Nintendo Power Line, la tabla de salvaci¨®n de una generaci¨®n

Desde un tiempo a esta parte, la dificultad de los videojuegos ha cambiado radicalmente. Ahora, atascarse en un videojuego parece de chiste, pero en ciertas ocasiones puede darse el caso de no encontrar la salida de un nivel o quedarnos sin ideas para resolver un puzle. Cuando esto ocurre, salir del atolladero es tan sencillo como hacer una consulta a San Google desde la comodidad de nuestro smartphone y hallar en segundos la soluci¨®n. En la red disponemos de mapas a todo detalle, respuestas exactas a nuestro problema o innumerables gameplays esclarecedores. Pero... ?Y en el pasado? Cuando la industria comenzaba su auge, la mayor¨ªa de juegos eran realmente desafiantes y no exist¨ªa una tecnolog¨ªa que nos diera una pronta respuesta. Nuestra salvaci¨®n se encontraba en las revistas especializadas en videojuegos pero, desgraciadamente, las gu¨ªas tardaban unos meses en ver la luz. Otra opci¨®n era preguntar a nuestros amigos en el recreo, pero no siempre funcionaba. Es as¨ª como muchos jugadores pod¨ªan pasarse d¨ªas atascados en un juego. Las compa?¨ªas eran conscientes de la dificultad de sus t¨ªtulos, por esa raz¨®n facilitaban un tel¨¦fono de ayuda donde un ej¨¦rcito de teleoperadores pegados a sus gu¨ªas prestaban asistencia al usuario.

Si record¨¢is aquellos flamantes (y extintos hoy en d¨ªa) manuales que conten¨ªan las cajas de los juegos, aparte de describir su funcionamiento, la ¨²ltima p¨¢gina presentaba un tel¨¦fono para jugadores atascados. En aquella ¨¦poca era algo tan habitual que incluso algunos juegos bromeaban con este servicio, como es el caso de Monkey Island 2 con Guybrush pidiendo una ayudita desde una lejana isla. Las aventuras gr¨¢ficas de LucasArts no quedaron exentas de su propio servicio de pistas pero, adem¨¢s, lanzaron sus Hint Books, los cuales se pod¨ªan solicitar mediante el formulario que se inclu¨ªa dentro de la caja.

La l¨ªnea amiga

Durante la era Nintendo, la popularidad de sus m¨¢quinas, junto al enorme cat¨¢logo de juegos, hac¨ªan precisar de un n¨²mero de asistencia al jugador. Si echamos un ojo a alguno de los juegos publicados en Espa?a de SNES, dentro del manual est¨¢ impreso el correspondiente n¨²mero y un llamativo anuncio del Club Nintendo con el lema ¡°cuando la duda te ronde¡­ Ya sabes, el CLUB NINTENDO responde¡±. El querido Club Nintendo abri¨® sus puertas en Europa por 1989 y, durante su primera etapa, sus socios presumieron de carnet y de una revista oficial que recib¨ªan en su domicilio con trucos y promociones. Sin embargo, superar todos esos t¨ªtulos se hac¨ªa a¨²n m¨¢s cuesta arriba en nuestro pa¨ªs debido a que raramente llegaban traducidos a nuestro idioma, as¨ª que disponer de una l¨ªnea para resolver dudas era esperanzador.

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En Estados Unidos y Canad¨¢, Nintendo fue todo un boom, y no dudaron en ofrecer un servicio al usuario. La revista oficial de la compa?¨ªa por esos lares, la m¨ªtica Nintendo Power, anunciaba entre sus p¨¢ginas el Nintendo Power Line, una l¨ªnea que desde sus inicios en 1986, hasta bien entrado el 2000, prest¨® ayuda a trav¨¦s de los llamados "consejeros de Nintendo", unos expertos en la materia que echaban una mano a los jugones desesperados. Al principio, el servicio era gratuito, pero con el ¨¦xito de Nintendo en EE.UU. el volumen de llamadas ocasion¨® que enseguida cobraran el minuto. El coste no supuso una barrera, y en 1993 se registraron 42 millones de preguntas.

De fans a consejeros de Nintendo

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Para convertirse en todo un consejero hab¨ªa que pasar una formaci¨®n de 8 intensas semanas. Una vez superado el entrenamiento, los elegidos trabajaban en jornada de tarde. En una entrevista concedida a Nintendo Life, Erich Waas, un exconsejero de Nintendo, y actual vicepresidente de la plataforma digital de Bethesda, explica c¨®mo fue trabajar para la compa?¨ªa en 1990:

¡°Cuando comenc¨¦, hab¨ªa alrededor de 250 personas en diversas posiciones de ¡®Consejero de Juego¡¯ y ¡®Atenci¨®n al Cliente¡¯. ?Trabajar en Nintendo fue incre¨ªble! Durante el primer mes, todo lo que hice fue jugar a juegos que eran populares en ese momento y recib¨ª formaci¨®n sobre c¨®mo ayudar a los jugadores con pistas y consejos amenos, en lugar de soltar respuestas que les desvelar¨ªan los secretos. Representaba la imagen divertida que Nintendo quer¨ªa dar. No pod¨ªamos decir ¡®matar¡¯, sino ¡®derrotar¡¯ al hablar con los jugadores. Matar era demasiado duro y Nintendo quer¨ªa un ambiente simp¨¢tico y familiar¡±.

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Entre sus armas estaban las decenas de carpetas llenas de hojas con preguntas frecuentes y mapeados de los niveles. Sin embargo, sus documentos en ocasiones eran insuficientes y ten¨ªan que elaborar sus propias gu¨ªas que compart¨ªan con los compa?eros. M¨¢s tarde, disfrutaron de una base de datos que bautizaron como ELMO provista de informaci¨®n esencial que les rest¨® carga de trabajo. Asimismo, muchos de estos empleados estaban especializados en ciertos juegos, de modo que si un teleoperador desconoc¨ªa la soluci¨®n, la llamada era transferida a un experto en el t¨ªtulo. Aunque con el paso del tiempo, la experiencia hac¨ªa que supieran resolver cualquier situaci¨®n.

Imaginaos lo diestros que deb¨ªan de ser con la palabra para guiar al jugador atascado en un Zelda en apenas unos minutos. Y es que narrar c¨®mo escapar de una mazmorra por tel¨¦fono suena a misi¨®n imposible. Este clip de 1993 muestra c¨®mo se desenvolv¨ªan:

Los ¨ªdolos de los ni?os

Entre los consejeros de Nintendo hallamos individuos de diversas edades y or¨ªgenes, pero todos ellos ten¨ªan en com¨²n el amor por el gigante japon¨¦s. Presum¨ªan de una cazadora con un personaje de Nintendo en su espalda y debajo el t¨ªtulo de ¡°Game Play Counselor¡±. Salir a la calle con ella implicaba ser el centro de atenci¨®n de los fans. Para hacer m¨¢s cercano el servicio, Nintendo Power publicaba frecuentemente sus perfiles en sus hojas. Para los ni?os asiduos a la l¨ªnea, eran sus ¨ªdolos y so?aban con formar parte de la plantilla alg¨²n d¨ªa. Los m¨¢s afortunados conocieron a sus consejeros favoritos en eventos como el Nintendo World Championships, pero algunos de ellos se atrevieron a presentarse en la misma oficina de Nintendo. As¨ª lo cuenta Greg Lowder en una entrevista grupal para avclub:

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¡°?Record¨¢is a Tim Wilson? Ese chico me sol¨ªa llamar, era uno de esos t¨ªpicos chavales que comentaba. Viv¨ªa a unas tres horas de Seattle. Su padre era jefe de polic¨ªa. Era un buen chico. Su t¨ªa viv¨ªa en Redmond, as¨ª que un d¨ªa recib¨ª una llamada de recepci¨®n: "Oye, alguien aqu¨ª quiere verte" [¡­]. Fui all¨ª, y era Tim. Habl¨¦ con ¨¦l un rato, respond¨ª algunas preguntas y nos sacamos una foto frente al cartel. M¨¢s tarde, cuando se gradu¨® de la escuela secundaria, apareci¨® de nuevo. Vivi¨® en la casa de su t¨ªa y consigui¨® un trabajo como consejero de Nintendo. Eso fue 10 a?os despu¨¦s. Probablemente me llam¨® por primera vez cuando ten¨ªa 8 a?os¡±.

Para aquellos j¨®venes, trabajar en la compa?¨ªa que desarrollaba sus adorados juegos por 5.50 d¨®lares la hora, y contar con diferentes beneficios sociales, era un sue?o hecho realidad. La oficina pon¨ªa a su disposici¨®n una gran biblioteca de juegos y sus superiores animaban al equipo a dedicarle horas para ampliar sus conocimientos. Por otro lado, gozaban de fiestas navide?as impresionantes y de un buen pu?ado de team buildings.

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Cuando entraron a formar parte del Nintendo Power Line, posiblemente ni imaginaban poder hacer carrera dentro de la empresa. Sin embargo, exist¨ªan posibilidades de promoci¨®n destinadas a los que mostraban m¨¢s talento, de esta manera individuos como Erich consiguieron escalar varias posiciones:

¡°Fui consejero durante un par de a?os y despu¨¦s ascend¨ª hasta el grupo de correo, donde hab¨ªan m¨¢s cartas que respuesta a llamadas. Un d¨ªa no pude creer mi maldita suerte, consegu¨ª un trabajo como tester en el departamento de calidad de Nintendo. Ese fue de nuevo el mejor d¨ªa de mi vida hasta que nueve meses despu¨¦s me dijeron que el lunes siguiente comenzar¨ªa a trabajar en Treehouse como productor. Tengo que agradecer a Michael Kelbaugh y Ken Lobb la oportunidad de desarrollar mi carrera dentro de la industria.¡±

Tantos a?os de trabajo dio para cantidades industriales de curiosidades y momentos divertidos. Uno de los m¨¢s graciosos lo comenta el propio Erich: ¡°En The Legend of Zelda: A Link to the Past, un jugador pregunt¨® cu¨¢ndo regresaba el t¨ªo, ya que se fue de la casa (el comienzo del juego) y le dijo a Link que ¡®esperara all¨ª¡¯, por lo que el jugador estuvo esperando, sin saberlo. Todo lo que ten¨ªa que hacer era salir de ah¨ª para comenzar una aventura incre¨ªble¡±. En este tipo de situaciones es donde m¨¢s ten¨ªan que aguantar el tipo, y la risa.

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El fin de una era

A finales de los 90, Internet se implant¨® en la mayor¨ªa de hogares, por lo que la l¨ªnea pas¨® a automatizarse hasta desaparecer aproximadamente en 2010. Un fugaz recuerdo de aquella ¨¦poca dorada regres¨® del 11 al 13 de noviembre de 2016 coincidiendo con el desembarco de la NES Classic Mini. Al efectuar una llamada al n¨²mero indicado por Nintendo, se escuchaban consejos grabados para varios juegos y an¨¦cdotas de exconsejeros. Pura nostalgia.

Sin duda, Nintendo Power Line estableci¨® un servicio fundamental en un periodo donde los juegos eran endemoniadamente dif¨ªciles y la tecnolog¨ªa no pon¨ªa la soluci¨®n al alcance de nuestra mano. Seguramente, tener un tel¨¦fono de ayuda hizo menos frustrante la experiencia a innumerables jugones que consultaban a escondidas de sus padres las dudas que no les dejaban avanzar en su juego favorito. Y t¨², ?llamaste alguna vez a Nintendo para pedir ayuda?