El futuro de los Browns es Josh McCown, un chaval de 36 a?os
El QB de futuro de los Browns es un tejano cuyas iniciales son J.M. Pero no de Johnny Manziel, como todos esperar¨ªamos, sino de Josh McCown. La ant¨ªtesis uno del otro. El rubicundo quarterback, nacido un 4 de Julio, es un hombre familiar, alejado de la atenci¨®n medi¨¢tica, y que sabe lo que cuesta ganarse la vida en este oficio, porque nadie le ha regalado nada.
Cuando lleg¨® a los Browns, sab¨ªa a lo que iba. Es lo que tiene llevar m¨¢s mili que el palo de la bandera. Ser un QB de transici¨®n hasta que una joven promesa apellidada ¡°Football¡± estuviera preparado, como jugador, y sobre todo, como persona, para llevar las riendas de la franquicia. No s¨®lo se le fichaba para repartir juego, sino para dar ejemplo.
En cierto modo, le record¨® a sus comienzos en la liga, pero a la inversa, cuando fue drafteado en 2002 por los Cardinals para ser el relevo de Jake Plummer. Pero tras cuatro a?os de altos y bajos, perdi¨® el puesto contra otro veterano, Kurt Warner, y tuvo que emigrar de Arizona, quienes encontrar¨ªan ese a?o en Leinart un nuevo juguete.
?Por qu¨¦ no podr¨ªa ¨¦l ser el ¡°Kurt Warner¡± de Cleveland? Con esfuerzo, podr¨ªa conseguirlo. Y capacidad de sacrificio nunca le falt¨®. Cuando lleg¨® en 2006 a los Lions para ser suplente de otro veterano, Jon Kitna, le reconvirtieron en WR, y lleg¨® a ser el tercero mejor del equipo.
Pero no pod¨ªa enga?arse, su papel en los Browns estaba claro. Su fichaje hab¨ªa despertado menos inter¨¦s entre los devotos aficionados a Manziel que el ¡°cambio¡± de logotipo de la franquicia. Casi tan poca relevancia como su traspaso a Oakland desde Detroit. Un a?o para olvidar, plagado de lesiones, y nuevamente sobrepasado por otro veterano, Daunte Culpepper.
Pero precisamente de esa etapa en Oakland pertenec¨ªa la ¨²nica cara conocida que encontr¨® en Cleveland, el coordinador ofensivo John de Filippo. Este le explic¨® claramente lo que pretend¨ªa de ¨¦l: juego conservador, nada de frivolidades, hacer evolucionar a los j¨®venes del ataque y dar todo el respiro posible a la defensa. Eso lo pod¨ªa hacer. Si no se torc¨ªa nada¡
Como cuando fich¨® por los Dolphins tras salir de los Raiders. Un desafortunado accidente cortando le?a con su hermano le da?¨® su mano de lanzar. Despu¨¦s, los Jets fichan a Favre, despiden a Pennington, quien recala en Miami, y de nuevo a hacer las maletas por la llegada de un veterano, camino de Carolina, donde pasar¨ªa los dos a?os m¨¢s aburridos de su carrera.
Seguro que el primer d¨ªa de entrenamiento con los Browns, echando un vistazo a su cuerpo de WRs, con Benjam¨ªn midiendo 1,78, Gabriel 1,73 y Hawkins 1,70, alturas muy por debajo de los est¨¢ndares de la NFL actual, se sentir¨ªa como Blancanieves rodeada de sus enanitos. ?Qui¨¦n dar¨ªa un euro por esta unidad! Probablemente, los mismos que tampoco daban nada por ¨¦l en Agosto de 2010 cuando, sin equipo, decidi¨® seguir batallando y enrolarse en los Hartford Colonials de la extinta UFL, liga de la que se convirti¨® en el mejor jugador. Esto le vali¨® otra oportunidad en la NFL al a?o siguiente, en los 49ers, aunque apenas por un mes. Todo parec¨ªa acabado, mejor empezar una nueva vida, como entrenador de High School en Marvin Ridge.

Pero pese a todo, en el training-camp de este verano de Cleveland, ordenando jugadas tras esa enorme l¨ªnea ofensiva, con grandes jugadores como Thomas o Mack, quiz¨¢ pensara que lo ¨²nico que necesitaba era un poco de suerte, como la que tuvo cuando se lesionaron Cutler y Hanie en Chicago y decidieron contratarle en 2011. Una nueva esperanza, unos contratos de a?o en a?o, cambiando de n¨²mero cada vez porque el suyo lo cog¨ªa otro compa?ero. Hasta que por fin, en 2013, una nueva lesi¨®n de Cutler le da la titularidad y explota como uno de los mejores QBs de aquella temporada. Bien entrado ya en la treintena pudo por fin conseguir su gran contrato la primavera siguiente, en los Buccaneers, 10 millones por 2 a?os.
Pettine le hab¨ªa asegurado la titularidad, pero tantas cicatrices en el cuerpo le hac¨ªan saber que de un d¨ªa para otro, todo se pod¨ªa truncar. En Tampa era titular, pero una enfermedad cardiaca del coordinador ofensivo dej¨® el ataque en manos del inexperto entrenador de QBs. Adem¨¢s, la OLnunca funcion¨®, y la temporada acab¨® en desastre. S¨®lo un a?o y otra vez al paro. As¨ª es la vida. Imagino la conversaci¨®n con su hermano peque?o Luke. ¡°?No vayas a los Browns! Yo estuve ah¨ª, y es una jaula de locos¡±. A lo que, condescendiente, replicar¨ªa: ¡°Si he sobrevivido a Raiders, Buccaneers, Bears, la UFL¡ los Browns no pueden ser peor que eso¡±.
Y no lo est¨¢n siendo. McCown est¨¢ rindiendo como el profesional ejemplar que siempre ha sido. Jug¨¢ndose la cabeza si hace falta aunque suponga salir volando como un helic¨®ptero. Realizando buenas actuaciones a pesar de una defensa porosa contra la carrera, una secundaria mermada por las lesiones, y un juego terrestre que no termina de arrancar. Tercer partido consecutivo con m¨¢s de 300 yardaspor primera vez en la historia del club. Record de yardas de pase de la franquicia en un partido. Y hasta ayuda divina. Contra Baltimore, alg¨²n arc¨¢ngel celestial, que ser¨¢ un cachondo mental, o seguidor de los Browns (lo cual no es incompatible) decidi¨® trabar el oval entre las piernas del TE Barnidge para que anotara un milagroso TD.
No ser¨¢ el ¨ªdolo de las nenas como Manziel. Ni vender¨¢ tantas camisetas como ¨¦l. Pero sin duda es el h¨¦roe de los que no se rinden, de los profesionales callados y trabajadores, que a¨²n tienen algo que ense?ar a los j¨®venes insolentes. ?Que viva Joshua ¡°Football¡± McCown!