Total War: Three Kingdoms, China busca un emperador
Creative Assembly prosigue su andadura con la franquicia de estrategia que le catapult¨® a la fama. Nuevo Total War con muchos cambios respecto a su antecesor.
El a?o pasado por estas fechas SEGA nos mand¨® a Londres a probar Total War: Thrones of Britannia, un t¨ªtulo de la saga Total War considerado como ¡°menor¡±. No dejaba de ser curioso este calificativo de ¡°secundario¡± para denominar una entrega que aport¨® decenas de horas de juego en un nuevo marco hist¨®rico. No obstante, tanto el estudio como la compa?¨ªa japonesa sab¨ªan lo que estaban haciendo, que no era m¨¢s que separar muy bien las entregas principales de otras que contaban con un rol no protagonista.
Tras ir de nuevo hasta las islas para probar el venidero Total War: Three Kingdoms, no nos queda m¨¢s remedio que darles la raz¨®n: Britannia fue notable tal como dijimos en su cr¨ªtica, pero es que Three Kingdoms se vislumbra abismal.
Emperadores chinos
Total War juega con la historia de tantas maneras que da para escribir un libro sobre este asunto en particular. Y buena muestra de ello lo ejemplifica este Total War: Three Kingdoms que traemos a escena. Toca irse a territorio asi¨¢tico, concretamente al siglo II y III, para ver las disputas entre varias dinast¨ªas que buscan repartirse el poder. El objetivo, como uno se puede imaginar, no es otro que llegar a ser emperador de la futura China.
Para ello, el estudio se ha valido de dos registros hist¨®ricos. El primero de ellos es el Romance de los Tres Reinos, escrito en el siglo XIII, mientras que el segundo tiene que ver con el Registro de los Tres Reinos. El primero juega m¨¢s con la espectacularidad y la ficci¨®n, con toda esa iconograf¨ªa que se ha trasladado hasta nuestros d¨ªas en sagas como Dinasty Warriors; los registros, en cambio, se ci?en m¨¢s a los hechos como tal y prescinden de todo el envoltorio que adorna al producto.
Ambas maneras de jugar se traspasan al juego, aunque en la demo s¨®lo pudimos disfrutar del ¡°Modo Romance¡± con Liu Bei. El estudio apost¨® por este personaje, en la demo de tres horas que pudimos jugar, por reflejar muy bien el esp¨ªritu de Total War: naci¨® en una familia pobre y poco a poco fue creciendo hasta lograr el poder. Eso s¨ª, cabe matizar que junto a Liu Bei habr¨¢ otras 10 dinast¨ªas, de manera que tendremos un total de 11 ej¨¦rcitos diferentes a controlar en el campo de batalla.
Tomando como referencia este ¨²ltimo punto, a nivel visual los combates en Three Kingdoms dan un salto enorme respecto a su entrega anterior. Entre las mejoras t¨¦cnicas tenemos: un mayor grado de detalle en los materiales que portan las unidades (metales, madera, etc.), ciclos noche y d¨ªa en cualquier momento, animaciones faciales en los rostros de los soldados, anti-aliasing en las condiciones meteorol¨®gicas, figuras y escenarios m¨¢s pulidos cuando se realiza un zoom in, etc.
Estos son s¨®lo algunos de los puntos m¨¢s importantes en la parcela t¨¦cnica. Sin embargo, hay que recalcar otro vital: el art¨ªstico. Three Kingdoms abandona la est¨¦tica de t¨ªtulos anteriores para incidir en un seudo cel shading que le sienta muy bien. Desconocemos el porqu¨¦ de esta decisi¨®n, pero aplaudimos al estudio brit¨¢nico por la valent¨ªa tomada, ya que casa con maestr¨ªa con la ¨¦poca que se aborda.
Todo rememora a las formas pict¨®ricas de los lienzos y murales chinos de los siglos que trata, tanto a nivel jugable como en las cinem¨¢ticas, cuadros, conversaciones o informaciones adicionales que copan la pantalla del juego.
En cuanto a mec¨¢nicas jugables, aqu¨ª hay menos novedades, aunque las pocas que hay son de peso. Tenemos dos parcelas de nuevo: la diplom¨¢tica y la de batalla. En la primera tenemos que aprender a ser un buen gobernante y eso pasa por hacer tratados con otras fuerzas, controlar nuestros recursos econ¨®micos, que la poblaci¨®n no est¨¦ descontenta o que los romances familiares lleguen a buen puerto. Esta ¨²ltima caracter¨ªstica se potenci¨® con Britannia y ahora vuelve a escena, con la particularidad de que es conveniente tener contentos a nuestros militares cercanos para que no haya una peque?a secesi¨®n.
Y por el otro lado est¨¢ la batalla como ya hemos dicho, que es donde m¨¢s se luce el juego en el plano t¨¦cnico y saca de verdad sus cualidades en lo jugable. El control de las unidades sigue siendo tan excelso como siempre, pero ahora se a?ade una variante que nos ha encantado: los duelos. Al comienzo de cada batalla se puede mandar a nuestro h¨¦roe a luchar contra el militar al mando de la otra facci¨®n. Es una pelea 1 vs 1 donde ninguna tropa interviene hasta que la misma finalice. Son combates muy espectaculares a nivel de zoom y que influyen en la batalla, ya que supone que el bando que pierda no contar¨¢ con su general (y eso en Total War se traduce en desertar de la pelea, menos moral y atributos en las tropas, etc.).
As¨ª mismo, en la contienda tambi¨¦n se incorporan algunas novedades como que sean tres los h¨¦roes encargados de capitanear las unidades; que estas tengan diferentes rangos y con una mayor influencia del desgaste an¨ªmico; o que las estrategias est¨¦n m¨¢s presentes que nunca debido a las inclemencias del tiempo.
Total War: Three Kingdoms es el siguiente gran juego de la saga de Creative Assembly. En poco m¨¢s de un mes lo tendremos entre nosotros para volver a poner sobre el tapete todo aquello que lo llev¨® al estrellato, pero mejorado para la ocasi¨®n. La primera toma de contacto nos ha dejado buen sabor de boca, aunque hemos echado en falta m¨¢s horas de juego para disfrutar de la profundidad de la serie (que la tiene, claro, pero que en tres horas no da para ello). Saldremos de dudas el 7 de marzo.