Houston Texans 0 - Kansas City Chiefs 30
Los Chiefs cortan la cabellera a Hoyer y destrozan a los Texans
La defensa de Kansas City intercept車 cuatro veces al quarterback de los Texans en un choque en el que los Chiefs ya ganaban 7-0 a los 11 segundos.
106 yardas de retorno de kickoff de Knile Davis en la primera jugada del partido. 11 segundos. Eso es exactamente lo que dur車 el Texans-Chiefs. Como una carrera mala de 100 metros lisos. Todo lo dem芍s fue simplemente agon赤a. Y l芍stima.
Porque independientemente de los colores, y de las celebraciones, hay veces que contemplamos actuaciones individuales que llevan a la compasi車n. Y lo de Hoyer fue de jubilaci車n anticipada, de cura de sue?o, de crisis matrimonial y destierro. Cuatro p谷rdidas de bal車n en medio tiempo. Tres intercepciones y un fumble que igualan aquella fat赤dica tarde de enero de 2000, en que los Jaguars le endosaron 62 puntos a los Dolphins de un Marino, que se retiraba con dos intercepciones y dos fumbles en los dos primeros cuatros. Y como guinda, Hoyer sum車 una cuarta intercepci車n en el 迆ltimo cuarto, cuando solo se jugaba basura, con un pase que hizo honor al momento del partido.
As赤 no se puede. Por mucha defensa que tengas, por muchas carreras de 49 yardas que pueda conseguir Alfred Blue. Y lo malo es que fueron tres intercepciones feas. De las que se clavan en el coraz車n de tu equipo. En tu propia yarda 33 lanzando a ninguna parte; a tres yardas de la zona de anotaci車n rival, intentando un pase imposible y telegrafiado; en un big play a la desesperada lanzando un pase hacia fuera cuando el corte era interior# Y m芍s que pudieron caer. Hoyer era el paradigma del lamento y todo Houston lo quer赤a matar. Desde Bill O*Brien hasta el 迆ltimo aficionado. ※No quiero verte m芍s en mi vida. ?Haz la maleta y no vuelvas!§
El resto solo fue el partido que todos imagin芍bamos. Ruido de fondo de una tarde de siesta. El gui車n que se repet赤a una y otra vez cuando lo jug芍bamos en nuestra imaginaci車n en los d赤as previos y que reaparec赤a inevitablemente por mucho que intent芍bamos a?adir factores de desequilibrio. Los Chiefs, con esos siete puntos en la buchaca, pusieron el diesel a funcionar y no se salieron ni un mil赤metro de su plan de juego: series interminables, muchas jugadas imaginativas pero sin correr riesgos y Alex Smith buscando a un Kelce descomunal, que no hab赤a jugado tan bien desde aquella lejana semana 1, en la que los Chiefs tambi谷n atropellaron a los Texans.
Por el camino iban cayendo los ya tradicionales field goals del brasile?o Cairo Santos, y Kansas City se plantaba en el medio tiempo con un 0-13 que tal vez no parezca una exageraci車n, pero que visto lo visto era un obst芍culo m芍s alto que el Himalaya.
Solo un punto negro en toda la primera mitad de los Chiefs, una intercepci車n a Alex Smith, que lanz車 un pase algo retrasado a Maclin, y que acab車 con el bal車n descontrolado y en manos de Brian Cushing. Pero ese detalle no ensucia una actuaci車n magistral del quarterback, que durante todo el partido pareci車 un gigante, dominando la situaci車n con soltura, muy bien protegido por su l赤nea ofensiva, que nunca dej車 que JJ Watt le atropellara.
La segunda mitad no habr赤a tenido m芍s historia si no fuera por dos lesiones decisivas. La de JJ Watt termin車 con las 迆ltimas esperanzas de su equipo, mientras la grada del NRG coreaba un ※We want Weeden!§ que probablemente sea el grito m芍s desesperado entonado nunca e la grada de un estadio deportivo.
Sin embargo, la otra lesi車n s赤 que puede tener una trascendencia decisiva en el devenir de los playoffs. En la misma jugada que Watt se retiraba cojeando, Jeremy Maclin golpeaba el suelo del emparrillado una y otra vez con el pu?o, mientras gritaba de dolor, y lloraba desconsoladamente al sentir que algo no funcionaba en sus ligamentos, y que quiz芍 solo un milagro pueda hacer que vuelva a jugar esta postemporada. Y pese a que ante los Texans solo recibi車 tres balones para 29 yardas, su trabajo volvi車 a ser decisivo para abrirle el campo a Alex Smith, y dejar pista libre a sus compa?eros.
Esas dos lesiones simult芍neas significaron el segundo final del partido que ya hab赤a acabado a los 11 segundos. Los Texans, sin su l赤der, bajaron definitivamente los brazos y se dejaron llevar. Los Chiefs, casi sin quererlo, anotaron 17 puntos m芍s. Primero fue un touchdown de Conley tras un pase de 9 yardas, luego una carrera de Spencer Ware, por 迆ltimo, otra patada de Cairo Santos, aunque a esas alturas la grada estaba vac赤a de aficionados de Houston e incluso se escuchaba el tradicional Tomahawk Chop que nunca augura nada bueno a sus rivales.
Gran victoria de los Chiefs, triste partido para todos. Porque dur車 once segundos, porque Hoyer fue una pena, porque los Texans no anotaron ni un solo punto, porque se lesion車 Maclin y porque casi nada fue bonito pese al grand赤simo partido de los Chiefs, con ese estilo machac車n que han convertido en su se?a de identidad esta temporada. Y de paso rompen una maldici車n, Kansas City gan車 por fin un partido de postemporada despu谷s de que hace casi 22 a?os, un 16 de enero de 1994, un tal Joe Montana lanzara tres pases de touchdown que llev車 a los Chiefs a la victoria sobre los Oilers 28-20.