EUROCOPA (1/8) | CROACIA 3 - ESPA?A 5
Espa?a es una bendita locura
Los goles de Morata y Oyarzabal en la pr車rroga permiten a la Selecci車n reponerse con 谷pica a un fallo de Unai Sim車n en el 1-0 y a desperdiciar un 1-3.

Esta Espa?a va en serio. Esta Espa?a jug車 como no lo hab赤a hecho antes en la Eurocopa, donde otras selecciones no dudan en colgarle la etiqueta de gran tapado.?Y mostr車 car芍cter justo cuando m芍s se necesitaba. La Roja est芍 en cuartos de final tras volver a marcar cinco goles, uno de ellos de justicia po谷tica. Lo firm車 Morata, en una acci車n como mandan los c芍nones. Control, volea y violines. Nadie lo necesitaba m芍s que 谷l. Dicen que a estas horas, Luis Enrique a迆n sigue dando botes de alegr赤a por la banda.
Si ten赤amos dudas de d車nde se iba a situar Croacia, quedaron r芍pidamente resueltas. Zlatko Dalic orden車 su 4-3-3 echado atr芍s, sin presionar la salida de bal車n de Espa?a. En defensa opt車 por Caleta-Car para suplir al sancionado Lovren, mientras que en ataque era Rebic quien deb赤a solventar la dif赤cil papeleta de cubrir la ausencia por positivo de Perisic, el pu?al croata en lo que llev芍bamos de Eurocopa. En punta, Petkovic era una isla. La primera ocasi車n en que el delantero del Milan amenaz車 con controlar un bal車n en tres cuartos del ataque croata, se vio en medio de una emboscada con Ferran, Eric y Busquets en torno a 谷l. Se sald車 con falta del central del City. Fue el aviso claro de las concesiones defensivas que los internacionales espa?oles estaban dispuestos a conceder a la torre croata (1,92).
La pelota era nuestra, ahora quedaba el peque?o detalle de saber qu谷 hacer con ella. Una misi車n que siempre resulta m芍s f芍cil si es gente como Pedri la que debe tomar las decisiones. En el minuto 15, el del Bar?a se invent車 un pase que dej車 a Koke con un remate franco desde el punto de penalti. Tir車 raso, demasiado centrado, y a Livakovic le bast車 con estirar el pie a lo portero de balonmano para despejar a c車rner. Fue una r芍faga luminosa en medio de tanta contenci車n por parte de los croatas, que no se ruborizaban por mantenerse hundidos atr芍s renunciando a la pelota. Cuatro minutos despu谷s disfrutamos de otra ocasi車n clara, esta vez en un cabezazo de Morata que rebot車 en Vida en lugar de ir a porter赤a. Sin embargo, lo peor no era eso, desaprovechar oportunidades de gol, sino lo que estaba por llegar. Porque en el minuto 20 los salones espa?oles dieron un bote. Mientras La Roja triangulaba para iniciar jugada, Pedri cedi車 a Unai Sim車n, quien se confi車 de tal manera que pretendi車 controlar con el pie y no hizo otra cosa que colarse un gol que desde ese instante se convert赤a en carne de meme. Hay quien dice que Pedri golpe車 al bal車n demasiado fuerte. En realidad no hay debate: el error del meta del Athletic no admite disculpas. Demasiado grave. Letal si hablamos de una Eurocopa.
Se abri車 entonces un tiempo en el que La Roja deb赤a mostrar su verdadera altura en este tipo de campeonatos. Hab赤a jugado mejor que Croacia hasta el gol, s赤, pero tocaba demostrar que nuestra mand赤bula no era de cristal. Vlasic golpe車 al h赤gado (remate al exterior de la red) y Kovacic amenaz車 al ment車n (disparo que se fue alto), pero Espa?a, que se tambaleaba, no cay車. Todo lo contrario, se rehizo. A fuego lento, sin la frescura de minutos previos, pero fue alimentando el juego hasta llegar al minuto 37, a la postre algod車n de az迆car para nuestra Selecci車n. Eso s赤, cost車 lo suyo pues la jugada requiri車 de dos remates de Gay角 hasta que el rechace final cay車 en la pierna izquierda de Sarabia, que no perdon車. Gol para gritar hasta que se oyera en Alemania, un tanto que en su dedicatoria no pod赤a llevar otra cosa que &Esto es para ti, Unai*.
En la primera jugada de la reanudaci車n, otra cesi車n a Unai sembr車 el griter赤o croata en la grada, pero el meta del Athletic resolvi車 con calma, quiz芍 demasiada. Est芍 visto que le va lo de arrimarse al toro. Luis Enrique mantuvo a sus alas donde hab赤an acabado la primera mitad: a Sarabia en la derecha y a Ferran en la izquierda. Y a pierna cambiada vivimos mucho mejor. Dalic, mientras, sent車 a Petkovic y dio entrada a Kramaric en busca de mayor movilidad en ataque. Pero lo que no ten赤an los croatas era a un chico de 18 a?os, de apodo futbol赤stico Pedri, que lejos de arrugarse por su error en el gol que abri車 el marcador, quiso el bal車n en cada ataque. Y tras dos amagos, inici車 la diagonal que acab車 en pase a Ferran, cuyo centro fue cabeceado a gol por... Azpilicueta. El capit芍n del Chelsea surgi車 donde nadie le esperaba para hacer justicia a un partido en el que hasta ese momento Espa?a hab赤a sido m芍s valiente.
Unai vivi車 su minuto de gloria con un parad車n a Gvardiol en el minuto 67. Olmo relev車 a Sarabia, mientras que Pau Torres hizo lo propio con Eric. Sangre fresca para sostener a La Roja en los quince minutos finales que deb赤an darnos la victoria. El tercer gol, fruto de la rapidez de los Torres, Pau y Ferran (octavo tanto en quince partidos con la Selecci車n), pareci車 sellar la victoria, pero simplemente pareci車. Porque?el partido nos reservaba su taquicardia final con el tanto croata de Orsic y los diez minutos que a迆n quedaban por delante para llegar a la orilla. Justo ah赤, cuando se requer赤a un equipo con oficio, algo que este, a tenor del carn谷 de identidad, no lo es, Croacia se hizo tan grande como el salto de Pasalic que signific車 el 3-3 en el minuto 92. Demasiado duro. Bastaba ver las caras de nuestros internacionales para entenderlo como demasiado cruel.
?C車mo recuperarse? Esos treinta minutos de pr車rroga servir赤an para calibrar de qu谷 pasta est芍 hecha esta Selecci車n. Se rehizo al primer aviso de Croacia por medio de un remate de Kramaric que detuvo espl谷ndidamente Unai y respondi車 con una incursi車n de Alba que, a falta de Messi, fue rematada por Olmo.?Y toc車 la gloria con un gol que hizo gritar a un pa赤s entero. Olmo centr車 al 芍rea, Morata control車 con la derecha y vole車 de izquierda al fondo de la red. Una acci車n perfecta en el mejor de los escenarios. El delantero de la Juve merec赤a una alegr赤a as赤, como tambi谷n Oyarzabal, que firm車 el 3-5. Dos goles que nos permiten sellar el ansiado pasaporte para cuartos de final. Se logr車, all赤 estamos. Con una sonrisa de oreja a oreja y la sensaci車n de que esta Espa?a disfruta todo lo que el arranque de campeonato nos hab赤a negado.