Roxana, viento en Popa
La gimnasta de Costanza, que vive en Madrid desde los seis a?os, volvi¨® a competir tras estar retirada para ser sexta en suelo en los Mundiales de Stuttgart.

Roxana Popa en uno de los milagros del deporte, porque esta joven de 22 a?os, nacida en Constanza (Ruman¨ªa), "pero m¨¢s espa?ola que rumana", porque lleva en Madrid desde que ten¨ªa seis, pas¨® en tres meses de un retiro prematuro de casi tres a?os a competir en los Mundiales, conquistar la plaza ol¨ªmpica con Espa?a, y meterse en la final de suelo con el sexto puesto en ese aparato.
"Mi madre hab¨ªa practicado la r¨ªtmica, y como yo era un terremoto de peque?a, me llev¨® al gimnasio con cuatro a?os. A esas edad no te enteras de nada. Simplemente hac¨ªa gimnasia", recuerda Roxana, que emigr¨® con sus padres y hermano a Madrid s¨®lo dos a?os despu¨¦s. "Cuando llegamos tuve que hacer un curso de adaptaci¨®n y esas cosas, y cuando ya lo tuve, pues volv¨ª al gimnasio", recuerda.
Roxana tra¨ªa una carta de recomendaci¨®n de su entrenador para Jes¨²s Carballo, entonces seleccionador espa?ol, quien la dirigi¨® hacia el Club Pozuelo. "En aquel momento era el club con mejores instalaciones, y un sitio para entrenarme, y me dijeron que a los once a?os podr¨ªa volver al CAR, pero aquello se dilat¨® y una lesi¨®n en el codo me permiti¨® pasar a las ¨®rdenes de Carballo", resume Roxana.
Lo que ocurri¨® despu¨¦s ya es conocido: una gimnasta que apuntaba alto, que era la baza espa?ola de futuro, y que dos roturas de ligamentos cruzados lastran todos sus sue?os, sus esperanzas, y sus posibilidades de ser gimnasta, de no haber sido por un golpe de fortuna, unido a su consistencia y calidad.
Ha empezado ya a trabajar con los Juegos Ol¨ªmpicos en la cabeza, "porque queda poco para meter nuevos elementos en los cuatro aparatos", con el objetivo de estar en la final de las 24 mejores "y porque tambi¨¦n sirve para los aparatos en singular".
Sabe que en los entrenamientos debe tener una preparaci¨®n individualizada "dentro del grupo". "Ya tengo una edad, un historial de lesiones, y por eso me cuidan de una manera especial", reconoce esta madrile?a de adopci¨®n para quien aprender el espa?ol ¡°fue muy sencillo¡±.
De peque?a su ¨ªdolo era Catalina Ponor "tambi¨¦n de Constanza", y de su club. Pero ahora ya no tiene, ¡°porque con los a?os todo cambia, por lo menos cuando pasas de pedir aut¨®grafos a que te los pidan¡±.
Mantiene que ella no quiere parecerse a nadie, que pretende tener su estilo propio "con una gimnasia que transmita pasi¨®n a los espectadores", aunque no todos est¨¢n dispuestos a verla en acci¨®n: "Mi padre no puede verme competir. Lo pasa fatal. En el Mundial mi madre me cont¨® que cuando yo sal¨ªa a la sala ¨¦l cog¨ªa las llaves de casa y se iba a dar un paseo. Es que sufre mucho".
Pero ahora es otro sufrimiento, incluso m¨¢s placentero, porque Roxana ha regresado al gimnasio, compite con las mejores del mundo, tiene la cabeza llena de sue?os y todo le va viento en popa.