R¨ªtmica como terapia al c¨¢ncer
Marta Casado ha superado, con 17 a?os, un c¨¢ncer ¨®seo y la amputaci¨®n de su pierna izquierda. La Gimnasia R¨ªtmica fue y es su v¨¢lvula de escape.
La primera en llegar y la ¨²ltima en irse, esa es Marta Casado. A sus 17 a?os se ha convertido en todo un referentes para las ni?as que junto a ella entrenan a diario. ¡°Las madres de las peque?as me dicen que salga, porque sino sus hijas no quieren salir¡±, relata sonriente. Esa curvatura en sus labios, que nunca ha perdido, es la que ha llevado a la joven de Ponferrada a convertirse en un referente para las personas con c¨¢ncer.
Marta se inici¨® en la gimnasia r¨ªtmica a los cuatro a?os, fue quemando etapas y acab¨® compitiendo. ¡°S¨®lo era por diversi¨®n¡±, asegura. Su vida estaba centrada en su deporte, m¨¢s cuando con s¨®lo catorce a?os le diagnosticaron un c¨¢ncer ¨®seo. ¡°El d¨ªa que me lo comunicaron fue m¨¢s duro para mi entorno. Necesitaba irme al gimnasio, y entren¨¦ cuatro horas. Fue la manera de no pensar en nada¡±.
La joven vio en la gimnasia una v¨¢lvula de escape. ¡°Nunca dej¨¦ de entrenar, incluso cuando me estaban dando las sesiones m¨¢s duras de quimioterapia entrenaba. Era todo breve y limitado, pero lo necesitaba¡±, afirma. Nunca se rindi¨®. La enfermedad no podr¨ªa con ella, pero el destino le ten¨ªa algo m¨¢s duro guardado. Los doctores le aconsejaron la amputaci¨®n de su pierna izquierda, ella misma tom¨® la decisi¨®n. ¡°Le dije al m¨¦dico que hiciese lo que tuviese que hacer, de no ser as¨ª todo hubiese sido peor¡±. Su madurez estaba por encima de la edad que marca su DNI.
Marta sufri¨® la amputaci¨®n de su pierna, pero nunca dej¨® de pensar en la gimnasia. ¡°Reci¨¦n amputada hac¨ªa algunos juegos con las manos¡±. Su ilusi¨®n era volver a practicar su deporte, pero le cost¨® dar el paso. Su entrenadora, Susana Laranjo, fue crucial. ¡°Al principio le costaba como era l¨®gico, pero tras una ¡®peque?a encerrona¡¯ quiso volver¡±, afirma.
Ahora, unos meses despu¨¦s de retomar los entrenamientos, Marta Casado irradia felicidad. ¡°Obviamente no puedo hacer lo mismo que hac¨ªa antes, pero yo lo sigo intentando y lo voy consiguiendo¡±. Su ejemplo se ha hecho medi¨¢tico, ilustrando a personas que pasan por una situaci¨®n similar. Diego V¨¢zquez, due?o del gimnasio donde entrena, le dice entre risas ¡°?Marta est¨¢s de moda!¡±. Ella ruborizada sonr¨ªe, ¡°yo s¨®lo hago lo que me hace feliz¡±.