos disfrutar de muchas de las opciones de entretenimiento que incluye el juego. Entre las m¨¢s destacables, las carreras de drones. Este minijuego nos obliga a pilotar en circuitos entorno a Kamurocho a alta velocidad y pueden resultar muy adictivo. Adem¨¢s, nos propone m¨²ltiples posibilidades de mejora de estos dispositivos para aumentar nuestra competitividad y mejorar en el crono. Los mejores tiempos se comparten en un ranking global.

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Otro a?adido destacado es Kamuro of the Dead, un shooter on-rails en el que tendremos que disparar a hordas de zombis y combatir contra monstruosos jefes finales. Un juego que pondr¨¢ a prueba nuestra rapidez con los sticks pero que se habr¨ªa beneficiado de alg¨²n tipo de control por movimiento. A pesar de ello, tiene todo el esp¨ªritu de los arcades de Sega y se le puede sacar mucho jugo.

Tambi¨¦n es novedad un modo en el que nos sumergiremos en el que Kamurocho se convertir¨¢ en un tablero de juego y deberemos avanzar seg¨²n nos indiquen los dados y superar peque?os retos. Basado en el tradicional Sugoroku japon¨¦s, tendremos diversos mapas a desbloquear.

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Dentro de los ya cl¨¢sicos juegos a?adidos esta vez toma el protagonismo Virtua Fighter 5 Final Showdown, del que podremos jugar el modo arcade con cualquier personaje o bien jugar en modo vs contra alg¨²n amigo. Tambi¨¦n tenemos la posibilidad de jugar en solitario o en multijugador a Puyo Puyo y Fighting Vippers, y en solitario a Motor Raid, Fantasy Zone y Space Harrier (si bien estos dos ¨²ltimos a¨²n no funcionan en la versi¨®n jugada y provocan que se cierre el juego al intentar jugarlos).

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Vuelven tambi¨¦n los dardos, el beisbol¡­ No as¨ª el Karaoke, que se convierte en una de las ausencias m¨¢s llamativas. S¨ª se a?ade la posibilidad de escuchar m¨²sica en el tocadiscos de nuestra oficina, que adem¨¢s nos sirve para recuperar vida. Si compramos objetos decorativos, tambi¨¦n podremos ponerla a nuestro gusto o jugar al pinball disponible en una esquina de la sala.

Todo ello disponible, por primera vez en m¨¢s de una d¨¦cada en un juego del estudio, en perfecto espa?ol, con una localizaci¨®n de gran calidad si bien adolece de fallos tanto en el tiempo de los subt¨ªtulos (algunos se muestran sobre otros) como de contexto, lo que parece fruto de un testeo insuficiente para un juego de esta magnitud. Pero no empa?a un producto que merece la pena disfrutar.