Los peores quarterbacks que han ganado una Super Bowl
New York Giants vs Dallas Cowboys en vivo y directo: NFL
Entre 1979 y 1993 el quarterback titular de los New York Giants era Phil Simms. S¨ª, el mismo. Ese se?or que durante muchos a?os ha levantado pasiones como comentarista de NFL en la CBS, gan¨¢ndose una legi¨®n de detractores y consiguiendo que algunos de sus comentarios se convirtieran en bromas virales. Simms posiblemente no haya sido uno de los mejores analistas televisivos de la NFL, pero como quarterback marc¨® una ¨¦poca en los Giants. Poco despu¨¦s de que colgara el casco y la coraza retiraron su n¨²mero y le incluyeron en el anillo de honor de su estadio.
Durante su larga carrera de catorce a?os como quarterback de Nueva York, gan¨® dos Super Bowls: en 1986 a los Broncos de Elway y en 1990 a los Bills de Kelly. En la primera complet¨® 25 de 22 para 268 yardas y tres touchdowns. Su quarterback rating en el partido fue de 150,92, el m¨¢s alto de la historia de la gran final. En la segunda sus n¨²meros no son relevantes. B¨¢sicamente porque no la jug¨®. Se lesion¨® en la semana 14 (curiosamente en un partido en que los Giants cayeron derrotados ante los Bills), y el resto de la temporada jug¨® en su puesto Jeff Hostetler. ?Qui¨¦n? S¨ª, s¨ª, Jeff Hostetler. Un tipo feo y con bigote del que se acordar¨¢n los m¨¢s veteranos y que no solo fue el titular en la gran final, lo hizo tan bien en aquel partido que hasta le arrebat¨® la titularidad a Simms en las dos siguientes temporadas. Despu¨¦s pas¨® cuatro a?os con los Raiders, dos en Los Angeles y otros dos en su nueva sede de Oakland, y termin¨® retir¨¢ndose tras un paso fugaz por los Redskins.
Los esforzados del emparrillado
?A qu¨¦ viene esta historia? Pues a que me he tenido que remontar hasta 1990 para encontrar un equipo ganador de la Super Bowl con un perfil de quarterback similar al que tienen Foles, Keenum o Botles. Esforzados del emparrillado, jornaleros de la NFL, que ennoblecen su labor con una profesionalidad a prueba de bombas (al menos en dos de los tres nombrados), pero que est¨¢n lejos de la ¨¦lite de la NFL en su posici¨®n y a¨²n no tienen asegurado un puesto de titular en la NFL en la pr¨®xima temporada regular. Es m¨¢s, para tener alguna remota posibilidad, Foles y Bortles necesitar¨ªan ganar el anillo.
Remont¨¢ndonos en el tiempo, algunos dir¨¦is que Trent Dilfer, ganador de la XXXV Super Bowl con los Ravens, o Brad Johnson, que consigui¨® su anillo en la XXXVII con los Buccaneers, podr¨ªan estar metidos en el mismo saco.
Dilfer y Brad Johnson
El caso de Trent Dilfer difiere en que lleg¨® a la NFL como estrella, elegido en el sexto pick de primera ronda del draft de 1994 por los Bucs. Despu¨¦s de cinco decepcionantes a?os como titular en Tampa, se marc¨® a Baltimore como suplente de Banks, al que arrebat¨® la titularidad porque ¨¦ste era a¨²n peor. A partir de ah¨ª enlaz¨® una temporada perfecta con siete victorias consecutivas en temporada regular y el t¨ªtulo de campe¨®n con unos Ravens que le pusieron de patitas en la calle de inmediato. La decisi¨®n fue muy pol¨¦mica y m¨¢s despu¨¦s de que el equipo de Baltimore no levantara cabeza con Grbac al a?o siguiente. Pero la realidad es que desde entonces Dilfer tampoco levant¨® cabeza y fue dando tumbos de Seattle a Cleveland para acabar su carrera en San Francisco.
Brad Johnson tampoco tiene el mismo perfil que Foles, Keenum o Botles. ?l era ya un veterano que llevaba once a?os en la NFL cuando gan¨® la Super Bowl con los Buccaneers. Hab¨ªa sido titular dos a?os en Minnesota, otros dos en Washington y era su segundo al frente de la ofensiva de los Bucs. Despu¨¦s de haber sido elegido en novena ronda del draft, nunca fue quarterback franquicia en ning¨²n equipo, pero tras pasar sus primeros cuatro a?os casi in¨¦dito en los Vikings, se convirti¨® en un quarterback leg¨ªtimo, casi siempre con r¨¦cords ganadores, que en su carrera jug¨® siete partidos de playoffs como titular en cuatro temporadas diferentes, con cuatro victorias y tres derrotas. A pesar de sus habituales cambios de equipos, siempre llegaba a su nueva franquicia como titular indiscutible y adem¨¢s respond¨ªa. Otra cosa es que, en mi opini¨®n, arrastrara el sambenito de ser un jugador de 9? ronda. Siempre he cre¨ªdo que, pese al anillo que gan¨®, la NFL nunca fue justa a la hora de juzgar la aut¨¦ntica calidad y el talento de Johnson.
?Tom Brady y Big Ben?
Por ¨²ltimo, algunos tambi¨¦n pueden argumentar que el Tom Brady de la XXXVI Super Bowl y el Big Ben de la XL deber¨ªan estar en el caso de los tres protagonistas de este a?o. Ambos ganaron el anillo cuando no eran nadie, ni siquiera jugadores decisivos, y viv¨ªan sobre todo de la calidad de su defensa y el talento de su entrenador. En el caso de Tom Brady incluso hubo una agria discusi¨®n en la siguiente offseason, cuando much¨ªsimos analistas y aficionados de New England criticaron la decisi¨®n de Belichick de prescindir de Bledsoe, una estrella de la NFL, para apostar por un chavalito elegido en sexta ronda y con pinta desgarbada. Sin embargo, tampoco me parecen casos parecidos. Brady y Roethlisberger estaban dando los primeros pasos de su carrera y no hab¨ªa elementos de juicio para prever su futura progresi¨®n.
Bortles, Foles y Keenum
Foles y Keenum llevan en la NFL seis a?os y Bortles cuatro. El de los Jaguars siempre ha sido titular porque fue una inversi¨®n a fondo perdido en una franquicia que ha sido un despelote entre 2014 y 2016. Despu¨¦s de muchas fiestas y mucho vivir la vida, junto a unas deficiencias t¨¦cnicas exasperantes y nunca corregidas, es complicado que los de Jacksonville hagan efectiva la opci¨®n de ampliar un a?o m¨¢s un contrato que les costar¨ªa 19 millones de d¨®lares. Ganen o no el anillo, los Jaguars se lo quitar¨¢n de encima en los pr¨®ximos meses salvo sorpresa may¨²scula. Si ganara, ser¨ªa sin duda y con diferencia el peor QB ganador del anillo de la NFL moderna.
El caso de Foles ha sido m¨¢s curioso. En su primer a?o como titular en los Eagles nos dej¨® a todos impresionados. Echaba fuego por los ojos y de sus brazos brotaban rayos. 27 touchdowns, dos intercepciones y un rating de 119,2 al mando del novedoso ataque de Chip Kelly en su momento culminante. Pero desde entonces ha vivido en un agujero negro. Un tipo sin ¨¢ngel ni fuerza en el brazo que confirm¨® los peores augurios en 2015 como titular en los Rams. A¨²n tiene un a?o de contrato con los Eagles y todo apunta a que, salvo que aparezca alg¨²n equipo desesperado dispuesto a negociar un traspaso, gane o pierda el anillo Nick Foles tendr¨¢ una larga y tranquila trayectoria como quarterback suplente de lujo. Y poco m¨¢s.
La historia de Keenum es a¨²n m¨¢s rocambolesca. Pas¨® de no ser drafteado en 2012 a jugar ocho partidos como titular en los Texans en 2013 porque no hab¨ªa otro. Su equipo perdi¨® los ocho encuentros y aunque ¨¦l empez¨® bien, muy pronto se qued¨® en nada. En sus dos siguientes a?os sigui¨® la misma t¨®nica. Era titular en unos pocos partidos cuando no hab¨ªa de qui¨¦n tirar y no lo hac¨ªa ni bien, ni mal, sino todo lo contrario. En 2016 fue titular en los Rams, pero solo como soluci¨®n provisional hasta que Goff estuviera preparado. Y tampoco hizo nada especial para que tuvi¨¦ramos la sensaci¨®n de que ah¨ª se escond¨ªa un diamante en bruto. Si lo pensamos, este a?o tambi¨¦n emergi¨® como titular porque no hab¨ªa otro del que tirar. La diferencia es que ha jugado de maravilla. Con una seguridad asombrosa, mimo al bal¨®n y resultados ¨®ptimos. Quiz¨¢ sea tarde, y le falte el talento, para convertirse en una estrella en la NFL, pero quiz¨¢ estemos viendo nacer un caso similar al de Brad Johnson. Un tipo al que siempre se le mira de reojo pero que sabe hacer bien su trabajo domingo tras domingo.
Como poco, estamos a punto de vivir el fin de semana de finales de conferencia con quarterbacks menos vistosos de la historia de la NFL. Y hoy hay un 75% de posibilidades de que el quarterback del equipo campe¨®n sea uno que pasar¨ªa a la historia precisamente por eso: su falta de glamour.