Un an¨¢lisis de los detalles que hicieron grande a Brett Favre
Cuando te sentabas a verle jugar lo ¨²nico que sabias era que Favre iba a hacer algo que el resto no pod¨ªa y que, adem¨¢s, lo har¨ªa de una manera espectacular.

Siempre me han apasionado los jugadores que han tenido ese toque de raza, de pasi¨®n, de levantar el pu?o cuando consiguen que ese punto, gol o canasta parezca algo m¨¢s que una simple jugada. Aunque, en ese momento, no sea algo transcendente para ese partido.
Admiro a los que lo dejan todo en el campo independientemente del resultado. Este tipo de jugador, con esos gestos, demuestra que le importa lo que sucede en el terreno de juego. Se enfada si algo sale mal, o se alegra si algo se realiza bien. Odio la frialdad. Conmigo, eso no va.
Si os cuento esto es porque aqu¨ª ten¨¦is la raz¨®n por la que yo veo NFL. De joven, me sentaba a ver Telemadrid cuando televisaban partidos de football, y aunque me gustaba verlos y disfrutaba con ellos, solo hab¨ªa un equipo que me llenaba. De hecho, solo hab¨ªa un jugador del que no quer¨ªa perderme un solo partido. Daba igual que le interceptasen o que lanzase cuatro mandarinas, una vez que las cosas sal¨ªan como ¨¦l quer¨ªa (y eso era muy a menudo) yo ve¨ªa a ese tipo de deportista que he admirado siempre. Brett Favre ha sido la raz¨®n de mi obsesi¨®n con la NFL. Nada ni nadie cambiar¨¢ eso, as¨ª que, a pesar de sus vaivenes con los Packers, yo siempre le estar¨¦ agradecido por levantarme del sof¨¢ ante un deporte que no conoc¨ªa y del que me siento orgulloso de ser fan. Yo soy de Green Bay, pero soy m¨¢s de Favre.
Y los ha habido mejores. Sin ir m¨¢s lejos, s¨¦ que Aaron Rodgers es mejor QB de lo que lo fue Favre. no tengo ninguna duda de eso. Incluso acaban de batir su r¨¦cord de yardas de pase, pero eso a m¨ª me da igual. Hasta la fecha, nadie ha ocupado su puesto en mi propio Hall Of Fame, ya que se necesita m¨¢s cosas que n¨²meros para que eso ocurra. Los n¨²meros siempre son fr¨ªos, y a m¨ª el fr¨ªo me aburre.
Habr¨¢ gente que no entienda el homenaje de esta noche. Es perfectamente entendible, la traici¨®n a los colores verde y oro est¨¢ ah¨ª, es imborrable, y duele ver como tu ni?o bonito, el que te lo ha dado todo, te miente, te da la espalda y se va a un sitio al que t¨² odias. Pero, ?se puede olvidar el primer amor? Nunca, ese siempre se queda dentro de uno. Con el tiempo, la decepci¨®n termina transform¨¢ndose en un sue?o pasajero, y cuando echas la vista atr¨¢s recuerdas todo lo que te hizo vibrar y emocionarte ante un deporte que no terminabas de entender del todo. Lo ¨²nico que sabias era que Favre iba a hacer algo que el resto no pod¨ªa y que, adem¨¢s, lo har¨ªa de una manera espectacular.
No era ese pocket passer como Dan Marino, ¨¦l sal¨ªa del pocket para pasar en carrera, aguantaba golpes o iba a bloquear para que su RB siguiese corriendo. Si ten¨ªa que lanzar contra una doble cobertura, lo hac¨ªa. No hab¨ªa miedo a nada.
Por supuesto, su calidad le permit¨ªa hacer cosas al alcance de muy poquitos. En la imagen que ten¨¦is abajo pod¨¦is ver que no todo era improvisaci¨®n.

Superbowl XXXI. Frente a los New England Patriots de Drew Bledsoe. Los de Boston est¨¢n en Cover-1 y Favre lo sabe. Se inicia el snap y el 4 de los Packers fija al FS con sus ojos. Favre sabe d¨®nde va a ir ese bal¨®n. Al final de su dropback, con el hitch step, Favre lee la ventaja que est¨¢ sacando Antonio Freeman a su defensor. El WR ha jugado un outside release de manual para irse de su par. Sumando esto a su velocidad, el receptor gana suficiente ventaja para que Favre le mande el ovoide. si no hubiese ganado esa separaci¨®n, Favre habr¨ªa mandado el lanzamiento igualmente. Y lo hubiera hecho porque el pase es perfecto. El ball placement no puede ser mejor y Freeman lo atrapa. Al ser tan bueno el pase, Freeman puede seguir su carrera sin haber tenido que frenar ni un segundo.

Como es tan r¨¢pido, ni el FS ni su CB pueden alcanzarle. Freeman anota un touchdown de m¨¢s de 80 yardas.
Freeman y Favre. Favre y Freeman. Dos tipos que se juntaron en un equipo que pasar¨¢ a la historia. Es cierto que Shurmur confeccion¨® una defensa que no era cualquier cosa. En ella estaba uno de los mejores defensores de la historia: Reggie White. Junto con Brown (el NT) eran una pesadilla para las OLs y QBs rivales.

Sin embargo, el ataque llamaba m¨¢s la atenci¨®n. Claro, ten¨ªan a Brett Favre.
Al a?o siguiente de la Superbowl frente a los Patriots, Green Bay volvi¨® a aparecer en la gran cita. Esta vez el rival ser¨ªan unos Denver Broncos que tra¨ªan consigo a John Elway y a un Terrell Davis que daba aut¨¦ntico pavor. El resultado no fue el mismo, y los Broncos se llevaron el anillo para casa. Sin embargo, volvimos a ver esa conexi¨®n entre las dos estrellas ofensivas de los queseros.

Como dije antes, para llegar a ser el jugador que fue Favre se necesita algo m¨¢s que suerte y valent¨ªa en tu juego. Evidentemente, el factor showman que arrastr¨® durante toda su carrera aumentaba el valor de su leyenda. Pero Favre era un QB con mucha facilidad para adivinar defensas y coberturas, lo que aprovechaba usando su excelente brazo para destrozarlas. En esa Superbowl XXXII, en el primer cuarto, pudimos asistir a uno de los m¨¢s bellos lanzamientos de este (con toda seguridad) Hall Of Famer.
Broncos aparenta una Cover-4, que se transforma en una Cover-3 Fire Zone cuando se lanza el snap. Lo primero que hace Favre es leer el blitz del nickel y de uno de los dos ILBs. Su OL aguanta lo suficiente para darle a Favre la lectura del flat-foot defender. El veloz vertical release de Freeman desarbola al safety, quien se ve superado por esa fade route. En el pocket, Brett Favre lanza un bal¨®n muy profundo, quiz¨¢s demasiado.
En realidad, el pase del QB es perfecto. Entre tres defensores, el ovoide cae en las manos de Freeman como si hubiese estado atado desde los dedos de Favre hasta los guantes del receptor. Otro touchdown que sumar a los innumerables que consigui¨®.
Pero lo mejor de esto, o lo que m¨¢s me gustaba a mi, no era su ball placement, su potencia de brazo o sus malabares para librarse del sack y conseguir completar el pase. Lo mejor era verle levantar los pu?os y corretear por el campo levantando a su afici¨®n. Fuese cual fuese. Porque eso es Brett Favre: una leyenda que nos levantaba a todos de nuestro asiento.