Toronto Blue Jays: Cuando le coges el gusto a ganar partidos

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Los Toronto Blue Jays eran el ¨²nico equipo que no hab¨ªa entrado en playoff desde la creaci¨®n de las plazas de wild card para jugar la postemporada. En concreto, desde 1993. Es mucho tiempo, para cualquier franquicia de cualquier deporte norteamericano, sin probar las mieles de la pelea por el t¨ªtulo.

Pero hete aqu¨ª que la temporada pasada, al fin, los astros se alinearon y los Blue Jays no s¨®lo se metieron en playoff sino que pelearon hasta las Series de Campeonato de la Liga Americana con momentos memorables que se han quedado grabados en la memoria colectiva de seguidores de este deporte.

Y una vez que se prueban las mieles del ¨¦xito, claro, es muy dif¨ªcil volver a ser un equipo trist¨®n sin muchas cosas que decir y con todo el pescado del a?o vendido all¨¢ por el mes de agosto. No. Cuando ves a todo tu estadio vibrar, a toda la afici¨®n volcada, cuando eres el centro de atenci¨®n durante todo un mes, lo que quieres es repetir. Y de inmediato.

Lo cierto es que ese es el escenario m¨¢s plausible para este equipo. Todo lo que construyeron el a?o pasado sigue intacto. Es cierto que han perdido alguna que otra pieza capital, empezando por David Price, pero la esencia del grupo se mantiene.

No es poca cosa esto. Los seguidores de los Blue Jays se han acostumbrado a que su equipo sea el mejor ataque de la MLB y no quieren bajarse de ah¨ª. Hay una filosof¨ªa, una personalidad, clara en estos bateadores de Toronto que agrada y que fideliza a partes iguales y es, sin duda, gran parte de su encanto.

Cuando en la l¨ªnea de bateo se presenta, sin soluci¨®n de continuidad, a Josh Donaldson, Edwin Encarnaci¨®n, Jos¨¦ Bautista y Troy Tulowitzki, se puede asegurar que habr¨¢ espect¨¢culo ofensivo a raudales. Habr¨¢ home runs, habr¨¢ carreras, habr¨¢ turnos de bateo sensacionales y habr¨¢, en resumen, excitaci¨®n por ver subir n¨²meros en el marcador, que es lo que suele llamar a m¨¢s gente en todos los deportes.

Cuando un equipo le coge el gusto a ganar partidos es muy dif¨ªcil verle retroceder. Pero hay un riesgo evidente en esta situaci¨®n, novedosa en Toronto, y es que las exigencias van a ser bastante mayores que en los ¨²ltimos a?os, que en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Y no sabemos como reaccionar¨¢ el grupo a esa presi¨®n extra que van a sentir esta temporada.

Esa es la gran incognita de un equipo llamado a ser una de las atracciones principales de los amantes de los bates agresivos.

El detalle hist¨®rico

La historia de los Toronto Blue Jays no se hunde en el principio del siglo XX, como la de la mayor¨ªa de sus rivales, sino que fueron creados en el a?o 1977. Durante sus primeras temporadas fueron un equipo del mont¨®n, como es l¨®gico en franquicias de una expansi¨®n, pero a partir de mitad de los a?os 80 se convirtieron en una de las grandes potencias de la Liga Americana. Concluyeron aquella etapa dorada con dos t¨ªtulos seguidos de las World Series, en 1992 y 1993... y no volvieron a playoff hasta la pasada campa?a.

Las tres claves del equipo

1. Jos¨¦ Bautista y Edwin Encarnaci¨®n est¨¢n en a?o final de contrato, con lo que ello supone de motivaci¨®n extra... pero tambi¨¦n de distracci¨®n en el grupo. Ambos son esenciales para seguir manteniendo el estatus de mejor ataque de toda la competici¨®n.

2. La rotaci¨®n de pitchers sin un as claro. El a?o pasado la presencia de David Price hizo que los lanzadores de los Blue Jays acabasen con muy buena nota, pero ahora habr¨¢n de trabajar sin la presencia de una gran estrella de verdad. Esencial el progreso (o no) de Marcus Stroman.

3. La recuperaci¨®n de Troy Tulowitzki. El magn¨ªfico shortstop lleg¨® a Toronto tras ser una gran estrella en los Colorado Rockies pero, por problemas f¨ªsicos y de adaptaci¨®n, no encontr¨® su forma en todo el a?o. Ahora tendr¨¢ esa opci¨®n con toda una pretemporada en Toronto.

Lo mejor:

1. Donaldson, Encarnaci¨®n, Bautista, Tulowitzki... por favor, que alguien les detenga.

2. Marcus Stroman ante la oportunidad de convertirse en un pitcher l¨ªder de rotaci¨®n.

3. El liderazgo en defensa de un seguro de vida como Russell Martin.

Lo peor:

1. Una rotaci¨®n titular de pitchers que adolece de una figura real tras la marcha de Price.

2. La imposibilidad de que todos los bateadores tengan un a?o como el pasado.

3. Las expectativas generadas en una franquicia hist¨®ricamente perdedora.

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