La leyenda de Kyle Schwarber no deja de crecer en octubre
La actuaci¨®n del brillante bateador de Chicago Cubs est¨¢ haciendo que su equipo reconsidere su papel con tal de seguir contando con su bate.

Kyle Schwarber se ha convertido en una figura de culto en la zona norte de Chicago casi desde su llegada a la ciudad del viento. Su irrupci¨®n en las Grandes Ligas caus¨® sensaci¨®n y sum¨® otro activo m¨¢s (como si les hiciese falta) a unos Cachorros que cuentan con la mayor concentraci¨®n de talento joven que se puede encontrar a d¨ªa de hoy en la competici¨®n.
Se dice que los mitos y las leyendas se forjan en octubre y Schwarber hizo sus deberes en 2015, cuando logr¨® la friolera de cinco home runs en s¨®lo nueve partidos, haciendo que lo m¨¢s dif¨ªcil posible en el deporte profesional pareciese algo sencillo gracias a la figura del portentoso bateador a las ¨®rdenes de Joe Maddon.
M¨¢s all¨¢ del hecho de esa experiencia enriquecedora el a?o pasado, las expectativas eran m¨¢ximas para Schwarber, con la incertidumbre que le va a rodear siempre en su posici¨®n defensiva, sabiendo que los Cubs juegan en la Nacional y no hay figura de bateador designado a la que aferrarse.
Sin embargo, un innecesario choque fruto de la falta de comunicaci¨®n el 7 de abril en Anaheim entre Schwarber y Dexter Fowler hizo que el primero se destrozase los ligamentos de la rodilla izquierda. Adi¨®s a la temporada¡ o eso pens¨¢bamos.
Creo que a partir de este mismo instante, tendremos que coger con varios kilos cuando se hable de una lesi¨®n que tiene en el dique seco para todo el a?o, pues se preve¨ªa que Schwarber iba a estar de baja entre seis y nueve meses, y ha hecho bueno el pron¨®stico m¨¢s optimista.
Despu¨¦s de seis turnos de bateo en la Arizona Fall League, la competici¨®n en la que tambi¨¦n est¨¢ Tim Tebow, y apenas 1300 lanzamientos contra las m¨¢quinas que te ¡®suministran¡¯ env¨ªos de todos los tipos y todos los colores en el completo de los Cubbies en Mesa (Arizona), Schwarber se ha convertido en una de las sensaciones de estos dos primeros encuentros de las Series Mundiales.
Definitivamente, el rodaje o los turnos de bateo en situaciones de partido parecen estar sobrevalorados¡ o al menos en el caso de Schwarber.
Ejerciendo como bateador designado, Kyle ha conseguido un ¡®mediocre¡¯ .429 de bateo (3 hits en 7 turnos), un porcentaje en base del .556 y un slugging del .571. Y haciendo todo esto en encuentros en los que se ha enfrentado contra Corey Kluber, Andrew Miller y Trevor Bauer con su ¡®frisbee¡¯ particular. Es decir, no tres pitchers del mont¨®n.
Adem¨¢s, Schwarber se ha convertido en el primer jugador en la historia en acumular todo un a?o sin impulsar una carrera en temporada regular (en su caso, por su lesi¨®n) y producir dos en las Series Mundiales desde Tom Lawless en el Cl¨¢sico de 1987.
Tan imponente est¨¢ resultando su figura que el ¡®Schwarbino¡¯, que ya le est¨¢n empezando a llamar de esa manera con el consiguiente juego de palabras entre su apellido y el apodo del m¨ªtico Babe Ruth, que los Cubs est¨¢n considerando la opci¨®n de incluirlo como outfielder o exterior, en su caso el izquierdo, para los partidos en Wrigley, donde no puede refugiarse en el rol del Designated Hitter.
De todas formas, el club va a seguir los consejos de los m¨¦dicos, que le dieron luz verde para batear y correr por las bases (incluidos deslizamientos), pero no para defender. Todav¨ªa¡
Schwarber est¨¢ utilizando un tutor para estabilizar una rodilla que ha sorprendido por su progresi¨®n a los m¨¦dicos de la franquicia y parece algo arriesgado obligarle a coger un guante cuando lleva sin coger uno para defender desde abril y que tampoco ha demostrado ser bueno en defensa en ese puesto de left fielder (-13 defensive runs saved si se busca la proyecci¨®n para todo el 2015).
Y no, la idea menos afortunada ser¨ªa hacer experimentos en el Cl¨¢sico del oto?o, colocando a Schwarber en primera y a Rizzo en el LF, cuando el segundo ha jugado la friolera de cero veces en esa posici¨®n en su carrera en las Grandes Ligas.
Sea como fuere, el impacto de Schwarber se har¨¢ notar en los partidos en Wrigley, ya sea como pinch-hitter o bateador emergente o jugando tambi¨¦n en defensa.
Ese bate debe y va a ser utilizado con frecuencia, marcando diferencias a la hora de acabar con maldiciones de cabras y similares.