Leisure Suit Larry: Wet Dreams Don?t Dry, An¨¢lisis: Humor cl¨¢sico para adultos

Hay nombres que forman parte indeleble de la historia de esta bendita forma de ocio digital. Larry, Larry Laffer, es sin el menor atisbo de duda uno de ellos. Este entra?able cuarent¨®n bajito, regordete y medio calvo siempre ataviado con su blanco traje de los 70 protagoniz¨® una de las sagas de aventuras gr¨¢ficas m¨¢s recordadas de finales de los 80 y los locos 90. Siempre en busca del amor (o lo que surja), el bueno de Larry protagoniz¨® disparatadas aventuras con un tono adulto y picante que no era muy habitual por aquel entonces. Basada en una aventura de texto de Sierra, Softporn Adventure (en cuya m¨¢s que sugerente portada pudimos contemplar a la mism¨ªsima Roberta Williams como no la hab¨ªamos visto nunca ni la volver¨ªamos a ver¡­), la serie creada por Al Lowe nos hizo disfrutar mientras acompa?¨¢bamos a nuestro perdedor favorito en sus conquistas imposibles.

A lo largo de 7 entregas (la cuarta nunca vio la luz, dice la leyenda que porque se perdieron los floppys que la conten¨ªan¡­), la saga se labr¨® su rinc¨®n en el pante¨®n del g¨¦nero a base de mucho humor verde y alocadas peripecias. La serie principal se extendi¨® entre 1987, cuando sali¨® Leisure Suit Larry in the Land of the Lounge Lizards, hasta 1996, cuando Love for Sail cerr¨® la misma por todo lo alto con una de sus mejores entregas. Corriendo un tupid¨ªsimo velo sobre los spin off, a cada cual m¨¢s lamentable, Magna Cum Laude de 2004 y Office Bust de 2009, la ¨²ltima vez que tuvimos noticias de nuestro lig¨®n favorito fue en 2013, con el competente remake del primer t¨ªtulo de la serie a cargo de Replay Games, Leisure Suit Larry: Reloaded.

Es por ello que este Wet Dreams don?t Die supuso una enorme alegr¨ªa entre el sector m¨¢s veterano amante del g¨¦nero, especialmente por la forma en que se present¨® hace escasos meses sin que se tuviera la menor pista de ¨¦l y con un lanzamiento previsto para este pasado 7 de noviembre, fecha que finalmente se cumpli¨®. El t¨ªtulo corre a cargo del poco conocido estudio alem¨¢n CrazyBunch, entre cuyo curr¨ªculum destaca la colaboraci¨®n con Daedalic en la excelente aventura gr¨¢fica Anna?s Quest. El bueno de Larry ha recibido una completa actualizaci¨®n est¨¦tica para la ocasi¨®n, pegando un buen estir¨®n, perdiendo bastantes quilillos y ganando pelo, lo cual despert¨® cierto recelo entre los aficionados m¨¢s conservadores. Sin embargo, salvo por el f¨ªsico, estamos ante el Larry Laffer de siempre, y podemos afirmar desde ya que Leisure Suit Larry: Wet Dreams Don?t Die es un sentido y muy respetuoso homenaje a la saga Larry, con una de las propuestas m¨¢s cl¨¢sicas y cercanas a lo que ofrec¨ªa el g¨¦nero en los 90 que hemos podido disfrutar ¨²ltimamente, para lo bueno y para lo malo. As¨ª pues, preparaos para una buena raci¨®n de humor irreverente y picant¨®n, puzles de l¨®gica algo difusa y muy ¡°imaginativa¡± y todo el carisma de uno de los personajes m¨¢s ic¨®nicos y entra?ables que nos ha dado el g¨¦nero de la aventura gr¨¢fica.

De los 80 a ligar en Timber

Nuestros pasos en la nueva aventura de Larry comienzan con un gui?o que los m¨¢s veteranos sabr¨¢n apreciar. Y es que el juego empieza con un cuestionario para verificar nuestra edad que homenajea a las protecciones anticopia del pasado, historia del medio que a los menos veteranos sonar¨¢ a chino. Ya este alocado quiz nos sacar¨¢ las primeras sonrisas, con preguntas que entre otras incluyen referencias a los marcados pezones de cierto superh¨¦roe orejudo de cierta pel¨ªcula de los 90 de infausto recuerdo¡­ Tras ello comienza la aventura, con un misterioso inicio donde vemos a Larry emerger desde una misteriosa y oscura instalaci¨®n a la superficie de la pecaminosa ciudad de Lost Wages, directamente desde finales de los 80 y sin saber c¨®mo ha llegado all¨ª ni donde ha estado o qu¨¦ ha hecho durante todos esos a?os.

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El caso es que el tremendo choque cultural no afecta ni por asomo a las prioridades de nuestro peculiar Larry, por lo que al poco de aterrizar en 2018 directo de los 80 ya est¨¢ haciendo lo que mejor (o peor) sabe hacer: tratar de ganarse el afecto (o lo que surja) de toda f¨¦mina que se le cruce. Tras una nada agradable visita al ba?o del bar de Lefty, otro icono de la saga, Larry acaba en el ¨¢tico de la empresa de tecnolog¨ªa Prune, donde se enamora perdidamente de Faith, una ejecutiva de la empresa. La atracci¨®n de Larry no se ve correspondida, y Faith solo acceder¨¢ a tener una cita con ¨¦l si este demuestra sus dotes para el amor alcanzando la m¨¢xima puntuaci¨®n en la aplicaci¨®n de citas Timber. Y pese a que para alguien salido directamente de los 90 todo este tinglado le suene totalmente a chino, este tipo de nimiedades nunca han sido impedimento para que alguien como Larry lo d¨¦ todo para conquistar a su amada.

As¨ª pues, la premisa de la aventura ser¨¢ tener citas con todos los contactos de Timber posibles y que estos nos den la m¨¢xima puntuaci¨®n posible en la aplicaci¨®n para poder llegar a los 90 puntos que nos permitir¨¢n tener la cita so?ada con Faith. Bajo esta propuesta tan simple se esconde una aventura llena de sorpresas y momentos surrealistas, realmente divertida y que se juega con una sonrisa permanente en el rostro. Debemos destacar el tono adulto del juego, lleno de referencias sexuales e incluso momentos de dudoso gusto, pero que a su vez saben mantener ese tono ingenuo y no demasiado excesivo que era habitual en la saga. En ning¨²n momento se mostrar¨¢ en pantalla contenido demasiado expl¨ªcito, sin bien estamos claramente ante un juego solo para adultos. Otro aspecto en el que el juego tiene para repartir es en la cantidad de referencias que guarda, algunas escondidas y otras m¨¢s directas, tanto cl¨¢sicas como a diversos iconos de la cultura popular m¨¢s moderna.

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Precisamente, debemos destacar que pese al tono desenfadado y picante del juego, este sabe ser una mordaz cr¨ªtica a la sociedad moderna, enfoc¨¢ndola desde el particular prisma de un perdid¨ªsimo Larry directamente llegado desde los 80, especialmente en todo lo tocante a las relaciones interpersonales y su evoluci¨®n desde entonces hasta nuestros d¨ªas. Tambi¨¦n resulta muy positiva la evoluci¨®n de ese mensaje algo machista y rancio tan propio de su ¨¦poca que ten¨ªan los Larry cl¨¢sicos, ya que pese a que en cierta medida todav¨ªa subyace, tambi¨¦n encontramos muchas situaciones donde ese mensaje es criticado y es el papel de la mujer el que gana fortaleza y protagonismo. Sin duda resulta un avance muy positivo, y nos congratula ver c¨®mo a nivel de historia la propuesta de Larry s¨ª ha sabido adaptarse a los tiempos modernos. Lo que resulta una l¨¢stima es que la historia, que engancha y entretiene en todo momento, tiene un tramo final muy poco inspirado y apresurado, que se cierra con un anticlim¨¢tico final que deja casi todos los cabos sin atar, y que tras habernos hecho disfrutar en todo momento de la aventura nos deja un sabor un tanto agridulce.

El retorno de la aventura gr¨¢fica cl¨¢sica

Como ya hemos comentado, a nivel jugable el acercamiento de este nuevo Larry es una de las propuestas m¨¢s cl¨¢sicas que hemos podido jugar en los ¨²ltimos a?os, para lo bueno y para lo malo. Se trata de una aventura gr¨¢fica point and click pura y dura, con interfaz simplificado como ya es t¨®nica habitual hoy d¨ªa en el g¨¦nero. Por lo tanto, haciendo click con el bot¨®n izquierdo en los elementos en pantalla con los que podamos interactuar, realizaremos las acciones pertinentes como usar o coger sin necesidad de seleccionar dicha acci¨®n. Contamos con un inventario y acceso a nuestro terminal m¨®vil desplazando el cursor a la esquina inferior derecha de la pantalla o girando la rueda del rat¨®n. Predominan los puzles de inventario, debiendo buscar objetos para combinarlos y emplearlos de formas ingeniosas para avanzar en la aventura, si bien tambi¨¦n tenemos algunos basados en conversaciones o b¨²squeda de informaci¨®n, aunque son los menos.

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Precisamente, la l¨®gica de dichos puzles es bastante difusa, y est¨¢ directamente sacada de esos cl¨¢sicos de los 90 en los que tanto se inspira. Por lo tanto en muchas ocasiones ser¨¢ realmente dif¨ªcil imaginar qu¨¦ es lo que debemos hacer para avanzar, y si no somos veteranos del g¨¦nero la cosa nos resultar¨¢ m¨¢s que peliaguda. Otro mal del g¨¦nero de su ¨¦poca dorada tambi¨¦n est¨¢ presente, el odiado pixel hunting. En ocasiones ser¨¢ realmente complicado vislumbrar objetos del escenario con los que interactuar, debiendo hacer un minucioso repaso a cada estancia si no queremos perdernos un ¨ªtem esencial para avanzar. Para esto ¨²ltimo, el t¨ªtulo pone a nuestra disposici¨®n una herramienta nada popular entre los m¨¢s puristas, pero que en ocasiones ser¨¢ de gran ayuda. Pulsando la rueda del rat¨®n, aparecer¨¢n en pantalla los elementos con los que podemos interactuar, facilitando nuestra labor. Para lo de la retorcid¨ªsima l¨®gica de ciertos puzles del juego solo nos queda retrotraernos a esa ¨¦poca donde deb¨ªamos utilizar pollos de goma de formas m¨¢s que imaginativas¡­ E incluso, hay alg¨²n puzle casi imposible de resolver a menos que nos pele¨¢ramos con la tecnolog¨ªa de los 90 para resolver ciertos entuertos¡­

De hecho, resulta un t¨ªtulo bastante m¨¢s complicado de lo que fue la primera aventura de Larry a finales de los 80. Y al igual que en aquella, y en la mayor¨ªa de las aventuras gr¨¢ficas de Sierra, podemos morir en ciertas circunstancias si no somos precavidos, aunque sin ninguna consecuencia en este caso, reapareciendo en pantalla al momento tras el pertinente mensaje de reprimenda por haber sido poco cuidadosos. El primer Larry era un t¨ªtulo corto, que casi te pasabas en una o dos sentadas. Esta puesta al d¨ªa es bastante m¨¢s larga, pero deja la sensaci¨®n de que se han omitido cosas, con un tramo final muy acelerado y poco inspirado. En el mapa del juego queda la sensaci¨®n de que hab¨ªa alguna localizaci¨®n m¨¢s a a?adir que finalmente no podemos visitar, y en general nos deja con ganas de m¨¢s. La aventura, que supone un buen reto y se disfruta mucho mientras dura, nos mantendr¨¢ ocupados unas 10 horas, algo m¨¢s si no somos aventureros avezados. Desgraciadamente, en el momento del lanzamiento, el juego no cuenta con localizaci¨®n al castellano, ni siquiera sus textos, lo que supondr¨¢ un problema para los no familiarizados con la lengua de Shakespeare.

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Completo lavado de cara para el lig¨®n Larry Laffer

El trabajo visual de este Wet Dreams Don?t Dry ha terminado por estar a la altura de lo esperado, pese a la controversia inicial por el estilizado nuevo aspecto de su protagonista. Los gr¨¢ficos del juego lucen un atractivo estilo cartoon con gusto por los tonos acuarela y pastel, que sin ser ninguna maravilla cumplen de forma competente. Quiz¨¢ el trabajo en animaciones resulta un tanto parco, pero tampoco deslucen en exceso el conjunto final. Lo que s¨ª resulta m¨¢s criticable es el excesivo reciclaje de escenarios a lo largo de la aventura, ya que visitaremos las mismas localizaciones una y otra vez. ?stas son bastante detalladas y atractivas, pero se agradecer¨ªa poder visitar alguna m¨¢s. Los personajes lucen un acabado atractivo y bien caracterizado, y en general nos encontramos con un t¨ªtulo muy agradable a la vista.

El apartado sonoro incluye acertad¨ªsimas remezclas de varias tonadillas cl¨¢sicas de la saga, las cuales encajan de maravilla con el desarrollo de la trama y refuerzan ese sentimiento de nostalgia que tan bien sabe provocar el t¨ªtulo. El doblaje, en un perfecto ingl¨¦s, est¨¢ facturado con gran acierto, con unas voces para los personajes que casan perfectamente con sus personalidades y saben hacerlos m¨¢s atractivos.