Vuelve el football a la American Football Conference North
Bengals, Browns, Ravens y Steelers afilan sus armas ante el inminente arranque liguero en una divisi¨®n que un a?o m¨¢s, se prev¨¦ la m¨¢s competida de la conferencia.
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En nuestra lengua cervantina, un ox¨ªmoron es una expresi¨®n que consiste en unir dos palabras con conceptos opuestos. Ejemplos ser¨ªan ¡°secreto a voces¡±, ¡°instante eterno¡±, ¡°derrota dulce¡±¡ En nuestro deporte favorito, el ox¨ªmoron por excelencia es ¡°partido de pretemporada¡±. Que nadie espere ver un encuentro como tal. No os dej¨¦is deslumbrar por los focos, el brillo de los impolutos nuevos uniformes, o los flashes de periodistas ¨¢vidos por encumbrar nuevas estrellas. El football americano en pretemporada es una casta?a.
Pero tampoco despreciemos al tan nutritivo fruto del casta?o. Fuente de alimento de personas y reses en periodos de escasez, ?qui¨¦n no las ha utilizado, cuanto menos, para calentarse las manos con un cartucho de ellas cuando recrudece el fr¨ªo? Semejante paralelismo podemos establecer con estos simulacros de enfrentamientos estivales. Quiz¨¢ no sean, todav¨ªa, el manjar que deseamos devorar; pero sin duda sirven para calmar nuestro ansioso apetito. E incluso podemos aprender a paladearlo si sabemos apreciar, alejados de resultados o actuaciones m¨¢s o menos esplendentes, los detalles que nos ofrecen: estado de forma de titulares, sanaci¨®n de lesionados o grado de adaptaci¨®n de las nuevas incorporaciones.
En la AFC Norte, los actuales campeones, los Cincinnati Bengals, parecen volver justo donde lo dejaron. El dedo incorrupto de Dalton, de nuevo en su sitio, gu¨ªa con firmeza una ofensiva que de momento parece no acusar las bajas en el cuerpo de receptores. La defensa, liderada por la imponente l¨ªnea frontal, sigue atragantando a los ataques rivales. Pero igualmente, los mismos defectos del a?o anterior contin¨²an irresolutos. La l¨ªnea ofensiva presenta una inquietante debilidad en el centro que impide maniobrar con comodidad a los corredores, y a la secundaria le cuesta disimular sus carencias, acrecentadas por tempranas lesiones y la marcha de veteranos.
Si para los atigrados es buen s¨ªntoma retomar las sensaciones en el punto en que estaban, para sus vecinos estatales, los Browns, es todo lo contrario. La pasada resignaci¨®n se ha tornado en ilusi¨®n tras las electrizantes actuaciones de un quarterback renacido y un receptor reconvertido. Griffin y Pryor. La noche de los muertos vivientes, a la que se ha sumado otro resucitado, el talentoso y descerebrado WR Gordon. La expectaci¨®n se desparrama a raudales por Cleveland, pero no deber¨ªamos despegar los pies del suelo. Estamos ante un proyecto en construcci¨®n al que a¨²n le queda mucho trabajo por hacer. Si bien se aprecia mejor¨ªa en el juego de carrera y una incipiente recuperaci¨®n del pass-rush, la defensa contin¨²a dando facilidades por los problemas de placaje, y la l¨ªnea ofensiva presentando excesiva porosidad.
De forma deliberada o no, los Ravens est¨¢n volando bajo el radar. Su aciaga campa?a 2015, y su hasta el momento discreta pretemporada, provoca que no est¨¦n llamando excesivamente la atenci¨®n. Los titulares lesionados han ido entrando con cuentagotas en la alineaci¨®n; y a medida que unos se recuperaban, otros iban cayendo, con lo cual se mantiene la inc¨®moda sensaci¨®n de equipo incompleto. Se aprecia eso s¨ª, cierta mejor¨ªa en el juego de carrera y mayor intensidad defensiva, aunque la secundaria no termina de despejar dudas. Lo m¨¢s destacado es que cuando el ataque se puso por fin en manos de Flacco, empez¨® a vislumbrarse su aut¨¦ntico potencial. Cuidado con Baltimore cuando nadie les espera.
Con los Steelers sin embargo, parece responder a una estrategia premeditada esconder sus cartas bajo el pretexto de proteger a sus estrellas. Reservando para los partidos de verdad la cuberter¨ªa de plata y usando vajilla de pl¨¢stico para estas pachangas veraniegas, nos han estado enga?ando a todos. Una vez Roethlisberger tom¨® las riendas, el engranaje destructivo de la ofensiva empez¨® a machacar al rival con precisi¨®n de reloj suizo. Incluso el err¨¢tico QB reserva Landry Jones pareci¨® mejor en cuanto el ataque recuper¨® el optimismo. La defensa por su parte, liberada de la responsabilidad de llevar el peso del partido, retom¨® la fiereza de su front-seven. Muy necesaria, ya que la secundaria, un a?o m¨¢s, no tiene remedio.