Secret Files: Tunguska, guía completa - Museo (I)

MUSEO

Lo primero que hace Nina es examinar de cerca toda la habitación. Archivos registrados, un monitor volcado y un cristal de ventana roto, le hacen sospechar que lo que ha sucedido aquí no puede ser bueno. Visiblemente angustiada, Nina se dirige al teléfono y llama a la policía, pero ellos no pueden o no quieren ayudarle. Por lo que su siguiente paso es examinar las restantes dependencias del museo.

En el vestíbulo oye música a gran volumen que proviene de un despacho colindante, pero la puerta está cerrada y la persona que se encuentra dentro no parece oír que está llamando. Una ojeada a la placa del nombre revela que el despacho es el de un hombre llamado Max Gruber, por lo que probablemente sea quien esté dentro. Nina encuentra un cuadro eléctrico que podría solucionar rápidamente el problema de la música a todo volumen. Desgraciadamente el cuadro está cerrado con llave, por lo que su siguiente objetivo es dirigirse al vestíbulo de la entrada y seguidamente a las dependencias traseras del museo.

Encuentra al bedel, completamente aterrorizado, escondido en la reproducción del Tyrannosaurus Rex, tartamudeando algo sobre figuras que levitan envueltas en túnicas negras. ?Podría estar bebido otra vez? Tan pronto como sale Eddy, Nina puede guardarse la peque?a llave que dejó olvidada con el pánico y se dirige de nuevo al cuadro eléctrico. Voilà, es la llave adecuada. Desgraciadamente, los diferenciales no están numerados y no hay tampoco una lista del número que corresponde a cada despacho, por lo que tiene que regresar hasta el vestíbulo de la entrada para consultar la lista de empleados. Y lo que averigua es que Max Gruber ocupa el despacho número 4, por lo que vuelve al cuadro eléctrico y desconecta el diferencial con el número 4. Max está un poco contrariado por el repentino corte de electricidad, pero se calma rápidamente. Desgraciadamente, no le puede proporcionar información concreta sobre Wladimir Kalenkov pero, al menos, le ofrece su ayuda.

?Qué hacer ahora? Nina decide echarle otro vistazo al despacho de su padre, pero parece como si alguien más hubiese tenido esa misma idea. El comisario Kanski no sólo le hace algunas preguntas ofensivas, sino que echa a Nina y a Max del museo sin más, supuestamente para preservar la escena del crimen en el caso de que le hubiese sucedido realmente algo al padre de Nina. Sin embargo, ?es ésta la verdadera razón? ?l da una impresión que no infunde confianza.