A prop¨®sito de la serie de Netflix... ?qu¨¦ es un gambito de dama?
El ¨¦xito de Netflix ha puesto de moda el ajedrez y todo lo relaccionado con este deporte. De hecho, el t¨ªtulo de la obra hace referencia a un elemento muy popular.
En el ajedrez, el deporte m¨¢s documentado de la historia, en el que miles de jugadas o combinaciones tienen nombre para hacer m¨¢s sencillos los coloquios entre jugadores a la hora de polemizar en acciones y posibles variantes, el gambito de dama se ha puesto de moda en las ¨²ltimas semanas gracias a la incidencia de una miniserie de televisi¨®n bien plantada y mejor publicitada de la que Netflix ha confirmado que ya ha llegado a 62 millones de hogares.
Un gambito, en realidad, es un enga?o en el juego. Una acci¨®n con la que se sacrifica una pieza para sacar alguna ventaja, normalmente para conseguir el dominio de alguna posici¨®n en el tablero, o simplemente para descontrolar al jugador contrario cuando se encuentra acuciado por el reloj, y llevarse una pieza f¨¢cil le obliga a dispersar su visi¨®n: si le interesa comer, si liego va a tener una posici¨®n ventajosa, por qu¨¦ lo ofrece el rival, si por un error o por alg¨²n inter¨¦s que no hay m¨¢s remedio que evaluar.
Al parecer, fue el sacerdote espa?ol Ruy L¨®pez Segura el culpable de que la palabra gambito entrase en el diccionario del ajedrez, a partir de una traducci¨®n italiana de zancadilla. Eso ocurri¨® en el siglo XVI. Y claro, gambitos hay infinidad.
Centr¨¢ndonos en el gambito de dama, en realidad es el menos claro de todos los gambitos como tales. Se trata de una salida, de las blancas, en la que se ofrece el pe¨®n de la reina al rival. Pero no se pierde material, porque la pieza que come al pe¨®n de la dama tambi¨¦n queda en una posici¨®n comprometida y pr¨¢cticamente sin posible defensa.
En los or¨ªgenes de la lucha humana contra las primeras m¨¢quinas del ajedrez, el gambito era un enga?o humano, una trampa para generar el error: ofrecer una torre por un alfil, que la computadora aceptar¨ªa por el valor objetivo de cada prueba sin captar la aut¨¦ntica oferta que la estaba ofreciendo el jugador avezado. Pues bien, si las m¨¢quinas ya no fallan ante esas a?agazas, los gambitos de reina, por ejemplo tampoco son jugadas que se estilen en el ajedrez moderno de ¨¦lite.