El m¨²sculo del Valencia
La afici¨®n valencianista volvi¨® a demostrar su grandeza en la final de Copa del Rey, con un comportamiento pasional y ejemplar. "Gracias", palabra del capit¨¢n Gay¨¤
El domingo en Sevilla sali¨® soleado. Era un d¨ªa reluciente para los aficionados del Betis, que paseaban por su ciudad ataviados con sus bufandas, camisetas y banderas. Pero no eran los ¨²nicos que luc¨ªan con orgullo sus colores, aunque s¨ª fueran los ¨²nicos que tuvieran un t¨ªtulo que celebrar. Muchos de los miles de valencianistas que viajaron ala final aprovecharon la festividad del lunes en Valencia para prolongar su estancia en Sevilla, ciudad que nunca falla.
Clasificaci¨®n | PTS | PG | PE | PP |
---|
Pr¨®ximos partidos |
---|
As¨ª, por Triana, la Maestranza, la Giralda o el Alc¨¢zar se continuaban viendo camisetas blancas, naranjas, con los colores la Senyera, las nuevas segundas granates, las azules de hace algunos o las negras que se llevaron. Los valencianistas se llaman blanquinegros pero son multicolor. As¨ª es la afici¨®n che, un ser que tiene mil caras, tantas como opiniones y visiones, pero todas con un solo escudo.
El sentimiento de pertenencia de la afici¨®n del Valencia qued¨® una vez m¨¢s demostrado en esta final de Sevilla. En las victorias y en las derrotas. El "Amunt" que se escuchaba por las calles pas¨® de grito de guerra el s¨¢bado a consoldaci¨®n dominical. C¨®mo cambia el significado de una misma palabra dependiendo el estado an¨ªmico con el que se diga. Pero lo que transmite en las buenas y en las malas es sentimiento, pasi¨®n.
La gente del Valencia vive las finales como una experiencia de vida, como si fuera la primera y a saber cu¨¢ndo ser¨¢ la pr¨®xima. Esta vez solo hab¨ªan pasado tres a?os desde la anterior, tambi¨¦n en Sevilla. La Copa del Centenario fue tan especial que ello invit¨® a muchos a viajar este fin de semana a la capital hispalense a¨²n sin entrada. Y muchos lo hicieron en familia. Infinidad de menores presenciaron en La Cartuja su primera final, una cita que ya jam¨¢s la olvidar¨¢n. La recordar¨¢n con tristeza por la derrota, aunque con alegr¨ªa y momentos inolvidables por lo que vivieron antes y durante el encuentro.
Seguramente habr¨ªa muchos padres que 27 a?os antes, siendo jovenzuelos, estuvieron en el Santiago Bernab¨¦u en la final de Copa del Rey de 1995, la de la lluvia. Esa final marc¨® por la derrota y tambi¨¦n por la forma a una generaci¨®n, una final que tuvo que ser suspendida por la lluvia cuando mejor estaba el Valencia sobre el campo y que se reanud¨® tres d¨ªas despu¨¦s para jugar los ¨²ltimos 12 minutos, resolvi¨¦ndose a favor del Deportivo al poco de empezar.
Pero muchos de ellos repitieron experiencia cuatro a?os despu¨¦s en La Cartuja. Enfrente esta vez el Atl¨¦tico de Madrid. Precisamente de esa final de La Cartuja se hab¨ªa hablado y pensado mucho durante las semanas previas a la final contra el Betis. El Valencia de hecho dedic¨® su espectacular tifo a esa final de la Cartuja de 1999 (ah¨ª el dise?o de Lawerta gole¨® sin pr¨®rroga ni penaltis). Sin embargo, cuando empez¨® a diluviar en Sevilla la tarde del s¨¢bado, el recuerdo de la final de la lluvia de 1995 oscil¨® con su mal fario.
En 1995, el Valencia hac¨ªa 14 a?os que no pisaba una final, con el a?adido de su ¨²nico descenso y posterior ascenso entre medias. No se recuerda un desplazamiento tan numeroso en ninguna de las 18 finales coperas anteriores y posteriores que ha disputado el Valencia como para aquella de Madrid. Al menos por la cantidad de valencianos que hab¨ªa en las gradas del Santiago Bernab¨¦u. Pero si en Sevilla se supiera cu¨¢nta gente de Valencia estuvo el fin de semana del 23 de abril en la ciudad, el dato seguramente duplicar¨ªa las 20.000 entradas de las que dispuso el club.
"Qu¨¦ bonito ha sido esta final tambi¨¦n por ustedes", le dec¨ªa durante el desayuno en la terraza de un bar un aficionado b¨¦tico a una familia de valencianistas. Ni un incidente de menci¨®n entre aficiones ni un mal gesto en ning¨²n lugar entre locales y visitantes. Aunque el valencianismo se siente en Sevilla como en casa, en n¨²mero estaban en inferioridad durante la jornada del s¨¢bado. No solo en las calles, aunque hab¨ªa lugares en los que no lo parec¨ªa, sino tambi¨¦n o m¨¢s en el campo. Solo hab¨ªa que ver el color que predominaba en la zona central del estadio para darse cuenta hacia qu¨¦ bando fueron pr¨¢cticamente todas las entradas del cupo de la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol
La resaca por los penaltis se prolongar¨¢ m¨¢s en el tiempo de puertas hacia dentro del club que entre los aficionados. La decepci¨®n es com¨²n, pero la derrota tiene unas consecuencias econ¨®micas por quedarse por tercera vez fuera de Europa. A medio plazo los aficionados tambi¨¦n sufrir¨¢n las consecuencias de ese varapalo, aunque lo que de verdad preocupa y ocupa a una mayor¨ªa de aficionados blanquinegros es saber si Lim se va. Y a tenor por lo dicho por su hijo, que acudi¨® junto a Layhoon Chan para presenciar en directo la final, no se va.
El Valencia es un club que hoy en d¨ªa es m¨¢s por lo que fue, aunque est¨¢ lejos de ser el que fue. Pero la grandeza de su afici¨®n se mantiene. El coraz¨®n del valencianismo late con fuerza, en los rostros de los centenares, incluso miles, de ni?os y ni?as que estuvieron en La Cartuja. El m¨²sculo del Valencia est¨¢ en su gente. De ah¨ª que Gay¨¤ les diera a ellos las "gracias" en redes sociales por el apoyo incondicional recibido, porque sorprend¨ªa en La Cartuja que se les escuchara tanto siendo bastante menos que los aficionados verdiblancos. La fotograf¨ªa que ilustra este art¨ªculo, del compa?ero David Gonz¨¢lez, es historia de la final. Ic¨®nica. No hay resumen mejor a lo que pas¨®. Tristeza, respeto y pasi¨®n en una sola imagen.
El Valencia perdi¨® una final, ni fue la primera ni seguramente ser¨¢ la ¨²ltima. Pero el valencianismo se gan¨® el respeto del f¨²tbol espa?ol, porque a¨²n en minor¨ªa estuvo a la altura de una afici¨®n que jugaba en casa y que hac¨ªa 17 a?os que no pisaba una final. Pero sobre todo el valencianismo se reconcili¨® con s¨ª mismo. Era, es y ser¨¢ el m¨²sculo del Valencia.