DRAFT NFL 2015
Subir en el draft a por un QB no suele ser buen negocio
Con notables excepciones, lo habitual es que los equipos que se la juegan por un pasador del que se enamoran en el proceso de selecci¨®n fracasen.
Como ocurre cada a?o, en cuanto se aproximan las fechas del draft aumenta el ruido de los rumores sobre los equipos que se enamoran de tal o cual QB y aseguran ser capaces de tirar la casa por la ventana para conseguirlo. El proceso es similar en cada ocasi¨®n: un equipo necesitado de un pasador pero que no elije entre los dos o tres primeros puestos, un entrenador jefe y un general manager que creen que es la pieza que les falta para aspirar a la Super Bowl, una plantilla que parece aceptable sobre el papel para pelear la temporada... y un equipo, avispado, que elije muy arriba en el draft y que se pasa meses dej¨¢ndose querer para vender su elecci¨®n. Con una posici¨®n de poder s¨®lo comparable a la de una mujer guapa en una discoteca, la franquicia vendedora acaba por sacar poco menos que los ojos a los necesitados que, sin medida, entregan pieza tras pieza para conseguir a su querido QB.
Ahora lo estamos viviendo con Marcus Mariota. Descontado que Tampa Bay Buccaneers, con la elecci¨®n n¨²mero uno del pr¨®ximo draft, elijan a Jameis Winston, los dem¨¢s equipos que quieren un QB se han lanzado a filtrar rumores sobre su inter¨¦s en Mariota. Para acceder a ¨¦l han de subir hasta el puesto n¨²mero dos, el de los Tennessee Titans... y estos ya deben estar preparando el hachazo que esperan pegar a alg¨²n incauto.
La historia ha demostrado, en la era moderna de la NFL, que ceder mucho para conseguir un QB en el draft suele ser una mala idea. Los motivos son varios. Primero, hay que tener en cuenta que todo equipo con tal necesidad lo m¨¢s normal es que tenga muchos m¨¢s huecos que cubrir en la plantilla; el draft de la NFL sirve para cubrir esos huecos y, por pura matem¨¢tica, cuantas menos elecciones del draft tienes menos los llenas. Segundo, la necesidad nubla la mente y el raciocinio, y propicia que se caiga en la exageraci¨®n de las virtudes del QB so?ado. Como en el amor, vaya. Y tercero, todo equipo que pone mucho sobre la mesa por un s¨®lo jugador ha de saber que la presi¨®n que le mete a ese pobre chaval va a ser descomunal: ¨¦l, y s¨®lo ¨¦l, ha de salvar a la franquicia. Demasiado para un simple jugador de f¨²tbol americano.
Tomando s¨®lo los ¨²ltimos quince a?os como muestra, en el draft de la NFL se han producido 14 intercambios en la primera ronda que ten¨ªan como objetivo un QB.?
En el a?o 2001 los Atlanta Falcons intercambiaron su primera ronda, m¨¢s una tercera, con los San Diego Chargers por pasar de elegir quintos a primeros. Su objetivo era Michael Vick. Y no es que no empezase bien su carrera en la NFL, pero lo cierto es que nunca respondi¨® a la expectaci¨®n que cre¨® e, incluso, dej¨® el equipo cuando tuvo que entrar en prisi¨®n tras participar en peleas de perros.
En el 2003 los Baltimore Ravens subieron hasta el puesto 19 para elegir a Kyle Boller. Para ello dieron a New England Patriots su segunda ronda de aquel a?o y la primera del 2004. Con Boller, los Ravens no llegaron al 50% de victorias y, para mayor dolor, aquella primera ronda de 2004 acab¨® siendo Vince Wilfork, que cuenta con dos anillos y es una leyenda de los Patriots.
En el 2004 los Buffalo Bills dieron una segunda, una quinta y la primera ronda del siguiente a?o por llegar al puesto 22 de los Dallas Cowboys y adquirir a J.P. Losman, uno de los tantos fracasos de la franquicia en el puesto.
En el 2005 los Washington Redskins se la jugaron por Jason Campbell, escogido en el puesto 25 al que accedieron d¨¢ndole a los Denver Broncos la tercera ronda de ese mismo a?o m¨¢s una primera y una quinta del 2006. Campbell se qued¨® muy lejos de ser el QB so?ado por los Redskins.
Precisamente los Denver Broncos, en ese 2006, usaron esa primera ronda, y una tercera, para cambiar puestos con los Saint Louis Rams y, con la elecci¨®n 11, quedarse con Jay Cutler. La tormentosa relaci¨®n de Cutler con los Broncos nunca ser¨¢ considerada un ¨¦xito.
En el 2007 fueron los Cleveland Browns los que dieron su segunda ronda, y una primera del siguiente a?o, a los Dallas Cowboys para quedarse con Brady Quinn en el puesto 22. De nuevo, fracaso total.
Ya en el 2009 los New York Jets dieron su primera y su segunda ronda para pasar del puesto 17 al 5 y quedarse con Mark S¨¢nchez, convertido en toda una imagen de los duelos y lloros de la franquicia en a?os recientes. Los Browns, receptores del cambio, hicieron encaje de bolillos y mandaron esa elecci¨®n 17 a Tampa Bay Buccaneers quienes escogieron a Josh Freeman que, cumpliendo con la m¨¢xima, nunca se convirti¨® en un QB franquicia.
A?o 2010. Josh McDaniels, entrenador de los Denver Broncos, genio ofensivo, se vuelve loco de amor en el proceso previo al draft y tira la casa por la ventana por Tim Tebow, la figura m¨¢s polarizante de la historia reciente del deporte americano. Una segunda, una tercera y una cuarta ronda ganaron a los Baltimore Ravens por ceder a Denver el derecho de elegir en el puesto 25. Para siempre quedar¨¢ en la mente de los aficionados la imagen, nunca confirmada, de un Jay Cutler viendo el movimiento desde su casa y jurando que nunca jugar¨ªa para ese McDaniels. Tim Tebow, como es sabido, hace tiempo que est¨¢ fuera de la NFL.
En el 2011 fueron los Jacksonville Jaguars los que se pusieron nerviosos y subieron del 16 al 10, pagando una segunda ronda a los Redskins, para hacer de?Blaine Gabbert su esperanza de futuro. S¨®lo un par de a?os despu¨¦s ya se hab¨ªan arrepentido.