My Time At Portia, an¨¢lisis

My Time At Portia es un simulador de artesan¨ªa con toques RPG que invitan al jugador a un rinc¨®n buc¨®lico en el que llevar una vida reposada. Siguiendo la estela de Stardew Valley, donde nos exili¨¢bamos a la?vida rural para huir de la dictadura capitalista, My Time At Portia nos invita a formar parte de una comunidad bien avenida, en la que cada cual aporta a la sociedad mientras mantiene un equilibrio id¨ªlico entre la urbe y la naturaleza. Actualmente est¨¢ disponible para PC Windows, y para?Nintendo Switch, PlayStation 4 y Xbox One se lanzar¨¢ esta primavera, aunque a¨²n se ha anunciado la fecha exacta.

Antes de viajar a Portia, debemos tener en consideraci¨®n que se trata de un t¨ªtulo en continua construcci¨®n. Sus creadores, Pathea, nos advierten de ello en la cabina telef¨®nica de la isla, en la que nos enlazan su direcci¨®n de correo para enviar sugerencias. De hecho, no tardaremos en verle las costuras a My Time At Portia, que se ve afectado por varios fallos t¨¦cnicos y una localizaci¨®n incompleta.

La filosof¨ªa de Pathea, estudio fundado en 2010, es hacer al jugador part¨ªcipe de sus obras, las cuales se construyen sobre una base y se enriquecen a partir de las aportaciones de los juegos. A sus espaldas, cuentan con t¨ªtulos de fantas¨ªa de est¨¦tica adorable y acogedores para todos los p¨²blicos. Drains es un plataformas a trav¨¦s del cual salvaremos un mundo anegado; Planet Explorers, ambientado en un exuberante planeta remoto que debemos hacer habitable, fue la incursi¨®n de Pathea en la aventura sandbox publicada desde el early access. Actualmente, Pathea trabaja en el desarrollo de Protoform, un t¨ªtulo de ciencia ficci¨®n y puzles con un mensaje intimista. Mientras tanto, podemos instalarnos en la adorable Portia, publicada por Team17, quienes nos tambi¨¦n editaron Overcooked y Overcooked 2 (Ghost Town Games).

My Time At Portia se sit¨²a en una isla en la que nuestro protagonista, cuyo g¨¦nero y aspecto elegiremos nosotros mismos, inicia una nueva vida. Nuestra primera misi¨®n llega al instalarnos en nuestro nuevo hogar: heredamos el desangelado taller de nuestro padre, cuya antigua gloria deberemos restaurar. Por supuesto, esto ser¨¢ imposible sin hacernos un lugar en la comunidad de Portia, que nos acoger¨¢ como el flamante alba?il que aportar¨¢ su grano de arena a la sociedad.

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Despu¨¦s del tutorial, nos sumergiremos en su complejo tejido de misiones, caracter¨ªstico del g¨¦nero; y en una tierna aunque predecible historia principal que encauzar¨¢ nuestras aventuras en Portia. Con nuestro t¨ªtulo reci¨¦n estrenado, aceptaremos encargos de los habitantes de Portia, los cuales se desgranan en procesos de preparaci¨®n que incluyen diferentes pasos: recolecci¨®n de materia prima y construcci¨®n de herramientas que, a su vez, servir¨¢n para fabricar artilugios con los que crear las piezas que, a posteriori, deberemos ensamblar. As¨ª, cada trabajo que aceptemos conllevar¨¢ una cadena de tareas que nos mantendr¨¢ dentro del juego. Por otro lado, la prol¨ªfica oferta de misiones en Portia y su vida social puede abrumar a jugadores que prefieran una experiencia reposada.

La recolecci¨®n de recursos en My Time At Portia se dar¨¢ en diversas fuentes, desde las ramas y rocas desperdigadas por el escenario, hasta la caza de animales desde una ¨®ptica suavizada para obtener materiales. Asimismo, podremos dedicarnos a la ganader¨ªa y agricultura para cultivar nuestros propios bienes. Tambi¨¦n podremos acceder a las ruinas, que ofrecen un dise?o m¨¢s dispar: si bien unas resultan escenarios insulsos enfocados a la recolecci¨®n, otras ofrecer¨¢n un dise?o m¨¢s rompedor, con plataformas, enemigos y jefes finales. El combate es sencillo, basado en enfrentamientos en tiempo real con esquiva y ataque contra enemigos con un patr¨®n propio, aunque poco variado. Sin embargo, la respuesta de los controles necesita una mayor afinaci¨®n.

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En My Time At Portia se aplica un sencillo sistema RPG. Acumularemos experiencia con cada recolecci¨®n y misi¨®n cumplida, lo cual nos llevar¨¢ a las correspondientes subidas de nivel y obtenci¨®n de puntos de habilidades para invertir en tres ¨¢rboles de especialidad: combate, recolecci¨®n, vida social. Los atributos de nuestro personaje se potenciar¨¢n con el equipo que le concedamos, as¨ª como la decoraci¨®n que escojamos para nuestro taller. Cada tarea que realicemos consumir¨¢ energ¨ªa, que recuperaremos al dormir. La partida se guarda con cada d¨ªa nuevo que empieza y, si caemos en combate, volveremos al principio de la mazmorra, sin tener que repetir la jornada.?

Nuestra vida profesional en Portia, consagrada a la artesan¨ªa y al cultivo, nos permitir¨¢ hacernos con un sustento con el cual podemos mejorar nuestro taller a nivel de comodidad e instalaciones, gracias a las cuales podremos asimilar nuevas misiones. Entre trabajo y trabajo, la vida en Portia se discurre entre misterios y acontecimientos, regidos por un calendario, que llenar¨¢n nuestro d¨ªa a d¨ªa de divertimento. Tambi¨¦n conoceremos a los habitantes de Portia, con quienes podemos entablar una amistad si invertimos tiempo y energ¨ªa en nuestra relaci¨®n con ellos: hablar, hacer regalos adecuados, jugar y pelear ser¨¢n acciones que fortalecer¨¢n nuestro lazo. Cabe decir que la mayor¨ªa de personajes resultan harto estereotipados y carecen de un carisma que les haga destacar y despertar en el jugador el deseo de conocerles mejor. Por otro lado, es justo mencionar a vecinos como Paulie, que parodia con muy buen gusto los estereotipos de g¨¦nero. Tambi¨¦n es posible establecer un romance con muchos de nuestros vecinos, independientemente del g¨¦nero, tanto nuestro como el de nuestra pareja. Con todo, Portia es una isla en la que la convivencia es f¨¢cil; labrarse el afecto de nuestros vecinos no requerir¨¢ grandes esfuerzos, y en su comunidad nos sentiremos acogidos y valorados.

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Portia se cimenta sobre diferentes comercios que conforman el engranaje social en el que debemos participar. Los restaurantes, tiendas de ropa, herramientas, centro de salud, etc. son servicios a los que acudiremos para obtener recursos que sirvan a nuestras misiones, a cambio de dinero u otros objetos con los que efectuar u trueque. Sin duda, el ajetreo diario de My Time At Portia es lo que llena de vida este t¨ªtulo, en el que percibimos que nuestros vecinos tienen su propio ciclo, no supeditado a nosotros.

Un imperfecto homenaje a Ghibli

My Time At Portia es un juego que se desenvuelve poco a poco. A pesar de lo abrumados que nos podemos sentir al tener tanta exploraci¨®n y misiones a nuestro alcance, el dise?o del juego est¨¢ pensando para ir desbloqueando nuevas zonas y mec¨¢nicas paulatinamente. As¨ª, no contamos con todas las posibilidades desde el principio, y siempre se nos animar¨¢ a descubrir un poco m¨¢s. La estructura de misiones mantiene al jugador siempre ocupado, invita a seguir avanzando un poco m¨¢s en cada partida.

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My Time At Portia bebe de una inspiraci¨®n en el cine de animaci¨®n Ghibli que no ha sabido honrar ni en su apartado art¨ªstico ni narrativo. La isla y su ambientaci¨®n se preocupa de abrigar al jugador en un amable pueblo poblado de gente bondadosa y hospitalaria. No obstante, los gr¨¢ficos en 3D y texturas lucen un acabado insuficiente y los personajes, cabezones y de cuerpo peque?o, resultan toscos a la vista sin despertar su intencionada adorabilidad, subrayada por colores alegres y suaves. La m¨²sica, alegre, pausada y repetitiva, tampoco est¨¢ a la altura de una ambientaci¨®n que podr¨ªa haber sido m¨¢s singular con un apartado art¨ªstico m¨¢s sencillo y mejor aprovechado. Para colmo, la inmersi¨®n se quiebra ante una localizaci¨®n pobre, en la que se mezclan textos en ingl¨¦s con traducciones que requieren una revisi¨®n de estilo.

My Time At Portia es uno de esos t¨ªtulos que necesita madurar con el tiempo para convertirse en un t¨ªtulo notable. Sus fallos t¨¦cnicos nos muestran un juego agradable en pleno proceso de cocci¨®n. A pesar de sus imperfecciones, Portia cumple con su prop¨®sito de enfrascarnos en una isla en la que construir un taller y un rinc¨®n de cari?o.

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