?Qu¨¦ fue de¡ Phelps, el rey de los Juegos que sufre depresi¨®n?
Retirado en 2016, sigue nadando y haciendo deporte y reconoce estar m¨¢s en forma que en 2014. Ayudar a la gente con problemas mentales es su preocupaci¨®n.
A finales de diciembre, Michael Phelps, como explica en una entrevista en la ESPN, quiso conocer su peso. La b¨¢scula marc¨® 87 kilogramos. Durante los Juegos de R¨ªo de 2016, su ¨²ltima competici¨®n oficial, estaba en 88,5. ¡°Creo que si vuelvo ser¨ªa incluso m¨¢s f¨¢cil de lo que fue en 2014. Estoy en mejor forma¡±, coment¨® el estadounidense, quien sale en bicicleta pr¨¢cticamente todos los d¨ªas y acude a una piscina cercana a su casa de Arizona a nadar. ¡°Es mi terapia¡±, recuerda en su activa cuenta de Instagram, una biblioteca familiar para el de Baltimore, padre de tres hijos (Bommer, Maverick y Beckett).
El 13 de agosto de 2016, Phelps se retir¨® con una medalla de oro al cuello, la imagen ic¨®nica del mejor de siempre, que hoy cumple 35 a?os y que cierra cualquier especulaci¨®n sobre su regreso. Ya no tiene ese aliciente. Sabe lo que le cost¨® alcanzar un nivel ¨²nico que le hizo ganar ocho oros ol¨ªmpicos en Pek¨ªn 2008, r¨¦cord absoluto, y otras 20 medallas en 2004, 2012 y 2016, con cap¨ªtulos de alcoholismo y de depresi¨®n incluidos, as¨ª como una infancia dif¨ªcil con la separaci¨®n de sus padres. Y sabe que no quiere volver a pasar por ese trance.
Despu¨¦s de bajar el tel¨®n, Phelps ha pasado por varias etapas en las que la familia ha sido su epicentro. Est¨¢ casado desde 2015 con la modelo Nicole Johnson (Miss California en 2010) y desde 2014 reside en Arizona, lejos de su Baltimore natal, cerca del estado de su mujer. En 2018 decidi¨® vender por cuatro millones de euros una espectacular casa que se hab¨ªa comprado cuatro a?os antes, con piscina, un amplio jard¨ªn y hasta seis ba?os.
De la fundaci¨®n al inter¨¦s por los problemas mentales
Sin su rutina en el agua, y pese a seguir practicando su deporte y seguir vinculado a la nataci¨®n internacional respaldando al equipo americano, Phelps dedica principalmente el tiempo a su familia y a dos proyectos personales. El primero de ellos es su fundaci¨®n, cuya finalidad es que los menores de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo tengan la posibilidad de aprender a nadar para mejorar la salud o para intentar cumplir sus sue?os, como en su d¨ªa le pas¨® a ¨¦l. Una fundaci¨®n que le lleva a viajar por medio mundo aunque ha bajado el ritmo de vuelos recientemente.
Sin embargo, y debido a sus problemas personales entre los Juegos de Londres y los de R¨ªo, Phelps ha encontrado en la lucha contra la depresi¨®n y la ayuda a estos colectivos su nueva pasi¨®n. Durante el confinamiento, el tibur¨®n de Baltimore ha salido p¨²blicamente a hablar de la salud de los deportistas y de que sus problemas de depresi¨®n nunca desaparecer¨¢n, todo ello adem¨¢s enmarcado en el activismo de Phelps con la empresa Talksplace, que ayuda a conectar a quienes necesitan una terapia relacionada con la salud mental.
Persona reconocida en Estados Unidos y en el olimpismo mundial, Phelps ten¨ªa pensado acudir en verano a los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio para apoyar a sus ex compa?eros. Con algunos de ellos a¨²n mantiene contacto. Por ejemplo, con Allison Smith, quien se ha entrenado parte de este periodo en Arizona, y con Katie Ledecky, con quien comparte imagen en varias campa?as publicitarias.
Precocidad: ol¨ªmpico y r¨¦cordman a los 15 a?os
Phelps naci¨® en el norte de Baltimore. Fue el menor de tres hermanos, todos ellos relacionados con el mundo acu¨¢tico, lo que le llev¨® a practicar la nataci¨®n con siete a?os. Demostr¨® su destreza r¨¢pidamente, una sensibilidad inusual en el agua. Al poco tiempo, cuando cursaba sexto grado, le fue diagnosticada hiperactividad, y la piscina fue su mejor terapia. Recay¨® en el North Baltimore Acuatic Club y conoci¨® a Bob Bowman, m¨¢s que un entrenador. Era 1995, justo cuando sus padres se separaron. La nataci¨®n fue la v¨ªa de escape para un Phelps que, con 10 a?os, ya bati¨® r¨¦cords nacionales de su edad.
Todo aconteci¨® a la velocidad de la luz para un Phelps que empez¨® a hacer historia desde peque?o. Con 15 a?os, cogi¨® billete para los Juegos de S¨ªdney. Hac¨ªa 68 a?os que no se clasificaba en Estados Unidos un nadador a tan temprana edad. No se conform¨® con esas el de Baltimore, que fue quinto en los 200 mariposa en su primera final ol¨ªmpica. "Me sirvi¨® para ganar experiencia. Recuerdo que me dejaba la acreditaci¨®n o no iba preparado a los sitios...", rememor¨® recientemente en la ESPN. Cinco meses despu¨¦s, Phelps rompi¨® en el Mundial de Fukuoka su primer r¨¦cord, en los 200 mariposa. La estrella empezaba a brillar.
El tibur¨®n devora r¨¦cords y medallas: la haza?a de Pek¨ªn
A partir de ah¨ª fue imparable. Un tibur¨®n hambriento que no par¨® de devorar r¨¦cords y medallas, y que escribi¨® una p¨¢gina en el olimpismo que ser¨¢ dif¨ªcil de superar. En Atenas 2004, Phelps pudo ser el de Pek¨ªn 2008, el hombre que gan¨® ocho medallas de oro y super¨® las siete de Mark Spitz en Munich 72. Pero al de Baltimore a¨²n le faltaba mejorar en el estilo libre, poder batir a colosos como Ian Thorpe o el holand¨¦s Van den Hoogenbang, y se 'conform¨®' con seis oros y dos bronces, en el relevo 4x100 libre y los 200 libre.
Cuatro a?os despu¨¦s en Pek¨ªn, Phelps logr¨® la haza?a. Le acompa?¨® el talento, su competitividad y tambi¨¦n esa pizca de fortuna que tienen los grandes campeones. Y eso ocurri¨® en los 100 mariposa, cuando protagoniz¨® un final hist¨®rico con el croata Milorad Cavic. La llegada, en la que Phelps estira el brazo y Cavic levanta la cabeza, sigue generando debate. Cavic consider¨® que ¨¦l toc¨® primero pero lleg¨® exhausto y con poca fuerza, por lo que Phelps, que lo hizo impulsado, activ¨® antes el panel y gan¨® por una cent¨¦sima.?
Con ocho oros al cuello, en los 200 y 400 estilos, 100 y 200 mariposa, los 200 libre y los tres relevos, Phelps se tom¨® un respiro. Baj¨® el ritmo de entrenamientos despu¨¦s del Mundial de Roma de 2009, ¨¦poca de ba?adores m¨¢gicos. Fiel a su Speedo, Phelps represent¨® tambi¨¦n a la nataci¨®n que se negaba a utilizar un ba?ador de cuerpo entero, con ese poliuretano que ayudaba a la flotaci¨®n y que permiti¨® que en ese Mundial se superasen m¨¢s de 40 r¨¦cords mundiales.
De Londres a R¨ªo, la ca¨ªda y la resurrecci¨®n del mito
Antes de Londres 2012, Phelps hab¨ªa anunciado que esos Juegos ser¨ªan su ep¨ªlogo. Apenas ten¨ªa 27 a?os, pero ya hab¨ªa decidido poner fin a su rutina y sacrificio. El de Baltimore ya no fue ese nadador invencible, se volvi¨® m¨¢s humano, y quiz¨¢s en ese contraste emergi¨® de nuevo su grandeza. El primer d¨ªa se qued¨® fuera del podio de los 400 estilos, una prueba que hab¨ªa llevado con anterioridad a otra galaxia, pero que ahora se le quedaba grande.
Lejos de venirse abajo, Phelps cerr¨® el campeonato con cuatro oros y dos platas, ganando los 100 mariposa y los 200 estilos, protagonizando relevos trascendentales en los estilos y el libre. El nadador, que le dedic¨® sus medallas a su madre Debbie, cerr¨® su cap¨ªtulo en el Centro Acu¨¢tico de Londres despu¨¦s de superar las 18 medallas de Larissa Latynina y quedarse con 22. Pero no iba a ser su ¨²ltimo ba?o. En R¨ªo habr¨ªa m¨¢s.
En 2013, ya retirado, Phelps presenci¨® los Mundiales de Barcelona desde la grada, promocionando su fundaci¨®n, invitado por al FINA, viajando por medio mundo y jugando al golf. Pero esa falta de rutina le jug¨® una mala pasada el siguiente a?o, cuando fue detenido por conducir con un alto grado de alcoholemia. Phelps se someti¨® a una dura rehabilitaci¨®n y entr¨® en una depresi¨®n que, como ¨¦l confes¨®, le hizo pensar en algunos momentos con el suicidio. En 2015 decidi¨® regresar en serio con la nataci¨®n y casarse con Nicole Johson. El agua de nuevo al rescate.
En R¨ªo, con su hijo Boomer de apenas meses en la grada, Phelps se despidi¨® de nuevo a lo grande. A sus 31 a?os segu¨ªa siendo un nadador dominante, asiduo al podio, clave en Estados Unidos. Gan¨® cinco oros y una plata, con victorias en los 200 estilos (lo hizo en cuatro Juegos seguidaos) y los 200 mariposa. Se despidi¨®, esta vez s¨ª, en un podio. Era su medalla 28. Un mito dif¨ªcil de superar.