Artorias, el Caminante del Abismo

Por: Pablo Seara

*El siguiente art¨ªculo contiene spoilers de Dark Souls, del DLC Artorias del Abismo y de Dark Souls III¡±

Hablar del lore de Dark Souls nunca es tarea f¨¢cil. From Software ha diseminado su decadente historia de luz y oscuridad en cada rinc¨®n de su rico universo, en el que cualquier objeto puede esconder informaci¨®n valiosa sobre el mundo que rodea al jugador. De ¨¦l depende descubrir y contextualizar el por qu¨¦ de la situaci¨®n en la que se encuentra, y entender el aciago destino de los diversos personajes que forman parte de su ardua traves¨ªa. Uno de ellos, quiz¨¢s el m¨¢s tr¨¢gico, sea Artorias, el Caminante del Abismo.

La leyenda de Artorias, cuyo nombre hace clara referencia al Rey Arturo (al igual que Gwynevere proviene de la Reina Ginebra), se forj¨® en el antiguo Municipio de Oolacile, logrando traspasar las eras hasta inspirar a una legi¨®n de valientes no muertos hasta el final de sus d¨ªas. Sin embargo, esta f¨¢bula se encuentra basada en una tr¨¢gica mentira que oculta una terrible verdad.

Esta es la verdadera historia de Artorias, el caballero ca¨ªdo en desgracia.

Al principio, solo hab¨ªa niebla

¡°¡­Pero entonces lleg¨® el fuego. Y con el Fuego, lleg¨® la Disparidad. Fuego y fr¨ªo, vida y muerte, y por supuesto, luz y oscuridad.¡±

En la m¨ªtica introducci¨®n del primer Dark Souls, una anciana desconocida (?Velka? ?Una no muerta sin m¨¢s?) nos introduce a la decadente tierra de Lordran. Tras derrotar a los dragones, Gwyn daba comienzo a la Edad del Fuego, una ¨¦poca donde los dioses disfrutaban de un nuevo mundo. En esta guerra participaron sus cuatro comandantes: Ornstein, Gough, Ciaran, y finalmente, Artorias, el m¨¢s poderoso de todos ellos.

Mientras que Ornstein y Gough se especializaban en matar dragones, como indicaban sus brillantes armaduras y armas punzantes, el estilo de combate de Ciaran y Artorias se orientaba a luchar contra humanos. Ambos contaban con armas similares en su arsenal, y sus vestimentas oscuras y azules hac¨ªan referencia a la Oscuridad, tan relacionada con los seres humanos. Quiz¨¢s esta diferencia de roles fue el comienzo de una relaci¨®n sentimental entre ellos, como sugiere Ciaran en sus ¨²ltimas palabras si decides acabar con su vida: ¡°Mi¡­ querido¡­ Artorias¡­¡±

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Un caballero sin miedo

El rasgo m¨¢s caracter¨ªstico de Artorias, y que siempre se resalta en su leyenda, es su inquebrantable voluntad de hierro. Artorias era un valiente caballero que no retroced¨ªa ante la adversidad, y por ello, Gwyn le regal¨® un anillo perfecto para ¨¦l: el Anillo del Lobo. Esta sortija permite aumentar el equilibrio en gran medida, una habilidad tremendamente ¨²til para un espadach¨ªn que nunca se rend¨ªa. Este mismo anillo tambi¨¦n revelaba que Artorias no ten¨ªa rival en lo que a grandes espadas se refiere, un hecho que podr¨ªamos comprobar al enfrentarnos a ¨¦l a las puertas de Oolacile, pero no nos precipitemos.

De entre todos los enemigos de Gwyn, Artorias adquiri¨® un desprecio terrible por los sirvientes de la Oscuridad. Cuando los Cuatro Reyes de Nueva Londo cayeron en desgracia, Artorias viaj¨® a la ciudad y realiz¨® un pacto para poder atravesar el Abismo, maldiciendo su espada en el proceso y siendo el primero en sobrevivir a ¨¦l. Obviamente, de ah¨ª viene su t¨ªtulo, simbolizado por el Pacto de Artorias, un anillo que permite al jugador entrar en el Abismo sin ser consumido por ¨¦l. Por realizar tal haza?a fue recompensado con un pendiente de plata, que le ayudar¨ªa a repeler a¨²n m¨¢s la oscuridad del Abismo.

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El principio del fin

Tras la inundaci¨®n de Nueva Londo y el sacrificio de Gwyn para revivir la Primera Llama, el Abismo comenz¨® a crecer en el Municipio de Oolacile, por lo que Artorias decidi¨® dirigirse all¨ª para detenerlo y rescatar a la princesa Anochecer. Junto a ¨¦l fue Sif, el Gran Lobo Gris, su fiel compa?ero. Sin embargo, su epopeya no contar¨ªa con un final feliz: Artorias fue consumido por la oscuridad, dejando tras de s¨ª su poderoso escudo para proteger a Sif de la corrupci¨®n del Abismo.

Elizabeth, el hongo parlante que se encuentra en el Santuario de Oolacile, predec¨ªa la ca¨ªda de Artorias: ¡°Lo ver¨¦is m¨¢s adelante. La bestia antigua engendr¨® un abismo que amenaza con engullir el conjunto de Oolacile. El caballero Artorias vino a zanjar esta situaci¨®n, pero dicho caballero no posee ni un atisbo de Oscuridad. Sin duda, ser¨¢ engullido por el Abismo, superado por su absoluta negrura.¡± Un h¨¦roe que no cuenta con pizca de oscuridad no puede prevalecer contra la inmensidad del Abismo. De nada sirvieron todos sus regalos, todo su equipamiento. Sin su escudo, sin su compa?ero, con un brazo roto y derrotado por las fuerzas oscuras, Artorias perdi¨® su cordura. Solamente pod¨ªa esperar a que alguien continuase su misi¨®n y limpiara su honor acabando con su vida.

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Un encuentro atemporal

Muchos a?os m¨¢s tarde resuena la leyenda de Artorias, el Caminante del Abismo, que dispers¨® el Abismo en Oolacile y rescat¨® a la princesa Anochecer. Esta misma noble se encuentra ahora apresada en un g¨®lem de cristal, y del no muerto elegido depende su liberaci¨®n. Una vez acabamos con su opresor y la liberamos de su prisi¨®n, nos dedica unas palabras si cumplimos con ciertos requisitos: ¡°Puede que te resulte algo peculiar, pero¡­ Hace mucho tiempo, en mi hogar de Oolacile, fui asaltada por una criatura del Abismo. Habr¨ªa perecido en aquel entonces, de no ser por el gran caballero Artorias. En verdad, apenas pude ver lo que ocurri¨®, ya que mis sentidos estaban colapsados. Pero incluso as¨ª, hab¨ªa algo sobre Artorias¡­ Un cierto equilibrio de los humores¡­ Que pega perfectamente con tu semblanza. Cielos, no podr¨ªa ser que¡­¡±

Aunque al final descartar¨ªa esa teor¨ªa, Anochecer hab¨ªa dado en el clavo. No fue Artorias quien la rescat¨® de Manus, Padre del Abismo, si no t¨², el no muerto elegido, que hab¨ªa viajado al pasado por una brecha temporal. T¨² fuiste quien derrot¨® a Manus. T¨² fuiste quien salv¨® a Sif, protegido por el m¨¢gico escudo de Artorias. T¨² fuiste quien salv¨® Oolacile de su aciago destino¡­ Pero Elizabeth decidi¨® esconder la verdad al mundo, otorgando tus haza?as a Artorias, una figura tan her¨®ica y con tanto valor que, de saberse su verdadero destino, habr¨ªa acabado con las esperanzas de las buenas gentes de Lordran. Lo cierto es que esta decisi¨®n, probablemente, era la mejor de todas, como terminar¨ªa demostrando su grand¨ªsimo legado con el paso de las eras.

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Sif y Alvina

De vuelta al Lordran del presente, cuando transcurren los hechos de Dark Souls, nos encontramos con dos personajes ferales que se encuentran ligados a Artorias. El primero y m¨¢s cercano a ¨¦l, que adem¨¢s ya conocemos, es Sif. Tras los eventos de Oolacile, Sif pas¨® centurias protegiendo la tumba de su antiguo maestro usando su propio espad¨®n. El Gran Lobo gris quer¨ªa evitar que otros tuviesen el mismo destino que su amigo, por lo que solamente alguien lo suficientemente fuerte como para vencerle podr¨ªa llevarse el Pacto de Artorias para atravesar el Abismo.

Si conseguiste salvar a Sif en Oolacile y te diriges a luchar contra ¨¦l, el lobo te reconocer¨¢, a pesar del paso del tiempo. Se trata de una de las batallas m¨¢s tristes de la saga, especialmente cuando le queda un toque para morder el polvo y se dedica a cojear por el escenario. Sin embargo, es una lucha que ninguno de los dos pod¨¦is evitar: Sif no permitir¨¢ que alguien m¨¢s d¨¦bil que ¨¦l se lleve el anillo de Artorias, y t¨² necesitas derrotar a los Cuatro Reyes de Anor Londo, que habitan en el mism¨ªsimo Abismo, para abrir las puertas del Horno de la Primera Llama.

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El segundo animal que se dedica a custodiar la tumba de Artorias es la gata Alvina, l¨ªder del clan de los Protectores del Bosque. En el pasado, ella es quien nos gu¨ªa hacia Sif, que se encuentra tras un muro ilusorio que, de no ser por ella, ser¨ªa complicado de encontrar. Su conexi¨®n a Artorias se basa en la admiraci¨®n, pero es uno de los pocos personajes que conoce la verdad sobre su muerte. Aun as¨ª, parece mantener su respeto hacia Artorias, un ejemplo de la alta estima que profesan sus m¨¢s cercanos amigos.

La sangre de Artorias

Pasan las ¨¦pocas, los eones. El tiempo y el espacio se distorsionan, y las tierras del mundo convergen en Lothric, el ¨²ltimo reino. La Primera Llama peligra, pero su fin parece ser definitivo. Ha sido encendida en tantas ocasiones que solo quedan ascuas d¨¦biles, que ni el m¨¢s poderoso caballero puede mantener durante mucho m¨¢s tiempo. De entre todos los h¨¦roes que dieron su vida por prenderla, hay un grupo de valientes que se encuentra ¨ªntimamente ligado a Artorias: Los Vigilantes del Abismo.

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Este grupo legendario se convirti¨®, en su conjunto, en un Se?or de la Ceniza, t¨ªtulo que se le otorga a aquellos que han logrado vincularse con La Primera Llama con ¨¦xito. Los Vigilantes del Abismo conformaban la secci¨®n principal de la Legi¨®n de los No Muertos, y su misi¨®n era nada m¨¢s y nada menos que acabar con la Oscuridad haya donde surgiese, al igual que Artorias... Pero su relaci¨®n iba mucho m¨¢s all¨¢, ya que sus integrantes compart¨ªan la sangre del caballero de Gwyn.

Ir¨®nicamente, los Vigilantes del Abismo sufrieron el mismo destino que Artorias, replicando su muerte de forma a¨²n m¨¢s cruel. Cuando prendieron el fuego de la Primera Llama, la sangre del Lobo se sec¨® y el Abismo comenz¨® a afectarles poco a poco. Sus almas se hab¨ªan convertido en una, y sobre las ruinas del oscuro reino de Carthus luchaban los unos contra los otros en una batalla sin final, ya que juraron acabar con el Abismo al m¨¢s m¨ªnimo signo de exposici¨®n... Incluso aunque ello implique acabar con sus hermanos.

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Los Vigilantes del Abismo eran los verdaderos herederos de la voluntad de Artorias, del deber inquebrantable que les mueve a luchar, sin flaquear, hasta que la sangre de todos los Vigilantes del Abismo se una en un desesperado intento por seguir defendiendo al mundo de la Oscuridad. La misi¨®n de Artorias continu¨® tras su muerte e inspir¨® la defensa contra el Abismo hasta el fin de los d¨ªas.

Artorias, el Caminante del Abismo

Nos encontramos de vuelta en Oolacile, al final de nuestra traves¨ªa por el Bosque Real, m¨¢s adelante conocido como el Jard¨ªn Tenebroso. Hemos atravesado la brecha temporal, y somos testigos de como el Abismo devora lentamente el m¨¢gico municipio de la princesa Anochecer. Los ecos de las haza?as de Artorias resuenan en nuestra cabeza cuando Elizabeth nos afirma rotundamente que no hay salvaci¨®n posible para el caballero, pero continuamos nuestro viaje, con la esperanza de encontrarnos con ¨¦l.

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Finamente, en el interior de las puertas del Coliseo, tras atravesar la espesa niebla que precede a un poderoso jefe, nos encontramos con un enemigo com¨²n, una criatura pose¨ªda por el Abismo. Sin embargo, no pasa ni un segundo hasta que Artorias cae del cielo y le atraviesa de un espadazo. Sin embargo, exhuda el miasma oscuro del propio Abismo y act¨²a de forma err¨¢tica y salvaje. No hay duda alguna: el otrora valiente espadach¨ªn, el m¨¢s poderoso de los caballeros de Gwyn, hab¨ªa sucumbido a la Oscuridad. Solamente nosotros podemos liberarle de su agon¨ªa. Con el coraz¨®n enturbiado y la mente alerta, empu?amos nuestro arma, dispuestos a salvar al legendario h¨¦roe.