Alcobendas se estrena y recupera la Copa del Rey para Madrid
Primer t¨ªtulo copero para el equipo madrile?o, que se sobrepuso a una mala primera parte y tumb¨® a un buen Bar?a con un ensayo de Linklater en el a?adido.
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Alcobendas ya puede decir alto y claro que es campe¨®n de la Copa del Rey. En una final en la que cargaba con el peso de su historia reciente, una de altibajos, y del rugby madrile?o, diez a?os sin t¨ªtulos, se impuso al Bar?a (23-24) en un partido trepidante, a ratos claustr¨®fobico, a ratos loco. Es el segundo t¨ªtulo de su historia tras la Liga conquistada en 2002 y el primero copero, alzado en un Central de aniversario (el 75, como Cisneros, organizador y anfitri¨®n) que registr¨® una buena entrada: unos 7.000 espectadores.
No se equivocaba Tiki Inchausti, entrenador del equipo madrile?o, cuando avisaba en la previa de que los nervios de un equipo sin costumbre de jugar finales pod¨ªan pasar factura. Durante 30 minutos Alcobendas se estrell¨® contra la tupida defensa del Bar?a y se enroc¨® con cada decisi¨®n desfavorable de F¨¦lix Villegas. Jug¨® en campo contrario, s¨ª, pero no usufruct¨® el dominio del terreno a excepci¨®n de un golpe de castigo pasado por Jantjies en el 17¡¯.
El Bar?a, por su parte, intentaba proponer desde atr¨¢s a partir de las patadas recibidas pero s¨®lo sumaba con el pie de Guemes, certero toda la tarde pese a la intimidaci¨®n que intent¨® ejercer sobre ¨¦l la defensa rival, reflejada en una carga al filo de la legalidad de Jantjies a la que el argentino a?adi¨® cierto teatro. Con dos golpes de castigo pasados por el 10, el Bar?a marchaba 6-3 arriba al descanso.
Sali¨® m¨¢s centrado Alcobendas al segundo tiempo y r¨¢pido, en el 44¡¯, encontr¨® lo que el bar?a le hab¨ªa negado toda la primera parte: el abierto. Por ¨¦l se col¨® Diego Garc¨ªa para posar el primer ensayo de la tarde. La ventaja dur¨® poco porque en el 48¡¯ Guemes volv¨ªa a sacar partido a un golpe de castigo.
El cansancio empezaba a aparecer en ambos equipos pese a los cambios y se abr¨ªa el duelo. En el 55¡¯ Dani Marr¨®n ensayaba para Alcobendas con el benepl¨¢cito del TMO (videoarbitraje) y Jantjies pasaba entre palos. De nuevo una alegr¨ªa ef¨ªmera. El propio Jantjies se dorm¨ªa al intentar una patada en su propia 22 y Granell hac¨ªa buena la presi¨®n tapon¨¢ndola y col¨¢ndose hasta la cocina. Con la conversi¨®n de Guemes el Bar?a estaba a uno con 20 minutos por delante.
Alcobendas necesitaba jugar en campo contrario. Matar el partido o ampliar la renta. Lo consigui¨® por momentos pero ?valo, en una jugada de pillo, rompiendo hacia fuera primero y hacia dentro despu¨¦s, llevaba al Bar?a a la l¨ªnea de 5 contraria. En la continuaci¨®n un buen salto llegaba hasta Ubaldo, que posaba en el bander¨ªn opuesto. Tampoco fallaba Guemes. 23-17 y un cuarto de hora por jugarse.
Tocaba a rebato el Alcobendas, que se salvaba del desastre en un intento de drop de Guemes que no entr¨®. Pim, pam, pum, una mel¨¦ a favor y a zona de 22. Ah¨ª se arm¨® el taco. Cargaba y cargaba la delantera del equipo madrile?o; incurr¨ªa en continuas infracciones el Bar?a. Inchausti se desesperaba en el banquillo pero Villegas no conced¨ªa el ensayo de castigo. S¨ª le mostraba la amarilla al 3 del Bar?a, Molinaro. La guerra de trincheras se alargaba hasta m¨¢s all¨¢ del 90¡¯. El espect¨¢culo era dantesco.
Al final fue Brad Linklater, emblema alcobendense, el que encontrara la autopista a la gloria con un contrapie genial. La paviment¨® Jantjies, encargado de pasar la conversi¨®n que romp¨ªa el empate y daba a Alcobendas la primera Copa del Rey de su historia. La primera para Madrid en diez a?os tambi¨¦n. Una memorable.