Los 49ers act¨²an como se?ores y ampl¨ªan contrato a NaVorro

Hay momentos en los que hay comportarse como un se?or y abandonar cualquier an¨¢lisis racional y econ¨®mico. Los San Francisco 49ers comparten esta teor¨ªa, o al menos la compartieron ayer, porque han extendido el contrato de NaVorro Bowman por 4 a?os y 44 millones de d¨®lares.

El linebacker ten¨ªa contrato en vigor por los pr¨®ximos tres a?os, as¨ª que el resultado final de la operaci¨®n es que estar¨¢ ligado a los 49ers por las siguientes siete temporadas con 67,55 millones totales y 20 millones garantizados a la firma de esta extensi¨®n.

Ninguno de los n¨²meros anteriores se corresponden con el estado actual de la franquicia, pues estando en reconstrucci¨®n y en la parte baja de la clasificaci¨®n no tiene mucho sentido atarse con cantidades importantes a ning¨²n jugador, ni tampoco con el nivel del jugador, que viene de una grav¨ªsima lesi¨®n sufrida en los playoffs de la temporada 2013 y no demostr¨® en 2015 ser el mismo de antes de destrozarse la rodilla.

Pero, sin embargo, si que dicen lo que es NaVorro Bowman para los San Francisco 49ers.

Este negocio, el de la NFL, es muy cruel. Es una liga en la que la rotaci¨®n de atletas es alt¨ªsima. Un par de malos a?os y est¨¢s fuera. Una lesi¨®n que te deja al 80% y viene un chaval que te levanta el puesto. Una campa?a en la que no entras en playoff y la plantilla se cambia de arriba a abajo. Por eso es tan emocionante lo que han hecho los 49ers.

Bowman fue un jugador ejemplar. Por actitud y talento. Junto a Patrick Willis form¨® la pareja de linebackers m¨¢s maravillosa de la NFL en la ¨¦poca en la que Jim Harbaugh les entrenaba. Eran el coraz¨®n, alma, piernas y muro de una defensa que les llev¨® a tres finales consecutivas de la NFC, y a una Super Bowl.

En los playoffs de la temporada 2013, contra los muy odiados en San Francisco Seattle Seahawks, se parti¨® ligamentos y menisco de la rodilla izquierda. En el ¨²ltimo cuarto. Parando un drive crucial. Perdieron el partido y no pudo pisar los terrenos de juego en ese 2014 en el que el proyecto toc¨® a su fin.

En 2015 jug¨® ya sin Patrick Willis, retirado, y Jim Harbaugh, entrenando en Michigan. Y fue la sombra de su viejo yo. Eso es mucho, a¨²n, que conste, pero no tanto como para ser ¨¦lite. Pero s¨ª que es el escudo, el emblema, el protector de la esencia de tiempos mejores. En definitiva, y en el campo, es lo que fueron los San Francisco 49ers gigantes. Los que aspiraban a todos.

Eso es lo que ha pagado la franquicia. Ha pagado, tambi¨¦n, por un jugador de 28 a?os que ha sido cima absoluta de la liga y que lo puede volver a ser. S¨ª. Pero ha pagado, m¨¢s que ninguna otra cosa, honrar su gloriosa memoria reciente mientras manda un mensaje a los j¨®venes que tienen que devolverles a la pelea: sed como NaVorro. Si alguien es capaz de seguir su ejemplo, tanto dentro como fuera del campo, el futuro de los 49ers ser¨¢ brillante.

Y si la franquicia es tan digna, tan se?orial, como para apostar as¨ª por uno de sus hijos predilectos, bien merece que se la siga considerando una de las grandes.