El derbi de las verg¨¹enzas
El Betis-Sevilla de Copa qued¨® suspendido en el minuto 39 tras el lanzamiento de una barra que golpe¨® en la cabeza de Jord¨¢n. Tablas 1-1 antes del caos.
El derbi sevillano que amenazaba con ser una fiesta del f¨²tbol termin¨® siendo una verg¨¹enza. Betis y Sevilla dirimieron un duelo de intensidad y coraje hasta que un aficionado lanz¨® desde la grada de Gol Sur un palo que golpe¨® en la cabeza de Joan Jord¨¢n. Ah¨ª qued¨® el amago de fiesta futbol¨ªstica convertida en bochorno absoluto. De Burgos Bengoetxea decidi¨® detener el partido mientras el centrocampista del Sevilla era atendido por los servicios m¨¦dicos. Otro cap¨ªtulo m¨¢s de atentado contra el espect¨¢culo en un derbi sevillano.
El suceso lleg¨® antes del descanso y justamente despu¨¦s de que Nabil Fekir pusiera el 1-1 en el marcador con un gol de c¨®rner directo ante esa misma grada de Gol Sur. Los protocolos de activaron. El ¨¢rbitro mand¨® a los futbolistas al vestuario y el propio Villamar¨ªn reaccion¨® recriminando el comportamiento de parte de la afici¨®n por lo sucedido. Hubo un comp¨¢s de espera que presagi¨® lo que termin¨® siendo oficial minutos m¨¢s tarde. La Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol anunci¨® que el choque de los octavos de final de Copa quedaba suspendido con un claro mensaje: "La RFEF condena todo tipo de violencia en los terrenos de juego". Los jugadores del Betis saltaron de nuevo al c¨¦sped para despedirse de sus aficionados al tiempo que se multiplicaban las dudas sobre qu¨¦ ocurr¨ªa con la eliminatoria. La pel¨ªcula termin¨® con la peor imagen posible cuando sobre el c¨¦sped todo estaba destinado a un nuevo espect¨¢culo de rivalidad deportiva en Sevilla. La batalla de discusiones tuvo continuidad en la grada debido a la condena de la mayor¨ªa de los aficionados a ese comportamiento violento que, de nuevo, rompi¨® toda invitaci¨®n al espect¨¢culo. Una nueva noche para el olvido.
Betis y Sevilla esperaron. El f¨²tbol ya se hab¨ªa roto. La violencia volvi¨® a marcar un partido de f¨²tbol cuyo destino era ya lo de menos. Lo hab¨ªa condicionado un aficionado que lanz¨® un palo al c¨¦sped para tratar de imponer su ley. Una agresi¨®n lamentable que entregar¨¢ un segundo cap¨ªtulo a una eliminatoria que no deb¨ªa tenerlo. El choque hab¨ªa comenzado bajo el imprevisible condicionante del COVID y termin¨® con la violencia como invitada indeseable. De poco sirvieron el preciso disparo de Papu G¨®mez o la genialidad de Nabil Fekir. Lo ocurrido minutos antes sobre el campo, con tablas en el marcador, queda bajo el olvido desde ese minuto 39.
Tras ello comenz¨® tambi¨¦n de forma paralela una carrera para la localizaci¨®n por parte de la polic¨ªa del responsable del lanzamiento del objetivo. Tambi¨¦n entraron en escena un pu?ado de conversaciones entre la Federaci¨®n Espa?ola y LaLiga para tratar de buscar una fecha para el choque. Todo ello mientras Joan Jord¨¢n era trasladado al hospital para que se revisara su estado f¨ªsico.Tanto Betis como Sevilla quisieron mantener la cautela tras la suspensi¨®n del duelo. Los comunicados se retrasaron y alg¨²n jugador trat¨® de lanzar alg¨²n mensaje sobre lo ocurrido, como los b¨¦ticos V¨ªctor Camarasa o Juan Miranda, que insistieron en condenar ese acto violento y advertir que el Sevilla nunca quiso seguir jugando este duelo. Un derbi de verg¨¹enzas que desnuda de nuevo el lado oscuro del f¨²tbol y que deja en el aire lo que deb¨ªa haber sido una fiesta.