Todos nos hacemos la misma pregunta: ?volver¨¢n los Patriots?
Despu¨¦s de un mes de diciembre nefasto, nadie tiene muy claro si New England estaba pasando una profunda crisis de juego o se hab¨ªa ido de vacaciones.
Lo primero es lo primero. La previa deportiva del Patriots-Ckiefs la ha escrito Pablo Fernandez Maza, como no pod¨ªa ser de otra manera. Y la pod¨¦is leer en el siguiente enlace.
Como ya pas¨® la semana pasada, quiero aprovechar esta oportunidad que me dais para fijarme en alg¨²n detalle del partido. Aunque esta vez, y sin que sirva de precedente, son unos puntos en los que me llevo fijando desde hace ya casi quince a?os. Es m¨¢s, el art¨ªculo que vais a leer, si est¨¢is dispuestos a saltar al siguiente p¨¢rrafo, probablemente ya me lo hay¨¢is le¨ªdo en ocasiones anteriores, pero es que lo de los Patriots en playoffs es como lo del turr¨®n en la Navidad, que vuelve a casa, nos guste o no. A algunos les empalaga, y a otros les encanta atiborrarse hasta la indigesti¨®n.
Nadie sabe qu¨¦ sucedi¨® en el ¨²ltimo cuarto de aquel partido del 29 de noviembre en Mile High, cuando los Patriots desperdiciaron una ventaja de 14 puntos y perdieron en la pr¨®rroga despu¨¦s de un tres y fuera con dos incompletos y un sack a Brady. Pero algo salt¨® en la cabeza de Bill Belichick, y el viejo quirom¨¢ntico decidi¨® encerrarse en su cueva y dar por concluida la temporada regular, o al menos eso pareci¨®.
Desde entonces, los Patriots han sido como un alma en pena. Han sumado dos victorias en seis partidos, su peor racha desde que se invent¨® la imprenta. Y eso no es lo peor. Tambi¨¦n han desarrollado su peor juego desde que se invent¨® la rueda. Sin estrategia, ni ganas. Que lo de postemporada este a?o ha sido como el chiste ese: ¡°a m¨ª que me entren¡±.
Pero claro, ninguno nos lo creemos. Todos llevamos muchos a?os aprendiendo una lecci¨®n inmutable: en los Patriots nada es nunca lo que parece. Y aqu¨ª empieza el dilema, tanto de los enamorados del equipo de Boston, como de los que ya han convertido en tradici¨®n abrir una botella de champ¨¢n el d¨ªa que son eliminados. ?Van a volver?
Porque la pregunta de qu¨¦ Chiefs veremos ya ha sido respondida domingo tras domingo. Otra vez ser¨¢n un buld¨®zer diesel inc¨®modo y muy dif¨ªcil de frenar, y la ¨²nica duda es si Alex Smith ser¨ªa capaz de rememorar aquella tarde m¨¢gica de playoffs contra los Saints si fuera necesario.
As¨ª que visto d¨®nde est¨¢ el list¨®n, la duda que todos tenemos es si los Patriots est¨¢n ahora capacitados para saltarlo o no. Si nos guiamos por lo que hicieron en diciembre, parece imposible que lo puedan conseguir, pero conociendo a Belichick y los antecedentes, quiz¨¢ ni siquiera necesiten un fosbury, y puedan adornarse con un tripe mortal con tirabuz¨®n.
Quiz¨¢ sea mucho suponer, pero creo que Belichick sabe hace muchos meses c¨®mo juega su equipo y cu¨¢l es su l¨ªmite, y creo que todos sus jugadores, curtidos en mil batallas, tambi¨¦n tienen muy claro lo que pueden y no pueden hacer. Y no, ninguno de nosotros llegamos a vislumbrar m¨¢s que unos pocos detalles de todo ese plan. Lo que para cualquiera es bueno, para Belichick puede ser malo. Y no es la primera vez que la l¨ªnea ofensiva de New England parece mediocre en temporada regular y es un rodillo en enero, por poner un ejemplo.
Por tanto, si a cualquiera de nosotros nos preguntan qui¨¦n va a ganar el Patriots-Chiefs, nos podemos tirar m¨¢s de media hora argumentando por qu¨¦ creemos que los de Kansas son mejor equipo que los Patriots, y se nos puede llenar la boca de razonamientos irrebatibles, pero despu¨¦s de tanta perorata, cuando nos digan que no nos vayamos por las ramas y que digamos de una vez qui¨¦n va a ganar el partido, la respuesta ser¨¢ inevitable: ¡°?qui¨¦n va a ser, pues esa panda de cabrones!¡±
Entonces nos dejaremos de X y O, de flechas y estrategias, y nos imaginaremos a Belichick moviendo el cuchar¨®n sobre la marmita que contiene la p¨®cima de la invencibilidad, con pelo de pubis de asistente arbitral (y no me pregunt¨¦is c¨®mo se consigue eso), c¨¦sped de endzone, sudor de Suh, sangre de nariz de punter y moco de Watt. Callo de Peyton y u?a de Brees, barba de Weddle, pelotilla de oreja izquierda de Rex, y derecha de Rob. Y ah¨ª, casi a oscuras, tito Bill macera la victoria, vuelta tras vuelta de cuchar¨®n, mientras McDaniels, sentado en un viejo escritorio a su vera, traza signos cabal¨ªsticos y entona versos espeluznantes que convocan brujas y demonios.
No pens¨¦is que todo su equipo hace coro en la habituaci¨®n continua, con los ojos en blanco mientras sacrifican un chivo. Qu¨¦ va. Brady est¨¢ jugando al osito gominota con la B¨¹ndchen, Gronko de fiesta en su discom¨®vil, Chandler Jones fumando marihuana, Edelman estudiando la posici¨®n de linebacker, que quiere probar el a?o que viene a ver qu¨¦ tal se le da, Gostkowski jugando a los dardos y Butler abducido por el Madden.
Y a la hora del partido ya no habr¨¢ bromas ni probaturas. Todo ir¨¢ en serio y enfocado a un ¨²nico objetivo, ganar el anillo como sea. Y todos estamos convencidos de que volveremos a ver a Brady con esa mirada suya que da miedo, a Gronko pegado a la l¨ªnea y con sonrisa socarrona, a Edelman, Amendola y compa?¨ªa en formaci¨®n de nube de avispas, la l¨ªnea rindiendo como no lo ha hecho en todo el a?o, el front seven recuperando la iniciativa y la secundaria situada en esquemas desconcertantes e indescifrables. Y justo en ese instante ser¨¢ cuando levantaremos los brazos y nos taparemos la cara para evitar el impacto.
Entonces se nos helar¨¢ la sangre en las venas, nos quedaremos sin aire en los pulmones, y solo podremos musitar un ¡°han vuelto¡± con un hilillo de voz. Aunque pocos segundos despu¨¦s, ya recuperados de la primera impresi¨®n, nos daremos cuenta de esa realidad horrible, nos echaremos las manos a la cabeza, y esta vez s¨ª que gritaremos hist¨¦ricos sin poder parar ¡°?Han vuelto! ???Han vuelto!!! ?????HAN VUELTO!!!!!¡±
Y un a?o m¨¢s, estaremos seguros de que el viejo de las mangas recortadas nos la ha vuelto a jugar.
Eso es en lo ¨²nico que consiste este Patriots-Chiefs. Esa es la ¨²nica cuesti¨®n que resolver: ?van a volver?