E. LEAGUE (FINAL) I EINTRACHT - RANGERS
Sevilla, el estadio de Europa
Rangers y Eintracht juegan la final de la Europa League en un inspirador S¨¢nchez-Pizju¨¢n, pero tendr¨¢n muchos m¨¢s miles de aficionados viendo el partido en las calles de la ciudad.
Seis parag¨¹eros, seis, presiden ese antepalco del Ram¨®n S¨¢nchez-Pizju¨¢n donde directivos de ambos cubes y VIPs de la UEFA montar¨¢n la cuchipanda previa, durante y posterior a la final. En ning¨²n sitio aman tanto este t¨ªtulo como en el coraz¨®n de Nervi¨®n. Qu¨¦ mejor lugar, pues, para rescatar la grandeza de dos cl¨¢sicos del f¨²tbol europeo, 150 a?os de historia el Rangers, 123 el Eintracht de Frankfurt (sigue el partido en directo en AS.com). Apenas un (doble) precedente oficial entre ambos equipos, tan lejano como repleto de cach¨¦: en 1960 los alemanes le ganaron a los escoceses una de las semifinales de aquella Copa de Europa que luego perder¨ªan ante el Real Madrid de Di St¨¦fano con un marcador de estr¨¦pito, en uno de los mejores partidos de f¨²tbol de todos los tiempos: 3-7, precisamente en Glasgow.
Club de los protestantes y unionistas brit¨¢nicos, incapaz de aceptar a un solo futbolista abiertamente cat¨®lico hasta 1989, se dir¨ªa que el Rangers pis¨® territorio comanche al aterrizar en mariana ciudad de Sevilla: con permiso de Roma y de Dubl¨ªn, el lugar m¨¢s papista del Mundo. Pero no: el Guadalquivir lucir¨¢ azul claro, pues entre 80 y 100.000 Teddy Bears (Ositos de Peluche) se pasean por sus calles junto a los 40 o 50.000 que se esperan desde Frankfurt. La mayor¨ªa de ellos vivir¨¢ la final fuera del estadio, bajo el intenso calor de este Mayo sevillano. En Nervi¨®n s¨®lo caben unos 40.000.
El Rangers, que gan¨® la Recopa en 1972, ha regresado del infierno en el que cay¨® hace justo una d¨¦cada, cuando las deudas le descendieron a 4? divisi¨®n escocesa. Cuatro a?os antes, en 2008, el equipo Light Blue hab¨ªa sucumbido en otra final de la Europa League, ante el Zenit ruso. Si lo gana hoy, el t¨ªtulo pertenecer¨ªa a m¨¢s de un entrenador. El neerland¨¦s Giovanni van Bronckhorst, aquel animoso lateral del Barcelona, tom¨® las riendas de la plantilla en noviembre, cuando Steven Gerrard se march¨® al Aston Villa. En la liga domestica Van Bronckhorst no ha podido con la hegemon¨ªa del vecino Celtic, pero en el continente salt¨® de sorpresa en sorpresa al eliminar a conjuntos del potencial del Borussia Dortmund o el Leipzig.
Dos clubes alemanes, toques de atenci¨®n para el tambi¨¦n inopinado und¨¦cimo clasificado de la Bundesliga al que se enfrenta esta noche. El Eintracht de Frankfurt s¨ª que tiene el t¨ªtulo de UEFA en sus vitrinas, lo consigui¨® en 1980 al imponerse al Borussia M?nchengladbach. En su camino hacia esta final ha devorado a dos equipos espa?oles, el Betis y el Barcelona, sonada la conquista del Camp Nou porque no s¨®lo fue futbol¨ªstica, tambi¨¦n social. El austr¨ªaco Oliver Glasner, otro de esos j¨®venes entrenadores de la factoria Red Bull, gobierna un elenco muy f¨ªsico a cuyas estrellas (Kostic, Kamada, Ndicka...) no dejan de salirles novias.