Podemos estar ante el principio del fin de Darrelle Revis
El extarodinaro cornerback fue buscado, y quemado, con insistencia por Andy Dalton y A.J. Green, la pareja estelar de los Cincinnati Bengals.
data:image/s3,"s3://crabby-images/1332e/1332e6d6e8afd368f997bd61139d65dce59d25df" alt="EAST RUTHERFORD, NJ - SEPTEMBER 11: A.J. Green #18 of the Cincinnati Bengals catches a touchdown over Darrelle Revis #24 of the New York Jets during their game at MetLife Stadium on September 11, 2016 in East Rutherford, New Jersey. Streeter Lecka/Getty Images/AFP
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Los jugadores de football tienden a acabarse sin que nos demos cuenta. De un d¨ªa para otro. Pasan de ser figuras, o tipos importantes en el campo, a ser un estorbo o irrelevantes en un abrir y cerrar de ojos. Su curva de rendimiento sigue una cierta l¨®gica continuista hasta que, en un punto, se precipita como si de un barranco se tratase.
Darrelle Revis es uno de los mejores jugadores de la NFL. Durante a?os fue no s¨®lo el mejor cornerback de la competici¨®n sino que un tipo capaz de cerrar medio campo. Ese talento, esa capacidad, es oro molido para cualquier defensa. No me cabe ninguna duda de que estar¨¢ en el Hall of Fame el primer a?o que sea elegible para entrar en el cielo de la historia de la liga.
Pero no es descabellado pensar en que estamos asistiendo a su final. Y eso, yendo al aspecto terrenal, es una muy mala noticia para los New York Jets, que a¨²n dependen de ¨¦l para que la defensa sea ¨¦lite en la liga.
El partido de ayer contra los Cincinnati Bengals fue el peor de la carrera de Revis. Andy Dalton, que oli¨® su debilidad, lanz¨® la friolera de diez veces hacia ¨¦l. En las diez contact¨® con A.J. Green, el receptor estrella al que, por supuesto, ten¨ªa que defender Revis. Si no sois mucho de matem¨¢ticas ya os hago yo la cuenta: un 100% de las veces. Eso supuso conceder 152 yardas y un quarterback rating perfecto a la pareja estelar de los Bengals.
Es cierto que estos n¨²meros est¨¢n inflados. En no pocas de estas jugadas, Revis se quedaba por delante de Green esperando una ayuda de los safeties que nunca llegaba. Puede tratarse de un problema de compenetraci¨®n, de un problema de lectura del ataque o de que es la parte m¨¢s visible de un conjunto, la secundaria, que fall¨® en global. Como no sabemos que ¨®rdenes ten¨ªan, tan s¨®lo podemos especular.
Esa especulaci¨®n, no obstante, es categ¨®rica y contundente en se?alar a un hombre que nunca hubiese permitido semejante org¨ªa de yardas. Nunca antes la hab¨ªa permitido.
El a?o pasado, Revis estuvo de notable. Casi que de sobresaliente sino fuera por dos encuentros en los DeAndre Hopkins, de los Houston Texans, y Sammy Watkins, de los Buffalo Bills, abusaron de ¨¦l. A¨²n as¨ª, en ning¨²n caso con n¨²meros similares a la barbaridad de Green de ayer.
El problema se agrava si consideramos que los Jets, en general, estuvieron mejor que los Bengals y que, en concreto, la l¨ªnea defensiva de Nueva York solt¨® un partido fabuloso que, en condiciones normales, les habr¨ªa dado la victoria. Se?alar a Revis como el ¨²nico culpable es injusto y un error, pero fue parte crucial del resultado final. Es algo preocupante, pues el equipo no puede permitirse el lujo de tener una v¨ªa de agua justo por donde menos esperaba.
Es s¨®lo una semana. Es contra uno de los mejores receptores de la liga. Es contra un se?or equipo. Hay atenuantes t¨¢cticos que intuimos a¨²n desconoci¨¦ndolos. No hay que dejarse llevar por un s¨®lo ejemplo... pero nunca nos hab¨ªamos visto a un Darrelle Revis tan f¨¢cilmente sobrepasado. Y no es la primera vez que un jugador legendario se nos acaba ante nuestros ojos.