Gato Roboto, An¨¢lisis: el Metroid m¨¢s encantador de la galaxia

La cultura popular nos ha ense?ado que una simple misi¨®n de reconocimiento se puede convertir en toda una aventura espacial de primer nivel, y ¨¦sta del astronauta que viaja por el espacio con su gata no hace mucho por convencernos de lo contrario. La pareja est¨¢ siguiendo su patrulla pl¨¢cidamente cuando se encuentra con una alerta de seguridad, y lo que en principio deber¨ªa ser un rutinario checkeo de los sistemas acaba desencadenando en un aparatoso accidente que estrella la nave contra la superficie de la estaci¨®n, por culpa de la nerviosa gata que pisa los botones que no debe en el momento m¨¢s inoportuno. Inmovilizado el astronauta tras el accidente en el interior de su propia nave, ser¨¢ la propia gata, llamada Kiki, la que podr¨¢ escapar de esa peliaguda situaci¨®n y tratar de resolver el embrollo en el que ella misma ha metido a los dos.

Si la premisa de nave que se estrella en un entorno desconocido no os da pistillas por s¨ª misma de lo que viene, os lo confirmamos ahora mismo: a partir de aqu¨ª empieza Gato Roboto, un simpatiqu¨ªsimo metroidvania en 2D que evoca a cl¨¢sicos como el propio Super Metroid.

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Son varias cosas las que despuntan de Gato Roboto a primera vista. Una de ellas es su particular apartado gr¨¢fico, un pixel-art monocromo que imita al de los viejos juegos de Game Boy, pero con un dise?o art¨ªstico muy ciudado, lleno de animaciones y efectos que le dan un aspecto visual que se puede definir de todas las formas menos limitado. Este apartado visual viene adem¨¢s acompa?ado de uno sonoro no menos atractivo y cercano a lo retro. Aporrear botones acompa?ados de estos efectos nos remite directamente al nacimiento del g¨¦nero.

Otra cosa que despunta desde el inicio es su jocoso concepto. Si un juego que tiene de protagonista a una gata montada en un mecha no es algo lo suficientemente atractivo de por s¨ª, el juego te lo pone f¨¢cil para que acabes encantado con su concepto, a trav¨¦s de una jugabilidad que le saca partido tanto a nuestra condici¨®n gatuna como la de robot asesino. Y esto es en gran medida gracias a otra de las cosas que despuntan del t¨ªtulo, y es que su narrativa ligera y su tono c¨®mico le sientan muy bien. Como casi todo lo que publica Devolver Digital, es un t¨ªtulo plenamente autoconsciente de su chiflada propuesta y es capaz de sacarte una sonrisa en cualquier momento. Y como veremos m¨¢s adelante, es una aventura que huye de la densidad y de las grandes pretensiones, y que te permite que te centres en disfrutar lo que el propio t¨ªtulo sugiere.

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La din¨¢mica que se forma entre Kiki y el mecha que monta es la esencia de Gato Roboto. Dentro de la armadura nos convertimos en un monstruo mec¨¢nico casi imparable, que se controla como un personaje est¨¢ndar de videojuego de plataformas y disparos en 2D, pero con mucha resistencia y con la capacidad destructora de un tanque. Podemos disparar proyectiles r¨¢pidos y de corto alcance, pero poco potentes, o cohetes m¨¢s a larga distancia mucho m¨¢s destructivos, pero que tardan m¨¢s en cargarse. Fuera de la armadura sin embargo seguiremos siendo una vulnerable gata que puede morir de un solo toque. Como ventaja tiene que cuenta con una agilidad mucho mayor y un menor tama?o que nos permite entrar en lugares inaccesibles para la armadura. A efectos pr¨¢cticos, se siente como controlar a dos personajes diferentes.

Es la propia aventura la que nos va obligando a sacarle el m¨¢ximo jugo a ambos estilos de juego. Hay zonas de la estaci¨®n a las que no podremos ni acercarnos con la armadura, quiz¨¢s porque son espacios demasiado estrechos o porque est¨¢n inundados (el mecha no puede nadar pero la gata s¨ª), y del mismo modo hay otras zonas demasiado peligrosas parar que Kiki salga de traje. Tambi¨¦n hay algunas que nos hacen alternar entre ambos para superar los obst¨¢culos del entorno, con una especie de puzles muy b¨¢sicos de botones que van despejando caminos para que podamos pasar de un modo u otro.

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Como metroidvania que es¡­ (a pesar de que en doinksoft bromeen con que el g¨¦nero al que pertenece es CatMechtroidvania) encuentra muchos lugares comunes con t¨®picos del g¨¦nero. Se trata efectivamente de una aventura en 2D de avance no lineal en la que recorremos el escenario a nuestra manera resolviendo los diferentes objetivos que se nos presentan hasta llegar a una conclusi¨®n com¨²n. Quien haya jugado a uno o dos del g¨¦nero sabr¨¢ perfectamente c¨®mo funciona la cosa aqu¨ª. Hay ¨¢reas con las que nos toparemos a las que no podremos acceder hasta m¨¢s tarde cuando tengamos la habilidad X, y si revisitamos ciertos entornos cuando estemos mejorados podremos alcanzar coleccionables a los que antes no pod¨ªamos acceder.

Las habilidades que vamos adquiriendo en el juego son bastante b¨¢sicas pero eficaces, y modifican sustancialmente la jugabilidad. Algunas de movilidad, otras que potencian nuestro ataque, pero todas familiares como un doble salto o un esquive r¨¢pido. Estas mejoras van facilitando nuestra navegaci¨®n por el escenario, que tiene un tama?o adecuado para su propia propuesta, aunque es algo reducido en t¨¦rminos generales. Su mapa completo (distribuido en pantallas) puede confundir inicialmente por c¨®mo se parecen entre s¨ª diferentes entornos, pero una vez nos hayamos dado un par de paseos es f¨¢cil recorr¨¦rselo de cabo a rabo en pocos minutos, y encontraremos ¨¢reas tem¨¢ticas claramente diferenciadas que nos proponen diferentes tipos de desaf¨ªos.

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Es bastante agradable en ese sentido c¨®mo Gato Roboto no marea en absoluto al jugador. La aventura es bastante directa, reduciendo al m¨ªnimo el backtracking innecesario y las bifurcaciones que no llevan a ninguna parte. Conseguimos nuevas habilidades para el traje y nos enfrentamos a jefes finales a un buen ritmo, y estos marcan los tiempos de la historia. Los jefes se adaptan adem¨¢s al contexto en el que aparecen, y est¨¢n pensados para hacernos dominar una habilidad concreta que acabemos de conseguir, lo que hace que por momentos nos vayamos centrando en diferentes mec¨¢nicas y dota a la aventura de una variedad que le sienta muy bien.

Debido a que la dificultad del juego tampoco es excesivamente alta, y que los puntos de guardado son abundantes y est¨¢n distribuidos generosamente, la sensaci¨®n de que estamos avanzando por el camino correcto es constante. Esto ba?a a toda la experiencia un gran ritmo. Apenas hay tiempos muertos igual que apenas hay picos muy altos porque la aventura tiene una estructura consistentemente acertada de acci¨®n / recompensa en periodos cortos de tiempo. A lo largo de las 6 horas que dura aproximadamente, Gato Roboto es siempre entretenido.

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Todo no pod¨ªa ser positivo, y este planteamiento juega en su contra tambi¨¦n. Al ser una aventura tan ¡°lineal¡± dentro de su mundo semiabierto, no saca mucho partido a la exploraci¨®n, ni tampoco tiene muchos secretos que merezcan la pena ser descubiertos. Los coleccionables toman forma o bien de nuevas paletas de colores (que le dan una bonita capa de pintura al juego visualmente) o de m¨®dulos de botiqu¨ªn, que agregan una unidad m¨¢s de vida a nuestra barra.

M¨¢s all¨¢ de eso, el juego ofrece pocos incentivos para desviarnos de la ruta principal. Lo que deja un sabor ligeramente agridulce en las horas finales. Incluso una primera partida relativamente superficial puede dejarnos cerca de completarlo al 100%. Para el final del juego, si bien es cierto que la aventura ha sido en todo momento divertida, se empeque?ece ante la sensaci¨®n de que su f¨®rmula tiene poco recorrido. Quiz¨¢s sea bueno apreciarlo entonces como lo que es, un juego peque?ito que no aspira a ser m¨¢s de lo que propone: un simpatiqu¨ªsimo metroidvania con buen dise?o de niveles, un ritmo a prueba de balas y un protagonista adorable.

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An¨¢lisis realizado para la versi¨®n de Nintendo Switch.