Ning¨²n club es mejor gestionado que los Cardinals
A la hora de hablar sobre franquicias hist¨®ricas de la Major League Baseball, las mayores preferencias suelen ir encaminadas hacia los equipos de la Costa Este como los New York Yankees y los Boston Red Sox. Ya se sabe, el ¡°East Coast bias¡±, esa mayor notoriedad que se le suele dar a los equipos de esa zona de Estados Unidos que adem¨¢s suele ser la sede principal de los medios de comunicaci¨®n mayoritarios del pa¨ªs.
Pero a pesar de todo ello, el b¨¦isbol es tremendamente popular en el Medio Oeste de la naci¨®n, ¨¢rea en la que se concentran los que se llaman a s¨ª mismos ¡°los mejores aficionados del pasatiempo nacional americano¡±.
Y de todos esos brillantes candidatos, ninguno es mejor y es gestionado de forma m¨¢s eficiente que la franquicia de Missouri, los St. Louis Cardinals, el segundo equipo con m¨¢s triunfos en las Series Mundiales con once s¨®lo por detr¨¢s de los veintisiete de los Yanks.
El 2015 nos ha vuelto a ofrecer otro a?o maravilloso desde la gerencia de los Cards y este club vuelve a ser el modelo a seguir para cualquier franquicia que no pertenezca a un mercado grande, con inmensos presupuestos que te dan la oportunidad de equivocarte sin que sea un problema grave.
En St. Louis esto no se produce y, aunque el club ha fallado como es l¨®gico en la evaluaci¨®n de talentos a lo largo de los a?os, su relaci¨®n ¨¦xitos-fracasos es absolutamente prodigiosa, siempre reinvent¨¢ndose sobre la marcha y ofreciendo un producto de enorme calidad que va a terminar por encima de las cien victorias por tercera vez en las ¨²ltimas once campa?as aparte de las nueve clasificaciones para playoffs en un per¨ªodo de doce a?os.
Ese nivel de consistencia lograda en Missouri est¨¢ al alcance de muy pocos y tiene un gran responsable llamado John Mozeliak, que ha contado con un soberbio grupo de ojeadores que le ha permitido evaluar a los talentos que surg¨ªan en el draft pero abrazando tambi¨¦n esos an¨¢lisis avanzados tan en boga desde la era Moneyball.
Y es que los Cardinals no s¨®lo no tienen una superestrella en sus filas como en la ¨¦poca de Albert Pujols sino que, a trav¨¦s del draft, traspasos y agencia libre, ha conformado un bloque que es capaz de sobreponerse a cualquier imprevisto que surja a lo largo de la campa?a como ha sucedido en 2015.
La baja de Adam Wainwright al comienzo de la temporada y que se presum¨ªa que iba a ser para todo el a?o, podr¨ªa haber hundido a cualquier club con menos fortaleza mental pero los Cardinals no son as¨ª. Y tambi¨¦n fueron capaces de superar la baja de un All-Star como Matt Holliday con una sucesi¨®n de j¨®venes talentos e incluso rookies como Randall Grichuk, Tommy Pham o Stephen Piscotty que han hecho una labor sensacional para potenciar un turno de bateo que, a pesar de ser el segundo peor ataque de todos los que van a estar en playoff o luchan por estar ah¨ª, son capaces de generar las carreras suficientes para ganar m¨¢s que nadie.
La clave de este equipo ha sido la prevenci¨®n de anotaciones por parte de los rivales y su efectividad colectiva (2.90), que ha estado en marcas hist¨®ricas durante todo el a?o aunque se ha mostrado algo m¨¢s vulnerable en los ¨²ltimos tiempos pese a seguir siendo la mejor de toda la MLB.
Los ¨²ltimos d¨ªas han sido todo un carrusel de sensaciones para los Cardinals con la lesi¨®n de Yadier Molina, que parece que estar¨¢ para los playoffs, la baja para todo el a?o de Carlos Mart¨ªnez que fue un enorme basti¨®n del club desde la rotaci¨®n y el enorme susto que nos hemos llevado con el choque en el outfield de Stephen Piscotty. Las Cardinals tienen que estar deseando que termine la temporada para ayer.
El empuje emocional que puede suponer para el equipo de Missouri el retorno de un coloso como Adam Wainwright no va a ser peque?o (puede que sea activado mientras escribo estas l¨ªneas) y el mejor equipo de la temporada regular est¨¢ deseoso por demostrar que su excelencia a lo largo de tantos meses va a tener su recompensa en apenas unas semanas.