Llega la ¨¦poca navide?a a la AFC Norte de la NFL
Entre turrones, regalos y villancicos, Steelers regresan a playoffs, Bengals se encomiendan a McCarron, y Browns y Ravens miran al futuro.
Me gusta la Navidad. Las calles iluminadas con luces de colores, los escaparates decorados con motivos navide?os, los belenes, la costumbre de hacerse regalos, la peculiar gastronom¨ªa¡ Cuando uno se hace mayor, reconforta encontrar tradiciones que te recuerdan a la infancia. En la AFC Norte, una de las m¨¢s extendidas por estas fechas es la vuelta de los Steelers a playoffs. A lo que, como el anuncio, pod¨ªamos denominar ¡°su casa¡± (tras los Cowboys, son el equipo con m¨¢s presencias en postemporada). Sus seguidores saben que nunca hay que darles por acabados, ya que es precisamente en la recta final del campeonato cuando se envuelven en su m¨ªstica particular.
Desde la era Roethlisberger (por poner un punto de partida), los Steelers tienen un porcentaje de victorias en Diciembre del 72%. Incluso en aquellos a?os en los que finalmente el balance no les ha llegado para entrar en playoffs, su rendimiento en el ¨²ltimo mes de temporada regular siempre ha sido excepcional. Este milagro navide?o no lo explica por s¨ª solo la adaptaci¨®n al g¨¦lido clima invernal. Debe haber algo m¨¢s. El esp¨ªritu de los que han vestido antes esa camiseta. El respeto que genera en los contrarios. Comentaba antes las cosas buenas de la Navidad, pero tambi¨¦n hay otras que pueden no serlo tanto. Que te toquen los Steelers en playoffs te hace tanta gracia como la cena de Nochebuena con tu suegra. Como ese trozo de turr¨®n pasado, que lleva d¨ªas en la bandeja y todos intentan evitar. Creo que Tim Burton equivoc¨® el protagonista para su pel¨ªcula animada ¡°Pesadilla antes de Navidad¡±.
Una pel¨ªcula inspirada en el cuento del ¡°Grinch que rob¨® la Navidad¡±, un personaje que alertaba sobre el exceso de materialismo en estas fechas, un efecto inseparable ya de la Navidad. Las ¨²nicas tarjetas que se ven ahora no son las de felicitaci¨®n, sino las de cr¨¦dito en los grandes almacenes. Nadie imagina un ¨¢rbol navide?o sin regalos bajo ¨¦l. Como nadie imaginaba tampoco el hundimiento de unos Ravens candidatos a la Super Bowl. Harbaugh tendr¨¢ que renovar unos adornos que se han quedado obsoletos (Smith, Forsett, Suggs, Dumervil¡) y comprobar cu¨¢ntos de los actuales podr¨ªan valer para ocupar un lugar m¨¢s vistoso el a?o que viene (Aiken, Allen, Clausen¡). Pero lo que no podr¨¢ eludir ser¨¢ pasar por el mercado y sucumbir a la vor¨¢gine consumista para reforzar su proyecto de cara al futuro.
Una parte fundamental tambi¨¦n de la Navidad son sus ritos religiosos. El Nacimiento de Jes¨²s, la Misa de Gallo, la bendici¨®n papal ¡°urbi et orbi¡±. Oraciones y plegarias. Como las que circulan en Cincinnati por el pronto regreso de Dalton, una vez comprobadas las limitaciones de su sustituto A.J. McCarron. Por m¨¢s fe que pone, no da la impresi¨®n de ser el ansiado Mes¨ªas que esperan en la Queen City para acabar con la penitencia de 25 a?os sin victorias en playoffs.
Pero sobre todo, son fechas de estar reunidos en familia. Al calor del hogar, cantando villancicos entre olor a pavo asado. Y no s¨¦ por qu¨¦ esto me recuerda a Manziel. Ahora m¨¢s que nunca necesita el apoyo de compa?eros y entrenadores para guiarle, protegerle y hacerle crecer como QB. De momento, lleva dos partidos bastante buenos. Hay un sentimiento de esperanza en ¡°Believeland¡±. Porque esto significa la Navidad: ilusi¨®n en un renacer mejor.
En la AFC Norte, las noches de duelos divisionales no suelen ser nunca de Paz ni de Amor, pero esto no impide desear a todos nuestros lectores, y vuestras familias, una muy Feliz Navidad.