El metaverso del Espanyol de Chen
Sufre ahora mismo el club blanquiazul un desencuentro transversal con su masa social: por resultados, pero sobre todo por juego, plantilla, objetivos, rumbo y por su propia raz¨®n de ser.
El d¨ªa en que padec¨ªa el Espanyol una de las goleadas m¨¢s dolorosas (y abultadas) de la era Cornell¨¤, el viernes ante el Betis (1-4), se cumpl¨ªan seis a?os exactos desde que tom¨® posesi¨®n de la presidencia del club, y de la propiedad, Chen Yansheng. De la afirmaci¨®n de que ser¨ªa su inversi¨®n, pero tambi¨¦n su pasi¨®n. Y del vaticinio de jugar en la Champions "en menos de tres a?os". Transcurridos seis, el doble, con una participaci¨®n en la Europa League, un descenso y un ascenso de por medio pero sin rastro de la Liga de Campeones, la radiograf¨ªa del momento depara un desencuentro transversal entre la entidad y la masa social, al fin y al cabo su raz¨®n de ser (deber¨ªa). Incluso entre la entidad y su propia idiosincrasia.
Clasificaci¨®n | PTS | PG | PE | PP |
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Pr¨®ximos partidos |
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Se palpa en el ambiente, no solo ya en unas redes sociales a veces tan iracundas sino en las pe?as y en la grada del RCDE Stadium, un divorcio latente entre el camino del club y las ambiciones de una afici¨®n agotada. Ese "de d¨®nde venimos" pronunciado la pasada semana por el consejero delegado, Jos¨¦ Mar¨ªa Dur¨¢n, no solo sit¨²a al Espanyol en un escenario realista, el de un equipo que vive por ahora en una zona tranquila de la tabla trat¨¢ndose de un reci¨¦n ascendido (con 86 temporadas de historia en Primera, eso s¨ª), sino que tambi¨¦n deber¨ªa comprender el hast¨ªo de una hinchada incondicional durante la tormenta perfecta del paso por Segunda y la pandemia, pero que ya no se conforma con m¨¢s de lo mismo. Con a?os de transici¨®n que parecen el d¨ªa de la marmota.
El "objetivo" referido a la mera permanencia, la ¡°consolidaci¨®n en Primera¡± del quinto club con m¨¢s partidos en la categor¨ªa, incluso ¨Cpor qu¨¦ no decirlo¨C la oportunidad perdida de codearse (e incluso superar, por momentos) con el eterno rival, el Barcelona, en su mayor trance de penurias, queman entre la masa social. Y hasta chocan con el "mirar hacia arriba" (eufemismo de luchar por Europa) que a menudo pronuncian Vicente Moreno y los jugadores. Pero detr¨¢s de esa circunstancia, pues con 27 puntos no se encuentra el equipo en una situaci¨®n cr¨ªtica, ni mucho menos ¨Cde hecho, quedan trenes para subirse a¨²n a la pugna por "arriba"¨C, se sit¨²a el propio rumbo del club. La incertidumbre de si realmente apuesta por ir subiendo pelda?os o si ya le est¨¢ bien esta zona de nadie, con algo de ruido de vez en cuando pero con objetivos de m¨ªnimos cumplidos, lo suficiente para rendir cuentas con Chen al final del ejercicio, y a otra cosa.
Y si se duda del rumbo del club en la mayor¨ªa de los casos no es por lo que sucede en los despachos, sino en el c¨¦sped. Esa es otra cuesti¨®n. A qu¨¦ juega el Espanyol. Y no solo por su sistema. El camale¨®nico estilo de Vicente Moreno, otrora una trampa para rivales, se va convirtiendo poco a poco en indefinici¨®n, en giros de tim¨®n?inesperados pero no por ello imprevisibles para adversarios que est¨¢n convirtiendo las mayores virtudes del Espanyol ¨Ccomo el bal¨®n parado¨C en algunas de sus principales grietas. Y un secretismo que crece conforme menguan los resultados, lo que proyecta una imagen ¨Cequivocadamente o no¨C de cierta debilidad.
Los mismos jugadores son capaces de lo mejor y de lo peor. Y a la que un partido se tuerce, como en este inicio de 2022 sin victorias, van brotando vicios del a?o del descenso, reconocidos por los propios futbolistas: si el contexto del juego se vuelve desfavorable, se ofuscan y no sale nada. Tampoco suelen funcionar los planes B.
Que los recambios no surtan efecto, salvo excepciones, y las titularidades se repartan entre 14 ¨® 15 aspirantes abre otro mel¨®n, que es el de la configuraci¨®n de la plantilla, que siendo justos ha dado para subir con solvencia y para esa consolidaci¨®n en Primera. Aproximadamente la mitad de los fichajes del verano s¨ª est¨¢n siendo habituales, cuando no fijos, en el esquema de la temporada. Otros se adquirieron por una opci¨®n de compra obligatoria heredado del ascenso y permanecen in¨¦ditos. Y algunos ni llegaron. Un misterio no resuelto fue el '6', que se apunt¨® a prioridad, necesidad, urgencia del mercado de verano pero nunca se incorpor¨®. Lo mismo que sucede este enero con un extremo, seguramente la demarcaci¨®n m¨¢s inhabitada, y que sin embargo ha sido desatendida en favor de un (otro) centrocampista, a priori en clave de futuro.
Pero ninguna de estas cuestiones tiene respuesta sin regresar al origen de todo. Al propietario desde hace seis a?os de m¨¢s del 99 por ciento de las acciones del Espanyol. Qu¨¦ pretende Chen Yansheng. Ha saneado al club, a fuerza de invertir alrededor de 200 millones de euros, ciertamente ha seguido inyectando capital, salvando la econom¨ªa, en momentos cr¨ªticos como el descenso. Ahora percibir¨¢ los multimillonarios pr¨¦stamos de CVC. Y, a su vez, asumir¨¢ su segundo ejercicio de p¨¦rdidas, y eso que presupuesta beneficios por traspasos de 20 millones. Y con eso la ficha volver¨¢ a la casilla de salida: la planificaci¨®n, los fichajes, el estilo de juego, los objetivos¡
Chen est¨¢, pero no est¨¢. Y viceversa. Por si los 10.000 kil¨®metros que separan Barcelona de Guangdong no fueran suficientes, la pandemia le ha mantenido dos a?os, desde su ¨²ltima visita en febrero de 2020, en una especie de metaverso, m¨¢s feliz pero alejado de la realidad, quiz¨¢ la met¨¢fora de esa distancia que siente la masa social entre lo que hab¨ªa representado su Espanyol y lo que se le ofrece hoy. Seguramente esa sea la causa por la que, sin necesidad de una nueva hecatombe de resultados como la de hace dos temporadas, simplemente con una mala racha totalmente reversible, aflora ese sentimiento de desarraigo que desde fuera puede antojarse exagerado. De creerse extra?os en (lo que un d¨ªa fue) su propio hogar. Seis a?os despu¨¦s.