Syberia - Valadilene

VALADILENE

Kate lleg¨® al misterioso pueblo de Valadilene y se dirigi¨® hacia la posada. Al entrar descubri¨® que no hab¨ªa nadie para atenderla, s¨®lo un chico de pocas palabras llamado Momo. Kate intent¨® coger su maleta pero pesaba demasiado y Momo no estaba por la labor de ayudarla, as¨ª que Kate se acerc¨® al mostrador, recogi¨® una peque?a llave, la introdujo en la espalda del aut¨®mata-campana y presion¨® el bot¨®n rojo que lo accionaba. Al instante apareci¨® el posadero.

Kate se present¨® amablemente y escuch¨® las ¨²ltimas noticias sobre la muerte de Anna Voralberg. Tras la inquietante reacci¨®n del ni?o al tratarse el tema del hermano de Anna, Hans Voralberg, Kate pidi¨® ayuda para que le subieran el equipaje a su habitaci¨®n.

La habitaci¨®n parec¨ªa bastante confortable. Kate ley¨® el fax que hab¨ªa sobre la mesilla y se dispuso a llamar a la oficina al n¨²mero que aparecia en el remitente de la carta, aunque tambi¨¦n se encontraba almacenado en la memoria de su moderno tel¨¦fono m¨®vil.

Kate decidi¨® que era hora de moverse y baj¨® de nuevo a la recepci¨®n para preguntarle al posadero si hab¨ªa llegado un fax. Lo recogi¨® y habl¨® sobre todos los temas disponibles para recopilar informaci¨®n. Se acerc¨® a la mesa de trabajo de Momo. Recogi¨® del suelo dos ruedas dentadas y descubri¨® otras dos encima de la mesa. Antes de salir de la posada cogi¨® un folleto sobre la f¨¢brica de aut¨®matas y lo ley¨® ¨¢vidamente.

Ten¨ªa que buscar la casa del notario, as¨ª que camin¨® por las calles del pueblo y recogi¨® la gaceta de Valadilene que encontr¨® sobre un banco.

En uno de los portales de las casas vio un peculiar aut¨®mata. Empuj¨® una palanca que ten¨ªa en el torso y la cabeza se uni¨® al resto del cuerpo. A continuaci¨®n, dej¨® sobre sus manos el fax destinado al notario y activ¨® el aut¨®mata con la otra palanca.

A la salida recogi¨® una gran "llave" met¨¢lica con forma de "T" junto a una percha, en la sala de espera del notario.

Kate se encamin¨® a la entrada de la f¨¢brica Voralberg, reconocible por los curiosos aut¨®matas que la custodiaban. Bast¨® con colocar dar cuerda a uno de los aut¨®matas, colocar la llave que recogi¨® en el notario y accionar una palanca para que se abriera sin problemas. Una vez dentro el camino se dividi¨® en cuatro posibles destinos: la casa familiar con sus jardines, una estaci¨®n de trenes, un anexo de la f¨¢brica y la propia f¨¢brica.

Su primer destino fue la f¨¢brica, impresionante con su gran cadena de montaje. Paseando por las distintas estancias, encontr¨® un aut¨®mata sin terminar. Lo descolg¨® de su posici¨®n accionando una palanca. Habl¨® con el aut¨®mata, llamado ?scar, y le prometi¨® fabricar unos pies. Para ello deber¨ªa poner en funcionamiento toda la f¨¢brica. ?scar le proporcion¨® una tarjeta perforada necesaria para su producci¨®n.

Kate sali¨® de la f¨¢brica y se dirigi¨® al anexo. Accion¨® la palanca y unas pinzas transportaron lo que parec¨ªa una especie de generador el¨¦ctrico. Volvi¨® a la f¨¢brica y activ¨® el aut¨®mata que hab¨ªa junto al generador que la pinza trajo del exterior para que lo colocar¨¢ donde correspond¨ªa. Entro en una peque?a habitaci¨®n que conten¨ªa un extra?o mecanismo. tir¨® de una cadena que activ¨® un molino y tiro de la palanca de la izquierda para conectar el mecanismo con el resto del entramado de la f¨¢brica.

Kate se dirigi¨® a la consola de producci¨®n, situada en lo alto de la f¨¢brica y conectada por unas escaleras met¨¢licas al resto de la planta. Introdujo la tarjeta perforada de ?scar en la ranura, selecciono la esa de montaje n¨²mero 3 (era la ¨²nica que funcionaba) y seleccion¨® el tipo de madera. Accion¨® la palanca de la derecha para iniciar la producci¨®n.

Recogi¨® los pies de la cadena de montaje n¨²mero 3 y se los dio a ?scar.

Entr¨® en el despacho de Anna, al pie de las escaleras y ech¨® un vistazo a la librer¨ªa, movi¨® uno de los libros y apareci¨® una especie de caja de m¨²sica con aut¨®matas del que recuper¨® un cilindro. Se acerc¨® a la mesa despacho y qued¨® impresionada con el dise?o del tren que encontr¨®. ?Ser¨ªa el tren del que habl¨® ?scar? Descubri¨® tambi¨¦n el verdadero motivo de la venta de la f¨¢brica leyendo unas notas: Anna estaba endeudada. Tambi¨¦n ley¨® la carta que Anna escribi¨® a su hermano Hans.

Kate sali¨® de la f¨¢brica y se dirigi¨® a la casa, pero todas las puertas estaban cerradas, as¨ª que decidi¨® subir por una escalera mec¨¢nica apostada junto a una de las fachadas, pero faltaba la llave. Se encamino a los jardines y paseando por ellos encontr¨® la llave metida en unafuente peque?a. La introdujo en el elevador, trep¨® por la escalera y se introdujo por una ventana abierta. Una vez dentro, abri¨®n un peque?o escritorio de madera y encontr¨® el diario de Anna. A pesar de lo largo que era, lo ley¨® entero y empez¨® a comprender la historia entre los dos hermanos, el padre de ambos y la mec¨¢nica de la f¨¢brica. Recogi¨® tambi¨¦n un bote de tinta. Al otro lado del ¨¢tico encendi¨® una bombilla y se asust¨® al encontrarse de repente con Momo. ?ste estaba dispuesto a contarle un secreto a Kate si dibujaba un mamut tal y como Hans lo hac¨ªa. Hablando con ¨¦l, Kate consigue papel y l¨¢piz. Se acerc¨® a la zona iluminada y descubri¨® un dibujo de un mamut sobre la propia pared. Utilizo el papel y el l¨¢piz para calcarlo y se lo dio a Momo. Solo tuvo que seguirlo hasta una valla que separaba el pueblo del bosque.

Ambos atravesaron la puerta y caminaron hasta llegar a una vereda que no se pod¨ªa franquear por culpa del caudal del r¨ªo. Kate subi¨® a la presa e intent¨® abrir las compuertas pero no era lo suficientemente fuerte. Pidi¨® ayuda a Momo que s¨®lo consigui¨® romper el madero. Kate lo recogi¨® y fue hasta un bote de madera que reposaba a la orilla del r¨ªo. Utiliz¨® el madero para hacerse con uno de los remos, pero estaba mojado y mugriento. Volvi¨® a llamar a Momo para que recogiera el remo y despu¨¦s le pidi¨® ayuda para intentar abrir la presa con el remo. ?stas se abrieron y el nivel del r¨ªo descendi¨® permitiendo el cruce del r¨ªo. Llegaron a una caverna que sin duda era de la que habl¨® Anna en su diario. All¨ª encontr¨® el mu?eco prehist¨®rico que hab¨ªa obsesionado a Hans durante toda su vida a ra¨ªz del accidente.

Kate volvi¨® al pueblo y se encamin¨® a la iglesia. La puerta principal estaba cerrada, pero pudo entrar en la sacrist¨ªa del sacerdote. Movi¨® el crucifijo de la pared y encontr¨® un llave peque?a que introdujo en el "bureau" de madera. Abri¨® los cajones 1,2,4,5 y recogi¨® varias tarjetas perforadas. En el tercer caj¨®n descubri¨® un fondo oculto al que consigui¨® acceder moviendo la manivela a la derecha del mueble. De ah¨ª recogi¨® una llave y una carta de confesi¨®n del cura.

Se dirigi¨® al ascensor de la iglesia y lo hizo funcionar colocando las cuatro ruedas dentadas en la carcasa que hab¨ªa a su lado. Subi¨® en ¨¦l. En la estancia hab¨ªa un aut¨®mata que hac¨ªa sonar las campanas introduciendo las tarjetas perforadas que hab¨ªa encontrado en la sacrist¨ªa. Una de las melod¨ªas era una marcha f¨²nebre que activ¨® el aut¨®mata que hab¨ªa sobre la entrada al pante¨®n de los Voralberg. Se dirigi¨® all¨ª y uso la llave que encontr¨® en la sacrist¨ªa en el sombrero del aut¨®mata. La entrada se abri¨® y accedi¨® al pante¨®n. Kate ya sab¨ªa que Hans no estaba muerto, as¨ª que decidi¨® abrir su tumba. Descubri¨® un nuevo cilindro y un recorte de peri¨®dico. Decidi¨® ver el contenido del cilindro volviendo al despacho de la f¨¢brica e introduci¨¦ndolo en la caja de m¨²sica. Esta vez los aut¨®matas cobraron vida y escenificaron un pasaje de la vida de los hermanos Voralberg. Kate se llev¨® la caja de m¨²sica consigo.

Kate era consciente que el tren y ?scar representaban su ¨²nica v¨ªa para encontrar a Hans, as¨ª que decidi¨® hacer funcionar el tren a toda costa. Se encamin¨® a la estaci¨®n. Habl¨® con ?scar sobre todos los temas disponibles. ?car le ped¨ªa un ticket para realizar el viaje. No le qued¨® m¨¢s remedio que ir a la ventanilla de la taquilla de la estaci¨®n para obtenerlo de las propias manos de ?scar. Adem¨¢s le dio una autorizaci¨®n que deb¨ªa ser sellada para que tuviera plena libertad de movimientos dentro del tren. Kate tuv¨® que volver al notario para utilizar un peque?o aut¨®mata que hab¨ªa sobre la mesa de la sala de espera. Para ello, abri¨® el sombrero del robot e introdujo el bote de tinta que llevaba consigo. Luego coloc¨® el impreso sobre la mesa y pulso el bot¨®n que accionaba el mecanismo. Ya estaba aprobado el impreso! Volvi¨® al tren y se lo dio a ?scar. Le intent¨® dar el ticket de viaje, pero ?scar dijo que faltaba por colocar ciertos objetos en sus lugares correspondientes en la estancia de al lado. Kate entr¨® y coloco los cilindros en unos estantes, el mamut sobre una base en la mesa de la derecha y la caja de m¨²sica en el pedestal del centro.

S¨®lo faltaba dar cuerda al tren. Fue al and¨¦n contrario y accion¨® una manivela y posteriormente una palanca. De este modo se activa el mecanismo para dar cuerda al tren. Volvi¨® a utilizar la manivela para dejarlo todo como estaba. Kate volvi¨® al vag¨®n y le dio el ticket a ?scar. Era hora de marcharse de Valadilene en busca de Hans!