My Friend Pedro, An¨¢lisis: acci¨®n disparatada en tiempo bala

Tan solo hace falta ver un tr¨¢iler de My Friend Pedro para querer jugarlo inmediatamente. El t¨ªtulo de DeadToast Entertainment, publicado por la siempre infalible Devolver Digital, es uno de esos que entran por los ojos. Y un peque?o vistazo a su acci¨®n acrob¨¢tica y efectista es suficiente para hacernos una idea de que la monta?a rusa que ofrece es ¨²nica en su especie.

Nuestro amigo Pedro es nada menos que un pl¨¢tano parlante que nos acompa?ar¨¢ en esta aventura 2D de disparos en la que un pl¨¢tano parlante no es lo m¨¢s extra?o que llegaremos a ver. A lo largo de los diferentes niveles el protagonista, enmascarado y sin nombre, va armado hasta los dientes y preparado para acabar de la forma m¨¢s espectacular posible con todo el que se ponga en su camino. Saltos por las paredes, volteretas en el aire, fintas a c¨¢mara lenta, disparos con dos armas a la vez¡­ el protagonista que controlamos es ¨¢gil, y a menudo parece sacado directamente de una pel¨ªcula de Deadpool o de The Matrix.

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La historia tampoco tiene mucha miga. Nuestro protagonista se despierta en un s¨®tano tras haber perdido la memoria y junto con un pl¨¢tano parlante que afirma ser nuestro amigo. Adem¨¢s de un amigo, esta curiosa criatura actuar¨¢ de gu¨ªa por los suburbios y almacenes de una ciudad futurista, en busca de cumplir nuestra venganza acabando con una serie de objetivos. Las motivaciones de por qu¨¦ hacemos esto es algo que iremos descubriendo con el tiempo, a la vez que aprendemos m¨¢s cosas sobre nuestro protagonista, su particular amigo y los enemigos a los que se enfrenta.

La historia, como hemos dicho, no tiene mucha miga, ni siquiera a trav¨¦s del humor que pudiera explotarse con su alocada propuesta. Hay peque?os momentos divertidos que despuntan en lo que por lo dem¨¢s es un relato bastante est¨¢ndar de venganza que hace poco m¨¢s que contextualizarnos d¨®nde estamos y a qui¨¦n nos estamos enfrentando en ese momento. Pero este es uno de esos juegos en los que detenernos a comentar su vertiente narrativa le hace poca justicia a lo satisfactoria que es el resto de la experiencia. El arsenal que tenemos para sembrar el caos y especialmente el set de movimientos de nuestro personaje cobra un rol central en la experiencia de juego.

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El mundo de My Friend Pedro es un futuro indeterminado con un fuerte componente industrial. El juego se estructura en niveles cortos en 2D en los que nuestro objetivo es siempre recorrer el nivel acabando con todos los enemigos que nos impidan el paso. Esto se traduce en una serie de niveles con un dise?o art¨ªstico relativamente homog¨¦neo que tiende a los tonos apagados, aunque de vez en cuando ofrece un poco de variedad en forma de colores m¨¢s vivos. Esta direcci¨®n de arte favorece que los niveles se vean¡­ bueno¡­ como niveles, m¨¢s que tratar de representar un entorno real. Se prioriza la legibilidad del entorno frente a lo puramente art¨ªstico y no son una distracci¨®n en la avalancha de balas.

Con la banda sonora ocurre algo similar, ning¨²n tema destaca especialmente sobre los dem¨¢s pero sienta una atm¨®sfera trepidante que se mantiene a lo largo de todo el t¨ªtulo. Ritmos electr¨®nicos que recuerdan a otros t¨ªtulos de un perfil similar como pueden ser Hotline Miami o Katana Zero.

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Los primeros niveles nos ense?an bastante bien de qu¨¦ va la cosa. Tenemos dos pistolas con las que podemos disparar a la vez o de forma independiente en diferentes direcciones (con un gatillo fijamos la direcci¨®n de una pistola y nos permite apuntar libremente con la otra). Podemos disparar mientras saltamos, mientras hacemos piruetas en el aire e incluso mientras esquivamos balas enemigas. Otra mec¨¢nica esencial es poder poner una c¨¢mara lenta, con la cual no solo a?adimos la posibilidad de dar un respiro a la fren¨¦tica acci¨®n y nos permite planear las acciones, sino que tambi¨¦n a?adimos estilo a los tiroteos. El tiempo que podemos tenerlo activado es muy generoso, por lo que ser¨¢ un recurso habitual para algunas de las filigranas m¨¢s locas que podemos hacer. En un juego tan de vacilar como este. Es imprescindible.

Conforme vayamos avanzando en la aventura y desbloqueando niveles, nuestro arsenal se va completando con nuevas incorporaciones como escopetas, uzis duales o un francotirador. Esto no cambia la jugabilidad r¨¢pida y centrada en tomar la iniciativa, al fin y al cabo aqu¨ª los francotiradores se disparan acompa?ados de una voltereta, pero s¨ª que es cierto que con la introducci¨®n de armamento m¨¢s potente y enemigos m¨¢s resistentes algunas armas iniciales como las dos pistolas se van quedando atr¨¢s, y que comenzamos a aproximar los tiroteos de un modo diferente. La relativa escasez de munici¨®n consigue, no obstante, que acabemos rotando entre diferentes armas con frecuencia.

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Tambi¨¦n dan mucho juego elementos dispersos por el nivel como tirolinas en las que deslizarnos, barriles que hacer rodar por encima de los enemigos, mesas como coberturas en los tiroteos, o un skate que es a partes iguales un medio de transporte mol¨®n y un arma, si lo lanzamos a la cabeza del enemigo de una patada. Hasta una sart¨¦n puede unirse a la acci¨®n si la usamos con ma?a: la lanzamos al aire y un disparo de escopeta har¨¢ que las balas se dispersen y podamos matar a varios enemigos de un tiro.

El dise?o de niveles va cambiando conforme avanzamos. Los primeros nos ense?an las mec¨¢nicas, colocando un par de enemigos estrat¨¦gicamente para que aprendamos a disparar en diferentes posiciones y direcciones a la vez. Los que les siguen van retorciendo la f¨®rmula. Hay algunos niveles m¨¢s claustrof¨®bicos y pasilleros, otros se centran en conceptos m¨¢s concretos, como puzles de palancas (que se resuelven a tiros, como todo en el juego), de l¨¢seres, algunos m¨¢s plataformeros, u otros que hacen uso del divertid¨ªsimo skate. Tambi¨¦n hay alg¨²n que otro jefe final, que se siente como un nivel en s¨ª mismo m¨¢s que como una suma de todo lo propuesto anteriormente. La curva de aprendizaje es bastante satisfactoria en este sentido, el juego va proponiendo diferentes desaf¨ªos dentro de su relativamente encorsetada f¨®rmula, y se asegura de que dominemos ciertas situaciones antes de pasar a la siguiente. A la propia progresi¨®n a trav¨¦s de los niveles hay que sumarle la progresi¨®n que vamos adquiriendo como jugadores, dominando poco a poco mec¨¢nicas complejas a un ritmo trepidante.

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Y es que hay que aclarar que para hacer de My Friend Pedro el espect¨¢culo visual que sugieren sus irresistibles tr¨¢ilers hay que poner de nuestra parte. El juego cuenta con un sistema de apuntado semiautom¨¢tico para facilitar la tarea de apuntar y disparar a tanta velocidad desde tantos ¨¢ngulos diferentes, pero eso no resta dificultad a una jugabilidad en la que la agilidad, la rapidez de respuesta y conocerse al dedillo el set de movimientos es clave para no morder el polvo con frecuencia. Tambi¨¦n para no hacer el rid¨ªculo en la puntuaci¨®n del nivel, para qu¨¦ nos vamos a enga?ar.

El juego permite ser completado a baja dificultad y pasando por los niveles como un elefante en una cacharrer¨ªa en vez de como un experto asesino, pero cuando se vuelve realmente satisfactorio es al dominar todas y cada una de sus mec¨¢nicas y c¨®mo resolver de la forma m¨¢s eficiente los obst¨¢culos que nos propone. Los niveles pueden tener una puntuaci¨®n de S, A, B o C, siendo S la mejor y C la peor puntuaci¨®n, y podemos repetirlos siempre que queramos para retarnos a hacerlo mejor. De hecho, completar el juego es en cierto sentido una forma de desbloquear todos los niveles para poder disfrutarlos en el orden que queramos y superar nuestra puntuaci¨®n.

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Completar la experiencia que propone el t¨ªtulo nos lleva alrededor de 4 horas suponiendo que no nos atasquemos. Aunque pueda parecer reducida, lo cierto es que el juego va como un tiro y tiene un buen ritmo durante toda la experiencia, no hay apenas niveles que sintamos que sobren o que presenten un desaf¨ªo insustancial. Y aqu¨ª es donde entra tambi¨¦n el factor rejugabilidad que introduc¨ªamos antes. Cuando acabamos nos quedamos con ganas de m¨¢s, pero no en un sentido necesariamente negativo. Querremos volver a esos niveles y repetir algunos de los mejores momentos del juego una y otra vez, tratando cada vez de ejecutar mejores filigranas y lograr la escena de acci¨®n perfecta.

Porque al final My Friend Pedro va de eso, de hacer filigranas, de vacilar, de ense?ar gifs en Twitter (funci¨®n con la que cuenta el juego, por cierto) y de hacer videos de mejores momentos en YouTube. Es un juego plenamente consciente de la cultura en que vivimos y sabe llamar la atenci¨®n para hacerse notar. Un juego de los de hacer un mortal con doble tirabuz¨®n. Pero de forma literal.

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