Las l¨¢grimas del Valencia por un proyecto incierto
El equipo de Bordal¨¢s regresa de Sevilla cabizbajo y consciente de la traves¨ªa siberiana que le espera por quedarse otro a?o m¨¢s fuera de Europa.


El penalti fallado por Yunus Musah, en otra fat¨ªdica tanda del valencianismo, agot¨® la magia que ten¨ªa Sevilla para el Valencia, donde conquist¨® dos Copas y una Liga, y con la racha de tres finales consecutivas en las que el equipo hab¨ªa levantado el trofeo (1999, 2008 y 2019). Ese penalti, como en la final de la Champions de Mil¨¢n, apearon al Valencia del t¨ªtulo y de Europa.
El oasis que estaba siendo la Copa para el Valencia se sec¨®. El torneo le ha estado sirviendo de v¨¢lvula de escape y a la vez de dique de contenci¨®n. La Copa, ese lema de equipo ¡®bronco y copero¡¯, le estaba permitiendo al club potenciar una identidad perdida a ra¨ªz de otra final en Sevilla, la del Centenario. Pero a 24 de abril ya no hay d¨®nde beber ni ramas donde taparse. El equipo va d¨¦cimo y est¨¢ a 10 puntos de Europa en Liga. Largas se le van a hacer las semanas.
La Copa de 2019 estaba llamada a ser el principio de algo muy bueno, como lo fuera la de 1999, aunque aquella acabara siendo el final antinatura de un proyecto ganador. Y de aquellos barros estos lodos. Esta Copa de 2022 era una oportunidad para al menos cambiar el paso del proyecto, un punto y aparte dentro del relato triste del Valencia de Peter Lim. Pero la Copa la levant¨® Joaqu¨ªn y cada l¨¢grima de Gay¨¤ moja los naipes del castillo de la planificaci¨®n.

El Valencia no estar¨¢ en Europa por tercer a?o consecutivo, algo que no suced¨ªa desde finales de la d¨¦cada de 1980. El club ha agotado as¨ª su reputaci¨®n competitiva en el viejo continente, mientras que las consecuencias econ¨®micas y deportivas aventuran ruta siberiana. Sin Europa no hay escaparate y menos ingresos. Todo ello con un presupuesto en el que se contemplaba la venta de futbolistas por 37 millones a¨²n asumiendo unas p¨¦rdidas de 31 millones.
El club tiene que seguir reduciendo su coste de plantilla (de 119 a 80, seg¨²n estimaci¨®n del club). Aun as¨ª, seguir¨¢ superando su margen de Fair Play. Ello limitar¨¢ su capacidad de inversi¨®n en refuerzos y en salarios. En ese panorama, por ejemplo, cuesta pensar que el Valencia vaya a poder afrontar las renovaciones de Carlos Soler y Jos¨¦ Luis Gay¨¤ en los t¨¦rminos econ¨®micos en los que se habla en la negociaci¨®n.

De aqu¨ª hasta final de temporada, se recuperar¨¢n temas de debate como a qui¨¦n traspasar o por qui¨¦n intentar quedarse. Guedes, Cillessen, Diakhaby, Maxi¡ Tambi¨¦n el club tiene que decidir qu¨¦ hacer con Hugo Duro (4 millones tienen la culpa) y, sobre todo, con Omar Alderete. El Valencia, sin Europa, ya no tiene la obligaci¨®n de ejecutar la opci¨®n de compra y 7,5 millones no es cuant¨ªa precisamente asequible. Pero en el caso del paraguayo, ahora, hay lugar a la negociaci¨®n. Sin Europa, tambi¨¦n se queda sin argumentos ni posibilidades monetarias el plantearse u optar a prolongar la cesi¨®n de Bryan Gil o Ilaix. Todo ello en un equipo en el que H¨¦lder est¨¢ cedido y Cheryshev acaba contrato.
La Copa tambi¨¦n suaviz¨® las tensiones entre Bordal¨¢s y los gestores del club por la planificaci¨®n en la confecci¨®n de la plantilla. El alicantino se ha cansado de repetir, hasta llegar a convertirlo tambi¨¦n en una excusa, que la plantilla que tiene no le da para m¨¢s. Ello le ha generado tirantez entre los jugadores, que se han sentido se?alados muchas veces, y da lugar a la incertidumbre respecto al futuro, porque nada hace pensar que la del a?o que viene vaya a ser mejor ni tampoco que vayan a incorporarle todo lo que ¨¦l pida. La c¨²pula tiene presente que su reclamado Marcos Andr¨¦ no jug¨® ni un minuto en la final ni con Maxi sancionado.
El hijo de Peter Lim, Kiat Lim, estuvo presente en Sevilla y ver¨ªa con sus propios ojos el m¨²sculo social que tiene el club que compr¨® su padre. El valencianismo ha mantenido a¨²n clasific¨¢ndose para la final de Copa su petici¨®n de que Lim se vaya de Mestalla, aunque ninguna declaraci¨®n ni gesto hace pensar que lo tengan en mente a corto plazo. Menos mientras el entuerto del nuevo estadio no se solucione. Hay quienes dicen entre pasillos de oficinas que la presencia en La Cartuja de Kiat es el primer paso para la herencia en vida. De hecho, ¨¦l mismo dijo: ¡°Representar¨¦ m¨¢s a mi padre en Valencia¡±. Pero Lo que requiere el proyecto del Valencia no son gestos simb¨®licos sino un cambio de rumbo en la gesti¨®n social y deportiva. De hecho era necesario hasta ganando la Copa. Lo m¨¢s.