El fascinante mundo de las sequ¨ªas en la historia de la NFL
Con el reciente triunfo de los Cavaliers en la NBA, llega el momento de repasar algunas de las rachas m¨¢s negativas que hay en el football.

Seg¨²n el diccionario Oxford, puede definirse el t¨¦rmino drought como aquel periodo prolongado y desacostumbrado de ausencia de precipitaciones y, en su segunda acepci¨®n, como la ausencia prolongada de algo en concreto. Por ejemplo, yo ser¨ªa un claro ejemplo de hair drought, llevo m¨¢s de treinta a?os sin que me crezca un solo pelo en la cabeza.
El inicio de las OTA¡¯s en la NFL durante este tiempo, es tambi¨¦n la reactivaci¨®n para muchas franquicias de su particular castigo de S¨ªsifo: volver a entrenar, volver a jugar y volver a fracasar¡o no.
Los norteamericanos ¨Cy canadienses- son especialmente adictos a este tipo de luctuosas estad¨ªsticas, disponiendo de todo tipo de relaciones tanto para para sus Big Four como para las ciudades que los acogen: la mayor sequ¨ªa del deporte profesional, c¨®mo no, los Cubs de Chicago, que desde 1908 no saben lo que es ganar unas World Series. En el hielo, los otrora invencibles Maple Leafs de Toronto llevan sin aparecer en unas Cup Finals desde 1967 y los Sacramento Kings desde 1951, cuando a¨²n eran lo Rochester Royals. Y en cuanto a ciudades con sequias dignas del desierto de Atacama, s¨ª, Ottawa lleva 89 a?os sin saber lo que es ganar un t¨ªtulo desde la Stanley Cup que alcanzaron en 1927 los viejos Senators, pero al fin y al cabo, cuentan con un ¨²nico equipo profesional. Ahora bien, lo verdaderamente lacerante hasta esta pasada madrugada del d¨ªa 20 de junio era ser aficionado al deporte y haber nacido en Cleveland: tres equipos profesionales y 52 a?os sin descorchar champ¨¢n¡hasta que lleg¨® King James ¨Ce Irving- para desfacer el entuerto.

Por lo que respecta a nuestra querida NFL, las posibilidades de droughts son innumerables, lo que nos permite, con un an¨¢lisis cruzado de esas sequ¨ªas, determinar, por un lado, cuales son los equipos verdaderamente lusers de la competici¨®n y, por otro, advertir extraordinarios cambio de tendencias en la historia de las franquicias.
Empezando por lo m¨¢s valioso, el t¨ªtulo de campe¨®n ¨Cen cualquiera de sus modalidades, AAFC, AFL, NFL o Super Bowl-, hay en la actualidad cinco conjuntos que no tienen un solo t¨ªtulo en sus vitrinas: Falcons, Bengals, Jaguars, Panthers y Texans.
Ahora bien, eso no significa, ni mucho menos, que sean los peores conjuntos de la historia. Hay que tener en cuenta que Jacksonville y Carolina se incorporaron a la competici¨®n en 1995 y Houston en 2002. En otras palabras, su sequ¨ªa ganadora responde, en gran medida, a un problema de juventud. Cuesti¨®n diferente son los casos de Atlanta y Cincinnati, que si bien no responden al perfil de franquicia hist¨®rica, el tiempo va pasando y son ya 50 y 48 los a?os que Falcons y Bengals llevan en blanco, solo superados por los 52 a?os de San Diego, los 54 de Tennessee, los 55 de Filadelfia, los 58 de Detroit y los 68 desde que los Cardinals ¨Cpor entonces radicados en Chicago- del formidable Charley Trippi -94 a?os le contemplan-, lograran en 1947 el Ed Thorpe Memorial Trophy de aquel a?o frente a Eagles.

En cualquier caso, y aunque no disfrutar de un anillo de campe¨®n es un estigma doloroso, el triunfo o la derrota en un partido final a vida o muerte no es el criterio m¨¢s adecuado para determinar o medir la trayectoria deportiva de un conjunto de la NFL. Sin ir m¨¢s lejos, de los cinco equipos que carecen de oropeles, cuatro de ellos han disputado los playoff este ¨²ltimo a?o, siendo los Jaguars la ¨²nica franquicia que no logra remontar el vuelo, cumpliendo ya ocho a?os sin jugar en el mes de enero, cuando el d¨ªa de mi cumplea?os de 2008 derrotaron a los Steelers en Heinz Field, cayendo a la semana siguiente en el Gillette Stadium. Eran los tiempos de Del Rio y Garrard.
En este sentido, es mucho m¨¢s ilustrativo para conocer el estado y la progresi¨®n ¨Co regresi¨®n- de una franquicia, comprobar las trayectorias de los equipos en la postseason. De ese an¨¢lisis, puede configurarse una relaci¨®n de conjuntos en claro declive, otros en indiscutible depresi¨®n y algunos, instalados en un pozo insondable de amargura. Los a?os de vino y rosas de la familia Mara se truncaron en 2012, y ya son cuatro a?os sin pisar los playoffs. Asimismo, perder las finales de Conferencia del a?o 2010, parece que afect¨® sobremanera a Bears y Jets, quienes desde entonces son incapaces de acceder a la postseason. Tambi¨¦n en paralelo han discurrido las decadentes trayectorias de Miami y Tennessee, los cuales suman ya 7 a?os sin clasificarse, con frustrantes movimientos en el banquillo sin resultado alguno.

En 2007, empez¨® el calvario para dos franquicias tradicionalmente perdedoras. Tampa Bay se dio un tiro en el pie cuando de manera inopinada y a falta de algunas semanas para concluir la fase regular, despidi¨® a Jon Gruden. Los Jaguars, por el contrario, fueron asolados por las lesiones durante las primeras semanas de competici¨®n, perdiendo a Manuwai, Williams, Collier o Meester, de lo que ya no se recuperaron¡hasta hoy. A partir de aqu¨ª, comienza la sed de verdad. La temporada 2005 comienza en St. Louis con una premonici¨®n: el 10 de octubre le es diagnosticado a Mike Martz una extra?a infecci¨®n bacteriana que le aparta de la direcci¨®n t¨¦cnica de los Rams indefinidamente. Paralelamente, la rodilla de Marshal Faulk tampoco se recupera de una intervenci¨®n y se retira ese a?o. El Mayor Espect¨¢culo sobre el Turf se diluy¨® y son ya once los a?os sin playoffs. Veremos si el cambio de ciudad rompe la racha. Es un hecho incontestable que la salida de Gruden de la bah¨ªa de Oakland supuso un trauma para los piratas del que a d¨ªa de hoy, a¨²n no se han recuperado. El Gruden Bowl del a?o siguiente fue la puntilla de una franquicia que en los ¨²ltimos 13 a?os ha tenido a 9 entrenadores. De los ¨²ltimos trece a?os, los Browns han quedado ¨²ltimos de su divisi¨®n en once de ellos. Jimmy Haslam III, su propietario, tienen que plantearse muy seriamente la ¨²nica opci¨®n que le queda: pedir a su hermano, el gobernador de Tennessee, que interceda para que la d¨¦bil AFC Sur acoja a la franquicia de Ohio. No se me ocurre ya otra alternativa a tanta desdicha. Finalmente, el 8 de enero de 1999, el Senado de los Estados Unidos comenzaba a juzgar Bill Clinton; Jes¨²s Gil y Gil ingresaba en prisi¨®n; el sector del autom¨®vil en Espa?a bat¨ªa todos los records de ventas; se estrenaba la pel¨ªcula francesa La cena de los idiotas y Ella Baila Sola triunfaba en las listas con Desp¨ªdete. Y por supuesto, aun ten¨ªamos pesetas. Tambi¨¦n ese d¨ªa se produjo el Miracle of the City Music, del que a¨²n no se han recuperado, 16 a?os despu¨¦s, los Bills.

Se me podr¨¢ decir, con toda la raz¨®n del mundo, qu¨¦ para que llegar a los playoffs si all¨ª vas a morir. Efectivamente, los Bengals se han convertido en los ¨²ltimos a?os en un fijo de la postseason en la AFC Norte, diputando los playoffs desde 2011¡y perdiendo invariablemente desde ?1990! 25 a?os sin una victoria en enero y ocho consecutivas le convierten, junto con Detroit, en las franquicias sin duda m¨¢s deseadas por todo equipo de playoff. Desde que Boomer Esiason aplastara a los Oilers en el Riverfront el 6 de enero de 1991, y desde el 5 de enero de 1992, cuando los Lions lograran su ¨²nica victoria en playoffs desde 1957, han sido incapaces, por ocho veces cada uno, de ganar en enero.

Ahora bien, y como les anticipaba al inicio, las sequ¨ªas en la NFL exigen estudiarlas con perspectiva. Es indiscutible que Cleveland, que lleva 23 temporadas sin lograr un t¨ªtulo divisional, 43 a?os sin comparecer a un partido final o 18 sin ganar un cruce de playoffs, es una franquicia en decadencia. Pero f¨ªjense, en una tabla clasificatoria general, en la que se computaran todos los t¨ªtulos logrados, la franquicia de Cleveland se situar¨ªa s¨®lo por detr¨¢s de Green Bay y de Chicago, merced a sus cuatro t¨ªtulos de la NFL y sus otro cuatro entorchados de la AAFC. Pero voy m¨¢s all¨¢. Nadie en su sano juicio puede calificar a los Steelers como un equipo perdedor. Pues lo ha sido, y hasta decir basta. En una tabla cruzada de droughts de m¨¢s de cinco a?os, valorando diversos factores divisionales, de conferencia, victorias, derrotas, la franquicia acerera ostenta la tercera peor estad¨ªstica, solo por detr¨¢s de Washington y Arizona, pues no en vano se pas¨® entre 1948 y 1971 sin pisar un playoff, y ojo, al a?o siguiente, tuvo que ser la Virgen de la Inmaculada la que lo permitiera¡N¨®tese por tanto la radical diferencia. Antes de Noll, Pittsburgh era el desierto de Sonora. Despu¨¦s, el Amazonas. Cleveland con Paul Brown fue como estar en las H¨¦bridas, y ahora es el Gobi.

Pero f¨ªjense, a¨²n hay un drought m¨¢s poderoso e infranqueable. En las 50 ediciones del Super Bowl, no s¨®lo ning¨²n equipo ha ganado el Lombardi jugando en su estadio, es que ninguno ni siquiera ha disputado el gran partido en su estadio. Desde Los Angeles Memorial Stadium en 1967, hasta el maravilloso Levi¡¯s Stadium de Santa Clara de este a?o, ninguna franquicia ha sido profeta en su tierra. La Maldici¨®n del Anfitri¨®n es todo un paradigma estad¨ªstico, pues empieza a ser ciertamente asombroso que en una liga de 32 participantes, y en cincuenta ocasiones, nunca un equipo haya ni siquiera jugado en su campo, teniendo en cuenta adem¨¢s que Jets y Giants comparten el MetLife. Y es que la influencia de la "Home Field Curse" en el rendimiento del equipo anfitri¨®n es m¨¢s que evidente si atendemos al balance hist¨®rico: 249¨C364¨C2. Algunos ejemplos: los Falcons perdieron el XXXIII Super Bowl, y la temporada siguiente, en la que el Georgia Dome era el escenario elegido para la final, firmaron un paup¨¦rrimo balance de 5-11; cada vez que la ciudad de San Diego ha acogido el Super Bowl, el rival de los Chargers de la AFC West ha llegado al Super Bowl: Broncos en los Super Bowl XXII y XXXII y Raiders en el XXXVII; la llegada de Harbaugh a San Francisco supuso volver a los playoffs despu¨¦s de ocho largos a?os de traves¨ªa, perdiendo el Conferencial en 2011, perdiendo el Super Bowl al a?o siguiente y volviendo a perder en Conferencia en 2013. La temporada siguiente lograron equilibrar el balance, y con motivo del 50 Super Bowl en Santa Clara, todo era ilusi¨®n en la Bah¨ªa¡5-11 y ¨²ltimo de la NFC West. Y luego est¨¢n, claro, los Saints y los Dolphins. Entre el Tulane Stadium y el Louisiana/Mercedes Benz Superdome, Nueva Orleans ha acogido hasta en diez ocasiones el Super Bowl. Y en ninguna de ellas estuvieron invitados los Saints. Asimismo, entre el Orange Bowl y el Joe Robbie/Pro Player/Dolphin/Sun Life Stadium se han disputado once Super Bowls sin tampoco rastro de los due?os de la casa.

Lo m¨¢s cerca de quebrarse esa sequ¨ªa acaeci¨® en 1980 y 1985. En efecto, el XIV Super Bowl se disput¨® en el Rose Bowl de Pasadena, teniendo como protagonistas a los Steelers y a los Rams, quienes por aquel entonces jugaban en el memorial Coliseum de Los Angeles, doce millas al norte de la sede de la final. Cinco a?os despu¨¦s, los 49ers lograr¨ªan su segundo anillo muy cerca de casa, en la Universidad de Stanford, a 20 de millas de Candlestick Park.
Tanto infortunio no puede ser fruto de la casualidad. T¨¦ngase en cuenta que para la ciudad que acoge el Super Bowl, la peor maldici¨®n imaginable es que la juegue un equipo local, lo que supondr¨ªa un brutal descenso de ingresos al no contar con el ingente gasto generado por dos aficiones for¨¢neas ¨¢vidas de consumo¡m¨¢xima atenci¨®n desde ya a las maniobras del Honorable Sylvester Turner, alcalde de Houston. JJ Watt, tendr¨¢s que esperar otro a?o.