Fest¨ªn inolvidable de Julio Jones a costa de unos tristes Panthers
El receptor de Atlanta, en un partido sobrenatural, consigui¨® 300 yardas y un touchdown, y destruy¨® completamente a una irreconocible defensa de los Panthers.
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Los Carolina Panthers tienen un problema. Pero un problema muy gordo. A d¨ªa de hoy, y visto lo visto en el primer mes de competici¨®n, solo funcionan bien sus equipos especiales y, un poquito, su front seven. Ni siquiera Cam Newton supera el list¨®n. El MVP de la temporada pasada lanza pases sin precisi¨®n y a la desesperada, y recibe un castigo de boxeador cada semana.
Todo lo contrario que los Atlanta Falcons, que si hasta esta semana hab¨ªan sorprendido con un ataque explosivo en el que Freeman y Coleman ten¨ªan mucho protagonismo por tierra, y los tight ends por el aire, esta vez volvieron a los b¨¢sicos. Para resumirlo en una frase: pase completo de Matt Ryan a Julio Jones y que viva la juerga. El quarterback termin¨® el partido con 503 yardas de pase y 4 touchdowns. Julio Jones alcanz¨® las ???300 yardas de recepci¨®n y un touchdown!!!
El festival fue sobrecogedor, despampanante. Julio Jones las cog¨ªa por la izquierda, por la derecha, por el centro, en el down que fuera, cerca, lejos, arriba, abajo¡ de todas las maneras que se os puedan ocurrir. Lleg¨® un momento que cuando Benwireke consegu¨ªa arrancar y dar dos pasos, Jones ya estaba cinco metros m¨¢s all¨¢. Daba verdadera l¨¢stima ver a los cornerbacks de Carolina desolados, y a Matt Ryan buscar con insistencia al ¨²ltimo en ser quemado, haciendo sangre y metiendo el dedo en la yaga sin compasi¨®n.
Y eso que los equipos especiales de Carolina, maravillosos todo el partido, obligaban al ataque de Atlanta a empezar las series una y otra vez dentro de su propia yarda cinco, o incluso en la mism¨ªsima yarda uno. Daba lo mismo, siempre aparec¨ªa Julio Jones para salir del atolladero, o para abrir el hueco del que se aprovechar¨ªa un compa?ero. El ataque de Atlanta fue casi siempre imparable y un ¨²nico lunar, en forma de intercepci¨®n a Matt Ryan retornada para touchdown, no sirve para maquillar lo sucedido.
La secundaria de Carolina echa demasiado de menos a Josh Norman, y cada vez queda m¨¢s claro que prescindir de ¨¦l en pretemporada en vez de mantenerlo como jugador franquicia fue un grave error. Los rivales ya han visto por d¨®nde se desangra esa defensa, y desde el primer minuto van por ah¨ª a la yugular. Lo malo es que ni siquiera Kuechly y Thomas Davis consiguen frenar la sangr¨ªa por delante. Freeman no tuvo demasiado protagonismo en unos Falcons que ante Carolina cambiaron sus esquemas habituales este a?o, pero cuando recibi¨® el bal¨®n hizo much¨ªsimo da?o, y en los tres primeros cuartos super¨® las5 yardaspor intento, casi siempre corriendo por el centro.
Con la defensa maniatada, el ataque de Carolina ten¨ªa la misi¨®n de sostener el edificio frente el vendaval, pero no ten¨ªa manera de hacerlo. La lesi¨®n de Jonathan Stewart les ha convertido en unidimensionales. No tienen ning¨²n peligro terrestre y todo queda en manos de Cam Newton y sus pases largos jugados a la ruleta rusa. Pero incluso ese camino est¨¢ cerrado por una l¨ªnea ofensiva que no ha dejado de derrumbarse partido tras partido. La defensa de Atlanta no ha sido demasiado fiable en el arranque de la temporada, sin embargo, los cuatro jugadores de la l¨ªnea se bastaban y sobraban para hundir la OL rival y agobiar a Cam Newton que, sin tiempo, no encontraba receptores en la poblada secundaria rival.
Carolina sufr¨ªa un nuevo colapso en todas las l¨ªneas que les deja con un r¨¦cord 1-3 y, lo que es peor, horribles sensaciones. El edificio se derrumba y Ron Rivera debe darse mucha prisa para encontrar la soluci¨®n al rompecabezas. Adem¨¢s, sus carencias obligan a Cam Newton a arriesgar m¨¢s en cada jugada, y en el ¨²ltimo cuarto, tras un touchdown de Kelvin Benjamin que les acercaba a Atlanta, intentaba una conversi¨®n de dos que subi¨® al marcador (34-18 aesas alturas), pero que le mandaba a ¨¦l al vestuario, aparentemente por protocolo de conmoci¨®n tras recibir un escalofriante golpe casco contra casco.
Tras su marcha, Anderson tuvo que coger las riendas del ataque de Carolina y consigui¨® un pase de touchdown a Olsen que dejaba a su equipo a una anotaci¨®n (34-26), pero una jugada despu¨¦s volv¨ªa a aparecer el de siempre, Julio Jones, para anotar un touchdown de 75 yardas que pon¨ªa patas abajo el universo de la NFL, rendido a sus pies. Anderson no se achantaba, mejoraba en menos de un cuarto los n¨²meros de Newton en todo el partido y volv¨ªa a conseguir otro touchdown con un pase a Corey Brown que volv¨ªa a dejar a su equipo a una anotaci¨®n (41-33). Los Panthers incluso dispusieron de un ¨²ltimo drive con minuto y medio en el marcador para empatar, pero Anderson fue interceptado y el choque qued¨® cerrado.
Atlanta volvi¨® a demostrar que tiene por ahora el mejor ataque de toda la NFL. Las armas se multiplican y Matt Ryan mueve los hilos con precisi¨®n letal. Lanz¨® touchdowns a Tamme en el primer cuarto, a Hooper y Robinson en el tercero, y Julio Jones en el cuarto, alarg¨® las series c¨®mo y cuando quiso, sali¨® de situaciones comprometidas tanto por terceros downs como por posiciones de campo, y Freeman sigui¨® dando buenos r¨¦ditos con su touchdown de carrera y arrancando siempre con peligro. Si este arranque de temporada no se convierte en un espejismo como el a?o pasado, y la defensa progresa adecuadamente como ya ha hecho esta semana anulando a Cam Newton e los primeros tres cuartos, habr¨¢ que tener muy en cuenta a estos Falcons, que este domingo le han dado un golpe muy duro a su principal rival divisional.