El primer rico de Par¨ªs
El Racing Club de Francia fue el primer equipo de Par¨ªs, adem¨¢s de ser el primer rico en los a?os 80. Actualmente est¨¢ en la quinta divisi¨®n del f¨²tbol franc¨¦s.


En los Altos del Sena, en el distrito de Nanterre, existe un barrio que se llama Colombes, una de las zonas m¨¢s populares de la Isla de Francia en la que lo m¨¢s com¨²n cada ma?ana es levantarse y encontrar un silencio sepulcral por sus calles deshabitadas. Pocos comercios y afluencia, autobuses cuya frecuencia oscila entre los 20 y los 30 minutos y, sobre todo, soledad. Si alguien busca tranquilidad y soledad en Par¨ªs, Colombes es el sitio ideal. Es una zona inh¨®spita, antigua, pero que tiene un templo de un valor incalculable para el f¨²tbol franc¨¦s, el estadio Yves-Du-Manoir. Un garaje medio abandonado enfrente del recinto balomped¨ªstico es de los pocos vestigios que quedan de ¨¦pocas pasadas y que contrasta con el ostracismo actual que vive el f¨²tbol en los suburbios de Par¨ªs.
Si hablamos de Colombes hay que referirse, sin lugar a dudas, al f¨²tbol y no a sus estrechas calles. Par¨ªs es una de las pocas capitales de Europa con poco apego al f¨²tbol. Si uno va a Par¨ªs, lo hace para ir a ver la Torre-Eiffel, pasear por los Campo El¨ªseos o visitar los longevos museos del Louvre o de Orsay. El f¨²tbol es un deporte m¨¢s. No hay tradici¨®n futbol¨ªstica, no existe el inter¨¦s por el balompie y solo la llegada del PSG a trav¨¦s de Catar ha revitalizado una ciudad por este deporte. En 2024, Par¨ªs albergar¨¢ los Juegos Ol¨ªmpicos por tercera vez en su historia, coincidiendo con el centenario de los segundos, en 1924, habiendo celebrado una final que se disput¨® en el Yves-Du-Manoir de Colombes consiguiendo Uruguay el primero de sus dos Oros Ol¨ªmpicos (1924 y 1928).
El f¨²tbol fue en su d¨ªa el rey en Par¨ªs. O al menos en Colombes. En el a?o 1880, un grupo de estudiantes franceses amantes del atletismo decidieron crear en el Bosque de Boulogne (Bois de Boulogne como se le conoce en Par¨ªs) un club de carreras pedestres para potenciar el deporte. Su nombre, originario del ingl¨¦s, se acab¨® patentando como "Racing Club", es decir, "club de carreras". Una terminolog¨ªa simple, pero que fue pionera para un gran n¨²mero de equipos europeos, tales como el Racing de Santander, el Racing de Avellaneda (equipo con el que est¨¢n hermanados y que lleva los mismos colores que el Racing Club de Francia) o el Genk belga. El Racing de Avellaneda, de hecho, fue bautizado por un argentino de ascendencia francesa, Germ¨¢n Vidaillac, que, en sus interminables viajes a Par¨ªs, qued¨® encandilado con aquel grupo de carreras que fue una revoluci¨®n en todo el mundo.
Aunque el Racing Club de France no empez¨® a desarollarse profesionalmente hasta 1932, Par¨ªs y, concretamente Colombes, trajeron de la mano innovaciones que se siguen desarrollando hoy en d¨ªa. Por ejemplo, en los Juegos Ol¨ªmpicos de 1924, los segundos en la capital francesa hasta que se celebren en Par¨ªs los de 2024, el Racing decidi¨® crear lo que actualmente se conoce como la Viilla Ol¨ªmpica: una serie de residencias para facilitar el alojamiento a los miles de atletas que cada cuatro a?os se ten¨ªan que buscar la vida en las ciudades que albergaban los Juegos. La zona de Colombes, adem¨¢s, potenci¨® el poder de la mujer en Europa. En las afueras del Yves-Du-Manoir se puede ver una fotograf¨ªa en grande del desfile de todas las mujeres atletas que compitieron en los Juegos de 1924, batiendo un r¨¦cord hasta ese a?o y consiguiendo, aunque de forma t¨ªmida, que la mujer entrara poco a poco dentro del mundo del deporte.
El Yves-Du-Manoir se est¨¢ reformando actualmente para albergar los partidos de hockey de los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos (para colmo, el Ayuntamiento no deja hacer fotos al estadio en la parte de las refromas, adem¨¢s de impedir que el Racing pueda obtener mas ingresos instalando un bar port¨¢til en la grada). En este estadio, en el que se han formado muchos internacionales con Francia (el m¨¢s conocido en la actualidad es N'Zonzi, campe¨®n del mundo en 2018 y que visit¨® hace un a?o a su exequipo con la copa del mundo, adem¨¢s de tener a Ludovic Blas, estrella del Nantes), tambi¨¦n ha albergado dos finales, la mencionada dentro del art¨ªculo de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1924 que gan¨® Uruguay o la del Mundial de 1938 que acab¨® ganando Italia ante Hungr¨ªa. Del fervor que cada semana se viv¨ªa en Colombes durante tantos a?os del siglo pasado se ha pasado a una tranquilidad exasperante. Colombes ya no es un barrio de f¨²tbol y la masa social del equipo se ha reducido bastante. El Yves-Du-Manoir tambi¨¦n fue testigo de la ¨²nica vez que Pel¨¦ jug¨® en Francia con Brasil, en un partido disputado en abril de 1963 y que acab¨® con victoria de la caraninha por 2-3 con un hat-trick del "Dios Negro", que es como le bautizaron en Francia. Una foto gigantesca de "O Rei" en el Yves-Du-Manoir colorea en lo que un d¨ªa fue un lugar al que acud¨ªan los mejores jugadores del mundo.

De Levy a Matra
Sin lugar a dudas, el Racing Club de France no tiene nada que ver con el hist¨®rico que conocimos a comienzos de los a?os 30 o ese experimento fallido de la mano de Matra en los 80. Antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, en pleno apogeo de los felices a?os 20, Jean-Bernard Levy, gran empresario de la ¨¦poca, se propuso invertir en el equipo de Colombes. Bajo su mandato, el equipo se convirti¨® en un gigante del f¨²tbol franc¨¦s, adem¨¢s de potenciar la creaci¨®n de la LFP para regular distintas normas dentro de un deporte poco profesionalizado en aquella ¨¦poca.
Con Levy, el Racing consigui¨® ganar tres Copas de Francia y no solo eso, sino que alcanz¨® su m¨¢ximo esplendor en 1936, conquistando la Ligue 1 cuando contaba en el equipo con el talentoso Rene Couard o el m¨ªtico jugador ingl¨¦s, Frederick Kennedy. Levy, por desgracia, falleci¨® en 1940, a?o en el que fue enviado al frente de batalla para combatir contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial, y que hizo desaparecer varios equipos de Par¨ªs como consecuencia de los frecuentes bombardeos que asolaron la ciudad.
Tras Levy, Dehaye se hizo cargo del Racing. Aquel Racing se convirti¨® m¨¢s que en un equipo de f¨²tbol en un fen¨®meno social y fue durante a?os el epicentro del f¨²tbol franc¨¦s. Par¨ªs era la capital del f¨²tbol y muchos empresarios viajaban al Yves-Du-Manoir para disfrutar de un equipo alegre que se gan¨® el coraz¨®n del f¨²tbol europeo. Dehaye, como Levy, fue un revolucionario de la ¨¦poca. Para atender las demandas de los obreros de Par¨ªs, que se quejaban de no poder ver al Racing al coincidir los horarios de los partidos con sus interminables jornadas de trabajo, el entonces presidente del conjunto parisino program¨® los partidos en horario nocturno. En verano, el sofocante calor de Par¨ªs agobiaba a los jugadores y Dehaye puso en marcha la disputa de partidos despu¨¦s de la puesta del sol. El t¨ªtulo m¨¢s importante bajo su mandato fue la Copa de Francia de 1945, que acabar¨ªa arrebatando al Lille, equipo muy poderoso en aquella ¨¦poca, que intentaba ganar su quinto torneo consecutivo. A?os despu¨¦s, el club entr¨® en una crisis sin precedentes, agravada por las devastadoras consecuencias de la guerra. En 1967, antes de que llegara Matra, el Racing se fusion¨® con el Sedan (actualmente CS Sedan Ardennes), pero descendi¨® de categor¨ªa debido a los problemas econ¨®micos que arrastr¨® durante los a?os precedentes.
Aunque cueste creerlo, sobre todo por el f¨²tbol moderno tal y como lo conocemos, el PSG no fue el primer rico de Par¨ªs, s¨ª el Racing Club de Francia. En 1982, con el PSG a un paso de ganar su primer t¨ªtulo oficial contra el Saint-?tienne en la Copa de Francia (¨²ltimo partido de Platini en el pa¨ªs vecino), Jean-Lue Lagard¨¨re, CEO de la empresa Matra, persona muy conocida por su implicaci¨®n en las 24 horas de Le Mans, adquiri¨® el Racing Club de France tras un intento previo fallido de entrar en el Par¨ªs F.C, el equipo que hab¨ªa participado a?os antes en la fusi¨®n del PSG, pero decidi¨® escindirse por discrepancias con el modelo de gesti¨®n del club.
Lagard¨¨re, obsesionado con el color azul celeste del cielo, decidi¨® volver al azul y blanco en la equipaci¨®n del Racing. Adquiri¨® al club militando en Ligue 2 y no tard¨® mucho en devolverle a la m¨¢xima divisi¨®n del f¨²tbol franc¨¦s. Fue un proyecto ambicioso, con dinero externo y que, adem¨¢s, aspiraba a convertirse en el gigante de Par¨ªs, temiendo que el PSG le arrebatara cuota de protagonismo debido al extraordinario crecimiento que estaba experimentando su m¨¢ximo rival desde que se fund¨® en 1970.
Tras un ascenso inmediato a la Ligue 1, Lagard¨¨re no tard¨® en sacar a relucir su poder¨ªo econ¨®mico para hacer del Racing un equipo potente en Francia. Su primera gran incorporaci¨®n, equiparable a la de Pastore con el PSG, fue la de Rabah Madjer, considerado el mejor jugador argelino de todos los tiempos, que en 1987 anot¨® una aut¨¦ntica obra de arte en la final de la Copa de Europa. Lagard¨¨re, ambicioso a la hora de invertir, quiso arrebatarle al PSG el Parque de los Pr¨ªncipes para demostrar a la ciudad que el Racing era un equipo m¨¢s grande que su m¨¢ximo rival. Sin embargo, las aspiraciones se frustaron y tanto el PSG como el equipo de Colombes compartir¨ªan estadio durante varios a?os, algo inimaginable en los tiempos actuales en pleno apogeo de Qatar en la capital francesa.
De la expectaci¨®n generada por los fichajes, el Racing volvi¨® al ostracismo. Un a?o despu¨¦s del ascenso a la Ligue 1, el equipo, incapaz de asentarse en la ¨¦lite, volv¨ªa a la Ligue 2. Algo que oblig¨® a Lagard¨¨re a volver a invertir grandes cantidades. El empresario, especializado en el mundo de motor, consider¨® que fichar a grandes jugadores sin pensar que el colectivo era sin¨®nimo de ¨¦xito. En la temporada 1985-1986, con el Racing en la Ligue 2, el PSG consegu¨ªa la primera de las nueve Ligue 1 que tiene hasta la fecha, una humillaci¨®n casi definitiva para Lagard¨¨re, que no soportaba ver al conjunto parisino en lo m¨¢s alto del f¨²tbol franc¨¦s.
Ese mismo verano, el Racing realiz¨® grandes fichajes, lo nunca sucedido en Francia. Enzo Francescoli, leyenda de River, part¨ªa a la capital francesa con el objetivo de poner a los blanquicelestes en lo m¨¢s alto del f¨²tbol franc¨¦s. Al uruguayo le siguieron Rub¨¦n Paz o el talentoso alem¨¢n Pierre Littbarski. Sin duda, el golpe maestro de Lagard¨¨re fue quitarle al PSG a Luis Fernandez, que en aquella ¨¦poca era uno de los mejores jugadores de su principal rival, pero decidi¨® irse por dinero a Colombes. En el banquillo, Lagard¨¨re tambi¨¦n va con todo y llega Artur Jorge, campe¨®n de la Copa de Europa con el Porto y uno de los entrenadores de la ¨¦poca por sus innovaciones t¨¢cticas.
El Racing Club de Francia tal y como se le hab¨ªa conocido deja de existir. Ahora es el Racing Matra, en honor a la empresa de Lagard¨¨re, la m¨¢xima expresi¨®n del f¨²tbol moderno actual, derrochando grandes cantidades de dinero, pero sin una estructura s¨®lida para asentarse en la ¨¦lite del f¨²tbol franc¨¦s. El hecho de contar con 13 internacionales en su equipo provocaba un efecto inverso al deseado, desat¨¢ndose los egos, las disputas por ser titular y, sobre todo, ser un combinado de estrellas antes que un equipo unido.
El "Super-Racing", t¨¦rmino con el que se les apod¨® en la d¨¦cada de los 80, no comenz¨® bien su andadura en la Ligue 1. Termin¨® en el puesto 13? en su primera temporada, por detr¨¢s del PSG, y las grietas empiezan a asomarse dentro del vestuario. Durante el segundo a?o, el Racing Matra mejora, pero es insuficiente para alcanzar los puestos europeos. Una meritoria s¨¦ptima posici¨®n invita al optimismo de los aficionados, que esperan que, en la tercera temporada del proyecto en la m¨¢xima divisi¨®n del f¨²tbol franc¨¦s, el club se asiente entre los tres mejores del
campeonato. No obstante, la s¨¦ptima posici¨®n del Racing, la mejor con Matra, es un espejismo, pues a mediados de la siguiente temporada, Artur Jorge deja el banquillo. Los escaos brotes verdes que estaban floreciendo en Colombes desaparecen de inmediato. A Artur Jorge se le unen Luis Fernandez o Francescoli, que no aguantan la presi¨®n y deciden dejar un equipo a la deriva por falta de cohesi¨®n y entendimiento entre los jugadores. Lagard¨¨re es el siguiente. El empresario observa que su inversi¨®n ha sido un fracaso y, en pleno apogeo del Marsella de Tapie, que le supera enormemente en popularidad, el CEO de Matra deja de invertir dinero y pone al Racing al borde de la quiebra. Antes, conducidos por el j¨®ven David Ginola, el Racing roz¨® la gloria. En 1990, los blanquiceleste alcanzan la final de la Copa de Francia, pero un poderoso Montpellier, liderado por Laurent Blanc y Valderrama, les frustr¨® el sue?o. Y hasta ah¨ª dur¨® el Racing Matra. La enorme deuda que arrastra el club provocan que descienda al infraf¨²tbol franc¨¦s, del que no han salido hasta hoy en d¨ªa y oblig¨¢ndole a sacarse cuanto antes de la cabeza la experiencia fallida con Matra.
Actualmente recurre a una leyenda del Nanterre de baloncesto para resurgir
Acualmente el Racing Club de Francia se encuentra en National 3, equivalente a la quinta divisi¨®n del f¨²tbol franc¨¦s. Una categor¨ªa muy dura en la que s¨®lo asciende un equipo a National 2, ya que la igualdad es m¨¢xima y acrecienta la dificultad para llegar al f¨²tbol franc¨¦s profesional. El equipo, entrenado por Guillaume Norbert, se ha focalizado principalmente en fortalecer la cantera para nutrir a grandes clubes de Francia y obtener ingresos con el fin de hacer un equipo competitivo. El pasado fin de semana, los parisinos vencieron al filial del PSG, rival directo por el ascenso, acerc¨¢ndose considerablemente a la primera plaza del campeonato.
El Racing decidi¨® dar un paso en su organigrama deportivo con contratando como director deportivo a Franck Le Goff, exitoso directivo que hizo del Nanterre de baloncesto uno de los mejores equipos no solo de Francia sino tambi¨¦n de Europa. Desde que se hizo cargo del conjunto parisino en 2005, bajo su mandato el club obtuvo un t¨ªtulo de campe¨®n de Francia (2013), dos Copas de Francia (2013 y 2017) y dos entorchados europeos (2015 y 2017). Le Goff, que atendi¨® a Diario AS la semana pasada, recuerda la victoria contra el Barcelona en 2013 de Euroliga como uno de los mayores logros que ha conseguido en su exitosa carrera como director deportivo en el ¨¢mbito baloncest¨ªstico.
"El baloncesto no tiene nada que ver con el f¨²tbol. El f¨²tbol tiene diez veces mas licencias que el baloncesto. Hay que realizar una estrategia de mercado m¨¢s espec¨ªfica que en el baloncesto, que apenas cuenta con 300 licencias. Decid¨ª fichar por el Racing porque ya lo hab¨ªa ganado todo en el Nanterre. Y me dije, ?por qu¨¦ no probar aqu¨ª? Es un equipo que me busca e intentaremos hacer lo mismo que hicimos en Nanterre aunque es m¨¢s complicado", subraya Le Goff, que cuenta la an¨¦cdota de tener que trabajar en el Par¨ªs con padre e hijo, Patrick Norbert, presidente del Racing y Guillaume, su hijo y entrenador, la misma situaci¨®n que en Nanterre, ya que durante a?os tuvo al padre como presidente y al hijo como entrenador.
Le Goff explica a Diario AS que el Racing en su d¨ªa fue puntero como uno de los mejores centros de formaci¨®n de Francia (de hecho, en una clasificaci¨®n hist¨®rica, es de los diez equipos que m¨¢s jugadores han aportado a la selecci¨®n francesa), recibe m¨¢s de 50 peticiones formales de equipos para fichar a las grandes promesas del conjunto de Colombes. "Alg¨²n d¨ªa espero que el Racing est¨¦ en esta lista, significar¨¢ que somos un equipo puntero en Francia y que podemos mantener a los mejores jugadores", a?ade Le Goff, que se lamenta de no poder estar en una categor¨ªa mayor, pero sigue trabajando con ilusi¨®n para intentar devolver al club al lugar que se merece, la Ligue 1.
El Racing Club de Francia no se encuentra ni siquiera entre los tres mejores equipos de Par¨ªs actualmente. Colombes ha pasado de ser la capital del f¨²tbol parisino a un barrio inh¨®spito en el que apenas hay circulaci¨®n. La ciudad ya no se detiene por el f¨²tbol ni parece que lo vaya a hacer durante la pr¨®xima d¨¦cada. Sin embargo, la historia no muere ni la nostalgia, y el club quiere recuperar la esencia del pasado para intentar volver dentro de un lustro a estar entre los mejores equipos de Francia, un lugar que nunca debi¨® abandonar.