Made in Lombardi
Green Bay Packers, el ¨²nico club existente en el deporte profesional americano, un conjunto de una ciudad de menos de 105.000 habitantes.
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Independientemente de qu¨¦ equipo sea uno -inclusive si es de los Seahawks, los Cowboys o ?hasta los Bears!-, no puede dejar de admirar a los Green Bay Packers, el ¨²nico club existente en el deporte profesional americano, un conjunto que lleva el nombre de una ciudad de menos de 105.000 habitantes y juega en un estadio que alberga m¨¢s de 80.000 personas.
Los Packers, uno de los equipos pioneros en la formaci¨®n de la NFL, han vivido tres grandes momentos en su historia, tres puntos de inflexi¨®n en los que pasaron de peligrar como franquicia a consolidarse entre las mejores de la liga. El primero, la decisi¨®n de su fundador ¡°Curly¡± Lambeau de vender las acciones y convertir al equipo en un club; el segundo, cuando decidieron fichar, porque nadie aceptaba a trasladarse a vivir a La Tundra mas que ¨¦l, a un coordinador de ataque que trabajaba en los New York Giants, llamado Vince Lombardi; el tercero, en 1989, en el momento en el que Bob Harlan fue nombrado presidente del club y decidi¨® separar la parte de negocio de la deportiva. Harlan capitane¨® las negociaciones para la incre¨ªble renovaci¨®n de Lambeau Field y nombr¨® general manager a Ron Wolf, quien logr¨® seleccionar en el draft a Brett Favre y fichar en la agencia libre a Reggie White para devolver a los Packers a la cima deportiva de la NFL.
Por supuesto que hablar de Lambeau o Harlan ser¨ªa interesant¨ªsimo, sin embargo prefiero dedicar un par de p¨¢rrafos a Lombardi, el entrenador de entrenadores, ganador de cinco t¨ªtulos de la NFL en siete a?os, hecho sin precedente y raz¨®n por la cual el trofeo que acredita al triunfador de la Super Bowl lleva su nombre.
Para llegar hasta Green Bay, se pasa por el pueblo de De Pere y, posteriormente, ya a las afueras de la ciudad, por Allouez, una peque?a poblaci¨®n de menos de 15.000 habitantes, donde todav¨ªa se encuentra la casa en cuyo s¨®tano, tras los partidos jugados en Green Bay, Lombardi organizaba sus famosas fiestas, ganase o perdiese, en las que se relajaba de la enorme presi¨®n ejercida por cada partido que su equipo disputaba. Ya en Green Bay, giras a la derecha y te diriges al estadio, al que se llega, obviamente, por Lombardi Avenue¡
Es imposible no tropezarte con algo que te recuerde al gran entrenador si te desplazas a Wisconsin para contemplar un partido de f¨²tbol americano, pero tambi¨¦n lo es si buscas dar una charla relacionada con el deporte y la empresa, donde las frases de Lombardi est¨¢n siempre en boca de cualquier ponente.
Yo tuve la enorme suerte de leer la biograf¨ªa del legendario entrenador de los Packers escrita por un gran periodista de investigaci¨®n, David Maraniss, bi¨®grafo tambi¨¦n del mism¨ªsimo Bill Clinton. En ella, el ganador del Premio Pulitzer presenta a un entrenador de carne y hueso, que te permite aprender mucho m¨¢s de Lombardi que si el libro fuera simplemente una historia color de rosa.
El mito comenz¨® a forjarse en la dura ciudad de Nueva York, donde Lombardi asisti¨® a Fordham, Universidad de los Jesuitas en la que destac¨® como uno de los mejores l¨ªneas de la NCAA, cuando todav¨ªa se jugaba en defensa y ataque. Lombardi mascull¨® la posibilidad de hacerse sacerdote y bas¨® sus m¨¦todos de trabajo en los Ejercicios de San Ignacio. De all¨ª su f¨¦rrea disciplina y su enorme perseverancia como educador. Cuenta Maraniss que el ataque de los Packers, durante la pretemporada, se desplazaba del campo de entrenamiento al comedor emulando la Packer Sweep, una de las famosas jugadas de carrera, made in Lombardi, que tan famoso hicieran al entrenador.
Hombre puntual que estableci¨® en los Packers el horario Lombardi(si ¨¦l te citaba a una hora, ten¨ªas que llegar diez minutos antes o eras multado), el legado del gran entrenador pasa principalmente por su capacidad de liderazgo, basada en confiar y creerse totalmente lo que hac¨ªa. Para muestra un bot¨®n. De vacaciones, en Roma, Lombardi eligi¨® una postal del Coliseo para enviar a uno de sus asistentes, en la cual, antes de firmar, escribi¨® algo sumamente escueto: ¡°Media parte. Leones 7, Gladiadores 7¡±.
Cinco cosas que pienso:
1. Pienso que, despu¨¦s de Lombardi, Bill Belichick es el mejor entrenador de la historia de la NFL.
2. Pienso que estoy de acuerdo con la mayor¨ªa de aficionados de los Packers con los que habl¨¦ en Wisconsin: Jordy Nelson ser¨¢ clave para que su ataque vuelva a ser temido en la NFL.
3. Pienso que la ¨²ltima vez que los Raiders generaron tantas expectativas su quarterback se apellidaba Gannon.
4. No s¨¦ c¨®mo acabar¨¢ la Deflategate III, pero pienso que si un juez lo declar¨® inocente, Tom Brady tendr¨ªa que jugar los diecis¨¦is partidos de la temporada regular.
5. Lo siento, cambio de deporte, pero solo un poco. Pienso que la historia de Billy ¡°The Kid¡± Donovan es maravillosa. Llev¨® a una universidad que respira f¨²tbol americano por todos los costados, Florida, al t¨ªtulo de baloncesto de la NCAA y, adem¨¢s, est¨¢ en camino de conducir a un estado que las diligencias y el f¨²tbol americano pusieron en el mapa a ganar su primer anillo de la NBA. Go OKC!!!