Jay Cutler vuelve a ser titular en Chicago para luchar por su vida
El quarterback se juegan en los pr¨®ximos nueve partidos su ser o no ser en la NFL, sabiendo que en 2017 lo m¨¢s probable es que ya no est¨¦ en los Bears.
Los Bears van a cortar a Jay Cutler en cuanto acabe la temporada. Bien pensado, lo m¨¢s probable es que manden a paseo a Cutler, a Fox, a Loggains, a Fangio¡ y ya veremos si la tormenta no se lleva tambi¨¦n por delante a Ryan Pace. El general manager lleg¨® hace dos a?os para sacar al oso de su interminable hibernaci¨®n, pero en su etapa el sopor se ha extendido a cada esquina de la franquicia.
?Por qu¨¦ estoy tan seguro de que Cutler se marchar¨¢? Porque toda la parte comprometida de su contrato estaba acumulada en sus tres primeros a?os, y su corte en 2017 pr¨¢cticamente no repercutir¨ªa en el cap del equipo. Adem¨¢s, parece imposible que los Bears vuelvan a caer un a?o m¨¢s en la trampa del ¡®malo conocido¡¯, despu¨¦s de ocho a?os soportando al hombre m¨¢s triste de la NFL al frente de su ataque.
Otro motivo es la m¨¢s que probable marcha de Fox. El a?o pasado la familia Halas mir¨® al techo despu¨¦s de que el equipo terminara la temporada 6-10. Lo peor no fue el r¨¦cord, sino el hecho de que no jugaran a nada, o al menos eso pareci¨®. Este a?o ya est¨¢n 1-6, y tambi¨¦n sin que se sepa muy bien hacia d¨®nde se dirige el proyecto.
La sensaci¨®n es que los Bears son uno de los mejores sparrings de la NFL. Esos boxeadores perdedores, pero tambi¨¦n batalladores, que nunca ganan un combate pero sirven para que los aut¨¦nticamente buenos se fajen sin mucho riesgo. Cuando vemos jugar a Chicago, sin importar su epidemia de lesiones, tenemos todo el tiempo la sensaci¨®n de que no son tan malos, pero tambi¨¦n de que ser¨¢n incapaces de ganar.
El tercer motivo de la casi segura marcha de Cutler es el propio Ryan Pace. El general manager se encontr¨® con el quarterback reci¨¦n renovado nada m¨¢s llegar y no tuvo margen de maniobra para arreglar el entuerto. Tras dos a?os de fracasos, su ¨²nico clavo ardiente pasa por buscar su propio quarterback franquicia, que muy probablemente llegue gracias a una alt¨ªsima elecci¨®n del draft. Y si llegara un nuevo GM, lo primero que har¨ªa, sin dudarlo, ser¨ªa librarse del hombre triste, lo que provocar¨ªa una ola de fervor hacia ¨¦l por parte de una afici¨®n que est¨¢ harta.
Toda esta historia tiene un grave problema, que es el propio Jay Cutler. La sensaci¨®n desde fuera era que si Hoyer hubiera sido capaz de no cometer errores graves, y de mantenerse sano, lo habr¨ªan mantenido hasta final de temporada. Que se anunciara pocas horas despu¨¦s de la lesi¨®n de Hoyer que el pulgar derecho de Cutler estaba como nuevo, solo se explica con una intercepci¨®n milagrosa tras un viaje rel¨¢mpago a Lourdes¡ o porque el dedete estaba en plena forma desde hace tiempo, pero no quer¨ªan sacar al jugador de la nevera.
Los Bears, que no son tontos, intentar¨¢n colocarle a Cutler a alguien antes de cortarlo, y probablemente lo consigan (?New York Jets?). E incluso sacar¨¢n por ¨¦l un buen pellizco porque su contrato pendiente para 2017 (12,5 millones) y 2018 (13,5 millones) es muy jugoso, y sin riesgos, para cualquier equipo desesperado. Pero tambi¨¦n saben que lo ideal es tenerlo el mayor tiempo posible fuera de las c¨¢maras. Ver jugar a Cutler transmite casi de inmediato un irrefrenable deseo de llorar, pero curiosamente es una reacci¨®n que desaparece a las pocas horas de terminar el partido. Entonces, inexplicablemente, todos volvemos a pensar que es un quarterback cojonudo que no ha encontrado su sitio en el mundo.
Por ¨²ltimo est¨¢ el propio Cutler, que a pesar de su estado permanente de melancol¨ªa, tiene un orgullo a prueba de bombas y una fe infinita en s¨ª mismo. ?l sigue pensando que es un quarterback de la ¨¦lite que merecer¨ªa un lugar en el Hall of Fame, y que nunca ha tenido a su alrededor una plantilla a su altura. No me invento nada. Basta con darle un repaso a su historial de declaraciones para darse cuenta de que no necesita abuela.
Si adem¨¢s tenemos en cuenta que a sus 33 a?os deber¨ªan quedarle tres o cuatro temporadas en la ¨¦lite, Cutler, salvo lesi¨®n no descartable, sabe que en los pr¨®ximos nueve partidos se juega el ser o no ser en la NFL. Y cuando es tan evidente que los problemas de un jugador son fundamentalmente an¨ªmicos, s¨ª que es posible, incluso probable, que en lo que queda de temporada volvamos a ver a un Cutler luchando por su vida a la desesperada, con una actitud bastante menos somnolienta de lo habitual.
Pero si a Cutler le diera por jugar a partir del pr¨®ximo domingo como todos siempre hemos cre¨ªdo que puede hacerlo, y redescubre su cara sonriente, el problema para los Bears ser¨¢ may¨²sculo. Se podr¨ªan encontrar con m¨¢s victorias de las deseables si aspiran a elegir a un buen quarterback en el draft o, lo que es peor, pueden sentir por en¨¦sima vez la tentaci¨®n de mantener a Cutler una temporada m¨¢s como quarterback titular¡ porque antes o despu¨¦s tiene que demostrar lo buen¨ªsimo que es.
Parecer¨¦ derrotista, pero hay historias que se ve de lejos que van a terminar mal. ???Qu¨¦ peeeeenaaaaaa!!!