Un m¨¢ster con Pinedo
Unai Aguirre (20 a?os) comparte el ¨²ltimo a?o del portero de la Selecci¨®n en el Atl¨¨tic-Barceloneta, con quien espera seguir creciendo tras coincidir en los Juegos Ol¨ªmpicos.
Hay sucesiones que se efect¨²an con la sencillez del curso de un r¨ªo, con una naturalidad familiar impulsada por el respeto entre maestro y alumno. Y situando por encima de todo el deporte; en este caso, el waterpolo. Esta temporada se vivir¨¢ esta situaci¨®n en el Atl¨¨tic-Barceloneta y en la Selecci¨®n espa?ola con Dani L¨®pez Pinedo (41 a?os) y Unai Aguirre (20), quienes compartir¨¢n la meta del mejor equipo espa?ol y un aspirante a ganar la Champions una campa?a m¨¢s. ¡°Estoy orgulloso de verlo crecer. El futuro es tuyo¡±, le dice L¨®pez Pinedo a Aguirre, ambos sonrientes y despertando ¡®buenrollismo¡¯ en la piscina de Sant Sebasti¨¤.
No hay dudas con el jovenc¨ªsimo meta, se?alado por todos como el portero del futuro (y ya del presente) desde hace a?os. El seleccionador David Mart¨ªn ya lo incluy¨® en la lista de Tokio 2020 y llegar¨¢ a la porter¨ªa del equipo nacional con la l¨®gica con la que Jes¨²s Roll¨¢n la alcanz¨® en Se¨²l 88. ¡°Siempre he tenido presi¨®n. Me la pongo yo. Creo que la presi¨®n se entrena y afrontarla forma parte del talento. Me queda mucho por aprender y los veteranos me ayudan¡±, dice Aguirre, cuyo padre fue portero de f¨²tbol en los 90 en las categor¨ªas inferiores del Espanyol y de la Ferran Martorell. Incluso ¨¦l hizo sus pinitos: ¡°Jugaba en Cubelles cuando era un ni?o. Paraba bastante, pero era malo con los pies: se la daba a los rivales. Me dijeron que jugar con los pies era fundamental¡±.
Dotado de una envergadura de nadador, intuitivo y con car¨¢cter (¡°eso me viene de familia, somos unos ganadores¡±), Aguirre debut¨® en la piscina de Tatsumi de Tokio ante Croacia y ofreci¨® una exhibici¨®n de paradas. Un estreno ideal. Ahora vivir¨¢ un m¨¢ster junto a L¨®pez Pinedo, uno de los mejores porteros del mundo en los ¨²ltimos a?os. ¡°No soy de dar consejos, pero s¨ª herramientas. Le dir¨¦ cosas que a m¨ª me funcionan para que ¨¦l las valore y decida. No hay un manual de c¨®mo parar. Unai es diferente a m¨ª, pero hay cosas que le pueden funcionar¡±, explica Pinedo, quien no cont¨® con tanta confianza cuando empez¨® en la Selecci¨®n.
¡°Prepar¨¦ los Juegos de Sidney 2000, pero luego desaparec¨ª. Son cosas que pasan. No todas las carreras son explosivas. Eso me hizo valorar el haber llegado y estoy muy orgulloso¡±, explica el portero que incluso fue jugador en alguna etapa. ¡°Eran otros tiempos. Los porteros entrenaban como jugadores¡±, matiza. Pero de su esp¨ªritu bajo palos, Aguirre se impregna: ¡°Hay una cosa en la que me fijo, y es su capacidad de entrenamiento. Nunca estuve con alguien as¨ª. Al margen de eso, me fijo en detalles t¨¦cnicos, pero su capacidad de entrenar es una barbaridad¡±.
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En Aguirre hay una madurez inaudita. Reflexiona con la misma seguridad con la que defiende la porter¨ªa. ¡°Est¨¢ bien que los j¨®venes destaquen, siempre y cuando respeten a los mayores. Trabajar es un talento, como saber parar o gestionar la presi¨®n¡±. Incluso L¨®pez Pinedo reconoce que ¡°¨¦l me da energ¨ªa. Estoy orgulloso de que me saque de aqu¨ª¡±, bromea.
Para ambos, agosto no fue un mes f¨¢cil. Y menos aquel viernes 6 de agosto, cuando Serbia impidi¨® que Espa?a jugara la gran final de los Juegos. ¡°Le vi desde la grada, se vive con tensi¨®n. No pude aguantar los dos ¨²ltimos minutos, me fui¡±, se lamenta Aguirre. Tambi¨¦n L¨®pez Pinedo, a quien se le iluminan los ojos al lanzar quiz¨¢s el epitafio de su trayectoria deportiva: ¡°Trabaj¨¦ toda mi carrera para lograr una medalla, pero no fue posible. Estoy orgulloso. Competimos cuando hace a?os era impensable. El camino est¨¢ marcado. Cuando este equipo lo logre en el futuro, sentir¨¦ esa medalla como si fuera m¨ªa¡±.