Los bates de los Cubs rescatan al Jake Arrieta m¨¢s humano
Los seis home runs conseguidos por los Cachorros les sit¨²an m¨¢s cerca de progresar a las Series de Campeonato y rescatan a su estrella.
Los playoffs de la MLB no dejan de tener su iron¨ªa. Mucho se ha hablado de la incre¨ªble racha en la que estaba inmerso Jake Arrieta pero, cuando llega la hora de la verdad, son los bates de los j¨®venes talentos de Joe Maddon quienes sacaron las casta?as del fuego y ponen a los Cubbies al borde de la clasificaci¨®n frente al mejor equipo de la Liga Nacional.
En el triunfo de los de Illinois en el tercer encuentro, la clave no fue el hombre que les ha llevado hasta aqu¨ª con un final de campa?a absolutamente antol¨®gico y cuyo equipo ten¨ªa un r¨¦cord de 18-1 en sus ¨²ltimas 19 salidas, el hombre que garantiz¨® su participaci¨®n en las Series de Divisi¨®n con una brillante actuaci¨®n frente a los Pirates en el partido de Wild Card, el hombre que presenta una candidatura impresionante de cara a hacerse con el Cy Young.
No, los verdaderos responsables de esta victoria han sido esos j¨®venes pegadores que tiene Maddon bajo sus ¨®rdenes y que conforman el mejor plantel joven de toda franquicia y envidia del resto de la competici¨®n.
En un partido marcado por un viento que iba hacia la parte externa del campo con rachas de superaban los 30 kil¨®metros por hora, ninguno de los dos pitchers estuvo c¨®modo sobre el mont¨ªculo y eso se not¨® tanto en el caso de Michael Wacha en los Cardinals y del citado Arrieta en los Cubs.
Y es que por algo a Chicago se la conoce como ¡°The Windy City¡±, la ciudad del viento o ventosa, pero las circunstancias climatol¨®gicas pueden y suelen influir mucho en el desarrollo de los partidos aunque nadie puede negar que los swings que pusieron los jugadores de Chicago fueron claramente productivos.
Kyle Schwarber no est¨¢ en el left field por su guante aunque hace un papel digno. Est¨¢ por su presencia en el plate y su pegada desde la izquierda y eso es lo que hizo en la segunda entrada, adelantando a su equipo en el marcador. Parec¨ªa que se iba a seguir el gui¨®n cl¨¢sico para Jake Arrieta, con una carrera ser¨ªa m¨¢s que suficiente para ganar el partido.
Pero los playoffs son un escenario bien distinto y m¨¢s cuando tienes a un equipo tan versado en estas lides como son los Cardinals, zorro viejo donde los haya. Aprovechando los fallos de ejercuci¨®n del humano Arrieta, que llegaba al partido no habiendo permitido carrera en las ¨²ltimas 34 entradas lanzadas, los de St. Louis no s¨®lo abrieron la lata sino que se pusieron por delante. Los nervios empezaban a notarse en Wrigley Field cuando su intocable pitcher parec¨ªa haber encontrado la horma de su zapato.
Sin embargo, el tercer partido era el encuentro de los pegadores y el festival ofensivo se iniciar¨ªa con el home run del empate de Starlin Castro, al que seguir¨ªan los de Kris Bryant y Anthony Rizzo, sin importar si el pitcher era Wacha o Kevin Siegrist. Toda bola estaba destinada a la grada.
El Jake Arrieta m¨¢s humano volvi¨® a ser cazado por el home run de Jason Heyward y poco tiempo despu¨¦s era sustituido, incapaz de completar la sexta entrada, algo que no ocurr¨ªa desde el 16 de junio.
En el D¨ªa de Jake Arrieta, los Cubs iban a establecer un r¨¦cord con los seis home runs en un partido de playoffs y lo m¨¢s llamativo es que cinco de los seis fueron logrados por jugadores de 26 a?os de edad o m¨¢s j¨®venes (Schwarber, Castro, Bryant, Rizzo y Soler).
Ahora, la patata caliente est¨¢ en la esquina de los Cardinals, forzados a sacar con s¨®lo tres d¨ªas de descanso al veterano de mil batallas John Lackey, que ha tenido una fortuna desigual cuando se trata de lanzar de esa manera pero muy efectivo en ¨¦poca de playoffs aunque de eso hace m¨¢s de una d¨¦cada.
Los Cubs recurrir¨¢n a Jason Hammel para cerrar la serie y ganar por segundo d¨ªa consecutivo por primera vez desde la administraci¨®n Reagan en 1984, al mismo tiempo que conseguir¨ªa ganar una serie de playoff ante su p¨²blico, algo que no ha ocurrido jam¨¢s en su historia.