Jameis Winston regal¨® a Mike Evans el touchdown que le pidi¨®

En Tampa Bay las cosas est¨¢n saliendo bien. Es un eufemismo, porque en realidad est¨¢n saliendo de manera espectacular. Cuando llegan las victorias, y m¨¢s si son inesperadas, si nadie contaba con ellas a principio de a?o, el ambiente se vuelve paradisiaco. Todo son bromas. Todo palmadas en la espalda. Como dec¨ªa Manolo Summers, "To er mundo e g¨¹eno". S¨ª, he hecho una referencia al padre fallecido de un cantante de un grupo que estuvo de moda en los ochenta. As¨ª de profundo voy (y de a?os tengo).

Sucedi¨® este domingo un ejemplo perfecto que ilustra este estado de felicidad en los Buccaneers. Jugaban contra los Falcons y perd¨ªan 19-16 en los instantes finales del ¨²ltimo cuarto. Dado que sus rivales les anteced¨ªan en la clasificaci¨®n y que, con la victoria, les empataban a triunfos y derrotas, la tensi¨®n habr¨ªa de ser m¨¢xima. Una derrota de los Bucs les eliminaba de playoffs, una victoria les manten¨ªa en la pelea. Quiero decir: no deber¨ªan estar para bromas.

?O s¨ª?

Tras una carrera milagrosa de Winston de 20 yardas, algo muy conveniente pues estaban en tercera y diecinueve, los jugadores de Tampa Bay llegaron al huddle. Estaban en la yardas seis de Atlanta. Podr¨ªa ser el momento definitorio de la temporada. Sin embargo, Jameis Winston, QB del equipo, decidi¨® que era buen momento para divertirse.

"?Qui¨¦n quiere un touchdwon?" dijo, y repiti¨® "?qui¨¦n quiere un touchdown?". El primero que elev¨® la voz fue Mike Evand que grit¨® "?yo, yo, yo!". Luego otros compa?eros tambi¨¦n quisieron ser los protagonistas, pero Winston lo tuvo claro.

"Le dije que estaba bien, que le dar¨ªa el touchdown a ¨¦l. Nos hizo gracia esa forma de pedirlo, como si fuese un ni?o. Fue un momento divertido", explic¨® Winston al concluir el encuentro.

As¨ª pas¨®, claro, pues sino es dudoso que lo hubiesen contado. Jameis cant¨® la jugada, la ejecut¨® y el bal¨®n acab¨® en las manos de su receptor estrella para sellar una victoria crucial para el equipo.

?Y qu¨¦ hubiese pasado s¨ª, por ejemplo, Longan Mankins, uno de los guards de la l¨ªnea ofensiva, hubiese sido el primero en pedirse la anotaci¨®n? El QB lo explic¨® entre carcajadas: "pues habr¨ªamos encontrado la forma de darle el bal¨®n, claro".

Cuando se gana, todo funciona. Ley b¨¢sica universal de la qu¨ªmica de vestuario en cualquier competici¨®n deportiva del mundo.