Lo peor de la derrota de los Eagles fue la cara de Chip Kelly
El entrenador de Philadelphia parec¨ªa paralizado en la banda, incapaz de intentar alg¨²n ajuste o de poner algo de sensatez en el caos de su ataque.

Siempre he sentido envidia por la gente que es capaz de poner cara de p¨®quer. Impert¨¦rritos mientras les quitan la novia, les despiden del trabajo, les atropella un coche o se tiran en paraca¨ªdas. Y con una sonrisa en la boca como punto y final. Nunca he sido capaz de esconder mis sentimientos. Cuando algo me molesta me salen rayos por los ojos. Cuando tengo 31 en el mus, me pongo a dar botes en la silla.
El domingo descubr¨ª que Chip Kelly tiene el mismo problema que yo. Hasta ahora siempre me hab¨ªa parecido un tipo impert¨¦rrito que miraba el partido con un radar anal¨ªtico, mientras detr¨¢s de ¨¦l un asistente levantaba p¨®sters de Rocky o de Homer Simpson que escond¨ªan f¨®rmulas m¨¢gicas para humillar a sus rivales.
Sin embargo, el domingo contra los Cowboys la cara de Kelly era un poema. El paradigma de la resignaci¨®n. El alma del vac¨ªo absoluto. Yo no s¨¦ d¨®nde estaba la cabeza del entrenador principal de los Eagles, pero desde luego, no en el partido.

Con todo, Kelly ha nacido de pie y ha tenido una suerte infinita. En quiz¨¢ el peor partido ofensivo de ning¨²n equipo aspirante en muchos a?os, muy poca gente ha apuntado los focos hacia los Eagles. Los grandes titulares han sido acaparados por los Cowboys y la lesi¨®n de Romo. Que a todos los efectos parece que quienes perdieron el duelo divisional, y necesitan reinventarse, son los texanos. Es m¨¢s, visto con perspectiva, el resultado para Philadelphia es hasta bueno. Su gran rival divisional tiene dos victorias, pero a todas las estrellas en una enfermer¨ªa de larga duraci¨®n, los Redskins siguen sin parecer un rival serio a pesar de la victoria y no ser¨ªa raro que los de Kelly tuvieran que jugarse la divisi¨®n con el camarote de los hermanos Marx que son los Giants.
Con tanto an¨¢lisis sesudo, hemos olvidado que Chip Kelly simplemente no sab¨ªa que hacer. Se hab¨ªa convertido en un adorno en la banda. Menos ¨²til que el aguador. No ten¨ªa ni una soluci¨®n, ni un ajuste, ni una prueba que le pudiera llegar a la victoria. Y que nadie olvide que el partido no entr¨® en el ¨²ltimo cuarto cerrado. Los Cowboys ganaban 0-13 con Weeden a los mandos y pidiendo la hora. No hab¨ªa por qu¨¦ bajar los brazos.
El problema no existi¨® en la defensa, que al menos mantuvo la compostura pese al desconcierto. El aut¨¦ntico desastre se vivi¨® en el ataque, alfa y omega donde vive y muere la filosof¨ªa de Chip Kelly. Durante muchos momentos, los once jugadores que saltaban al campo parec¨ªan como pollos sin cabeza. Se miraban unos a otros, y miraban a la banda buscando respuestas, sin saber muy bien ni qu¨¦ jugada deb¨ªan hacer, ni cu¨¢l era el plan maestro, ni si hab¨ªa alguien en su staff preocup¨¢ndose de ellos. En un momento dado, DeMarco Murray pareci¨® encorajinado, indignado, dispuesto a cargarse el equipo a la espalda, a improvisar lo que fuera necesario a pesar de sus yardas negativas, para intentar poner algo de coherencia en un grupo desamparado y sin norte.
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Puede ser un accidente, un d¨ªa malo, una tarde de dolor de cabeza insoportable o en la que sucedi¨® algo horrible en la vida de Kelly que le llev¨® a estar en el campo en cuerpo presente, aunque con la mente en otra parte, pero lo que cualquier aficionado espera de su entrenador principal es el talento suficiente para saber ajustar, reorganizar, plantear una y otra vez un partido, para no bajar los brazos hasta el final.
Un partido malo lo tiene cualquiera, pero lo que vimos el domingo ante los Cowboys hace que nos preguntemos si Chip Kelly tiene de verdad el talento necesario para dirigir a un equipo de la NFL. ?Han desaparecido las tablas y el car¨¢cter para darle la vuelta a un partido que demostr¨® Kelly hace dos a?os en aqu¨¦l m¨ªtico Lions-Eagles bajo una tormenta de nieve? Esperemos que no, pero su cara en la banda es, con diferencia, lo m¨¢s preocupante de la derrota ante los Cowboys.
Y que su respuesta ante el desastre se quedara en un lac¨®nico ¡°sent¨ª verg¨¹enza¡±, es m¨¢s preocupante todav¨ªa. ?Verg¨¹enza de qui¨¦n? ?De sus jugadores? ?Del p¨²blico abuchenate? ?De s¨ª mismo? Este fin de semana demasiados entrenadores han escurrido el bulto a la hora de buscar culpables.
Chip, este monstruo lo has creado t¨². No te averg¨¹ences de ¨¦l y hazlo jugar.?