La Triple W: el wrestling m¨¢s castizo
La empresa espa?ola acerca el wrestling a la Tabacalera en Madrid. No cobran entrada y siempre llenan, incluso muchos fans se quedan a la puerta.
Es el primer s¨¢bado de noviembre. La WWE se acerca a Madrid, el d¨ªa siguiente sus superestrellas har¨¢n las delicias de los fans del wrestling. La expectaci¨®n es alta, es la mejor empresa del mundo y eso se nota en las caras de los aficionados, sobre todo de los m¨¢s peque?os. Eso ser¨¢ el domingo, ese d¨ªa esos mismos fan¨¢ticos madrile?os pueden disfrutar de wrestling, pero no alcance de todos. Los grandes medios de comunicaci¨®n no llegamos a la Tabacalera, un recinto que se qued¨® a medio construir en el boom del ladrillo y la Comunidad de Madrid ha cedido a los vecinos del barrio de Lavapi¨¦s. Un punto de encuentro para j¨®venes, y no tan j¨®venes, donde pueden practicar sus pasiones. El wrestling est¨¢ entre ellas.
En el a?o 2008, un grupo de aficionados, generados tras las dos primeras incursiones de la WWE en la televisi¨®n espa?ola, decidieron imitar a sus ¨ªdolos. ¡°No hagan esto en casa¡±, recuerda siempre el gigante estadounidense y le hicieron caso. Varios se fueron a Irlanda, aprendieron a practicarlo, lo exportaron a Madrid y fueron trayendo a sus profesores. Poco a poco eran m¨¢s y cuando pudieron tener un ring y se vieron preparados, lanzaron la primera temporada de La Triple W. Es como una serie de televisi¨®n, mismas fechas y una trama que cambia cada temporada¡ parec¨ªa una utop¨ªa, pero ¨¦sta es su octava temporada y no dejan de crecer. Aunque para muchos era trasparente.
Este periodista lleg¨® casi a ella casi por rebote, un simple comentario en Twitter seguido de una b¨²squeda en Google y una sonrisa. ¡°Wrestling a la espa?ola¡±, me gusta. Una llamada con Ram¨®n Silva, su presidente, y a la aventura. S¨®lo faltaba un acompa?ante, Andrea¡ siempre Andrea. Total que me dirig¨ª a la Tabacalera con la ilusi¨®n de un ni?o, ?qu¨¦ me esperar¨ªa? Al llegar a su puerta abr¨ª la boca por primera vez, una cola inmensa de fans esperaba para entrar. La suerte de ser periodista, entrada VIP. Pas¨¦ sin cola y con el recinto vac¨ªo. S¨®lo la organizaci¨®n estaba dentro y pude disfrutar por dentro de la Tabacalera. Un espacio diferente, de uni¨®n, de barrio¡ underground como dir¨ªa mi compa?ero Juanma Bell¨®n. Me gustaba y lo disfrut¨¦, sab¨ªa que poco tiempo me quedaba para estudiar cada recoveco.
Las puertas se abrieron y los fans corr¨ªan. Tomaron posici¨®n pegados al ring y comenzaron con su mayor ritual: golpear al ring y cantar al un¨ªsono. Ensordecedor. Son¨® la m¨²sica y sali¨® el campe¨®n de la compa?¨ªa, s¨ª porque tienen sus campeones y en su crecimiento han creado hasta una liga secundaria, Level One. El campe¨®n sali¨® a escena y pronto salieron los malos de la pel¨ªcula, le rodearon entre cinco y le quitaron el cintur¨®n en una jugarreta. Tramas muy similares a las que cada semana saca la WWE, pero m¨¢s castizas. M¨¢s nuestras.
Despu¨¦s llegaron los combates, los luchadores diciendo que te apartases porque quer¨ªan pasar, los saltos imposibles que te hac¨ªan pensar ¡°como se me caiga encima¡ me mata¡±, el olor a sudor, porque s¨ª, la cercan¨ªa te da otra perspectiva en todos los aspectos. Era diferente, lo que tantas veces se ve por la tele, pero en primera persona, porque hay algo que la WWE nunca podr¨¢ tener: esa cercan¨ªa con el p¨²blico. El show lleg¨® al descanso y yo curioso, me alej¨¦ del ring. Quer¨ªa una visi¨®n global: no entraba un alma en la Tabacalera. Fuera, unas 150 personas hac¨ªan cola esperando que hubiese gente que se fuese para, al menos, ver alg¨²n combate.
S¨®lo unos pocos tuvieron suerte, los otros se quedaron sin poder ver a sus ¨ªdolos. Porque son currantes, como cualquiera de nosotros, no viven de ello, pero cuando se ponen su traje son h¨¦roes. Tanto que desde Asturias, Valencia o Galicia se desplazaron s¨®lo para verlos. Eso es pasi¨®n, que se demostraba con cada golpe. ?xtasis en la Tabacalera, los gritos no cesaron hasta que todos los protagonistas salieron a saludar en su despedida. Porque s¨ª, es un show, no todo es tan real como se quiere vender. Pero la sencillez gusta, el trabajo enamora y la Triple W encandila. El 16 de diciembre vuelve a escena, habr¨¢ un fan m¨¢s a la cola.