GRIS, impresiones exclusivas con la versi¨®n final

Al imprimir color a una obra por medio de t¨¦cnicas aguadas ¡ªcomo puedan ser la acuarela, la tinta china o la nogalina¡ª , el pincel cargado de pigmento toca el papel ligeramente humedecido para, en cierta medida, escapar a nuestro control.

Color y aglutinante se extienden a trav¨¦s del soporte siguiendo diferentes patrones, los colores se mezclan grabando un car¨¢cter especial en el lienzo y, si nuestra inseguridad nos juega una mala pasada, un gran trabajo puede acabar en desastre a las primeras de cambio.

GRIS da sus pasos iniciales como una experiencia jugable sencilla; solo tenemos que avanzar a trav¨¦s del escenario mientras nos quedamos anonadados con el arte de Conrad Roset y, contra todo pron¨®stico, la ausencia de policrom¨ªa llama nuestra atenci¨®n. Pronto nos identificamos con la protagonista que da nombre al videojuego que nos ocupa; Gris se ve sumergida en un mundo surrealista tras las p¨¦rdida de uno de sus bienes m¨¢s preciados y, como cualquiera de nosotros en alg¨²n momento de la vida, se obsesiona con recuperar algo que cree esencial para seguir su camino.

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Las estructuras arquitect¨®nicas se proyectan hasta el infinito, los paseos se colman de bellas estampas y el color va haciendo acto de presencia, al tiempo que el vestido y el cabello de la protagonista dibujan suaves curvas en contraposici¨®n con el afilado tono de sus articulaciones. Mientras, surgen las primeras dudas acerca de su carisma jugable: ?tan s¨®lo avanzar y saltar? ?D¨®nde queda la identidad jugable de GRIS? ?Ha llevado Nomada Studio la filosof¨ªa del dise?o sustractivo hasta un extremo contraproducente, como sucede en algunos aspectos de t¨ªtulos como Abzu?

En ese momento, tras llevar meses esperando el videojuego barcelon¨¦s, uno piensa si tal vez el ¡ªmetaf¨®rico¡ª pincel de Adri¨¢n Cuevas ha sido menos eficiente que el de Roset, impactando sobre la direcci¨®n art¨ªstica de forma turbulenta, restando carisma a una obra que, a priori, parece conceder demasiado espacio al factor audiovisual.

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Del flujo turbulento al ep¨ªtome jugable

A medida que avanzamos en esta aventura introspectiva, el t¨ªtulo de Nomada comienza a alejarse poco a poco del cortometraje de la National Film Board of Canad¨¢ para acercarse al videojuego de puzles creado por un inspirado estudio de dise?o llamado Ustwo. Efectivamente, Monument Valley es uno de los referentes que utiliza GRIS como paradigma de dise?o sustractivo, donde en este caso el minimalismo se proyecta a trav¨¦s de la acuarela y los ¡ªingeniosos y placenteros¡ª rompecabezas no suponen una barrera para el que llega con ¨¢nimo contemplativo.

De esta forma, GRIS se va convirtiendo en una propuesta realmente bella, fluida y relajante, donde el sencillo control de la protagonista se va matizando con nuevas habilidades (como la de convertirse en un cubo con el que golpear cual salto bomba de Mario, o la del planeo tras un doble impulso al estilo Aran), la interacci¨®n con personajes enriquecen el factor jugable (nuestros saltos y acciones ser¨¢n imitados por un simp¨¢tico ser que nos ayuda a avanzar) y movernos a trav¨¦s del escenario, saltar de plataforma en plataforma geom¨¦trica mientras cambian de forma, y recuperar poco a poco unas brillantes estrellas que nos ayudar¨¢n a formar peque?as constelaciones para progresar, se van haciendo pr¨¢cticas cada vez m¨¢s imaginativas y satisfactorias. La ausencia de interfaz de juego y de indicaciones es coherente y, de paso, perfecta para dedicar una segunda partida a capturar cada fragmento del juego.

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Hasta ahora nunca hemos muerto, no nos hemos atrancado en ninguno de sus puzzles y, sin embargo, hemos sentido la necesidad de contactar con Michael Dudok de Wit para llamar su atenci¨®n: ¡°Esto es GRIS; en ¨¦l hay mucho de ti, tambi¨¦n de tu buen amigo Norman Mclaren y de la ¨¦poca dorada de la animaci¨®n experimental. Ya has conseguido un Oscar sin ser conocido, has dirigido junto a Ghibli sin ser japon¨¦s y, como puedes notar observando videojuegos como GRIS, la experimentaci¨®n en el terreno interactivo es, posiblemente, tu ¨²ltima frontera¡±.

Porque la esencia del juego que nos ocupa, centrada en lo contemplativo y audiovisual pero apoyada en una base interactiva de plataformas bastante variada, enamora a trav¨¦s de su intenci¨®n art¨ªstica mientras manda un mensaje universal. Como el cortometraje Father and Daughter.

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De cielos corales y horizontes ¡°dalinianos¡±

Sobre si su s¨ªntesis jugable y su factor audiovisual concluyen la relaci¨®n con ¨¦xito hablaremos en el an¨¢lisis final, una vez lo hayamos completado en no pocas ocasiones. Por el momento no cabe la menor duda de que GRIS es uno de los videojuegos bidimensionales m¨¢s bellos de los ¨²ltimos a?os, gracias en muy buena parte a un trabajo de animaci¨®n tradicional digno de elogio, que comienza en el delicado movimiento de la protagonista, se refleja en la metamorfosis de los escenarios, y acaba por regalarnos secuencias cinem¨¢ticas de ¨®rdago al entrar en pantalla alg¨²n personaje secundario de peso. De sus estampas resuenan ecos hacia artistas a la altura de Salvador Dal¨ª, Hayao Miyazaki o M.C. Escher, mientras el conjunto nos traslada tambi¨¦n a momentos espec¨ªficos del videojuego Child of Light.

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El ritmo es pausado, tal vez lento para algunos y con una exploraci¨®n demasiado escueta para otros, pero muy a tono con el aire melanc¨®lico que promueve. Oscuro y decadente en determinados momentos de la aventura, m¨¢s variado de lo que podr¨ªamos esperar en otros, el resultado podr¨ªa llegar a parecer desequilibrado. Es ah¨ª donde entra en escena el grupo Berlinist, responsable con su maestr¨ªa al piano, con instrumentos de cuerda, acompa?amientos corales y arreglos orquestales, de que la banda sonora conforme un armonioso conjunto con los factores jugable y visual. Toma el rol de aglutinante y lo hace de forma excepcional.

Por el momento hemos de ser sinceros y no dejarnos hipnotizar por estas primeras horas de juego, pues GRIS a¨²n queda lejos de habernos tocado como Journey, y el dise?o de sus niveles no sorprende ¡ªni creemos que sea su intenci¨®n¡ª como logr¨® algunos de los fragmentos m¨¢s inspirados de RiME. A pesar de ello, no nos resulta para nada extra?o que el estudio Barcelon¨¦s haya llamado la atenci¨®n de su actual Publisher, una Devolver Digital que ya es, de por s¨ª, un sello de calidad en s¨ª misma.

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