El Metropolitano ya es Calder¨®n
El campo del Atl¨¦tico replic¨® el ambiente de las grandes noches en el viejo estadio ante el Real Madrid.
¡°?No lo has notado?¡±. Esa era la pregunta m¨¢s repetida entre los aficionados del Atleti cuando el domingo, tras el derbi, iban saliendo del Metropolitano. Al Metro, a una ¨²ltima en los bares aleda?os, que suena Rosendo en el Brindis. El himno. Que se le ha ganado al Madrid bajo un aire que todos hab¨ªan respirado distinto, sentido. C¨®mo hab¨ªa empujado, rugido, c¨®mo de verdad en el viejo Calder¨®n. Que s¨ª, que hubo otras noches antes que hab¨ªa sonado de la misma manera pero no igual.
Aquel 2-0 ante el Dortmund de la fase de grupos de la 2017-18, como quien dice el primero, tras la derrota de Alemania 4-0. La noche de los goles de God¨ªn y Gim¨¦nez a la Juventus de Cristiano en octavos de la Champions 2018-19 al grito de u-ru-gua-yo, u-ru-gua-yo. El d¨ªa que Torres dijo adi¨®s en la ¨²ltima jornada de la 2017-18 bajo aquel tifo: ¡°De ni?o a leyenda¡±. La vuelta de los cuartos de final ante el City de Guardiola en la 2022-23. Casi igual pero no un calco. Una foto de aquellos d¨ªas a la orilla del Manzanares donde los goles se o¨ªan como en ning¨²n otro estadio en el mundo.
¡°?No lo has notado?¡±. Y s¨ª. Todos asent¨ªan. Que esa noche de domingo ante el Real Madrid se hab¨ªa parecido a aquella ¨²ltima ic¨®nica de Europa en el Calder¨®n ante el mismo rival. El partido de la lluvia de las semifinales de la Champions 2016-17 que Gabi siempre cuenta que le viene primero a la cabeza cuando le preguntan cu¨¢l nunca olvidar¨¢ de aquel campo. Esa eliminatoria que los rojiblancos tra¨ªan con un 3-0 del Bernab¨¦u y que en diecis¨¦is minutos acariciaron remontar, con los goles de Sa¨²l y Griezmann, hasta el de Isco que nadie recuerda que Isco meti¨® y nadie olvidar¨¢ que lo precedi¨® aquella jugada en el c¨®rner de Benzema. Justo a ese partido. Cuando el Calder¨®n demostr¨® que se juega tambi¨¦n con la voz. Y se abraza, se abraza muy alto.
Ac¨²stica, bramido
La ac¨²stica, los c¨¢nticos, el bramido, el mismo Thunderstruck en las alineaciones. Todo son¨® distinto. M¨¢s prominente y acompasado. M¨¢s. Hab¨ªa m¨¢s gargantas que antes del verano, cierto, con el aforo ampliado en 1.846 butacas para superar las 70.000 (70.460). Por primera vez en el estadio rojiblanco se concentraron 69.082 espectadores. M¨¢s gargantas pero tambi¨¦n algo que nunca antes se hab¨ªa vivido en el Metropolitano: la uni¨®n total y absoluta. El refer¨¦ndum del verano por el regreso del escudo anterior ha acabado con la fractura en la grada de la ¨²ltima temporada. Aquellos pitos de unos, el cantar desacompasado, los nervios trasladados al equipo. Todos iban a una, como en el viejo Manzanares del que ya nada queda, all¨ª ya solo hay pisos. Pero su esp¨ªritu sigue. El Metropolitano ya convertido en lo que aquel una vez fue.